Legalización de las drogas: Un asunto de moral

Mar 25, 2012

Legalización de las drogas“Pocas palabras, muchas balas”, parece ser el mensaje que  dan Alejandro Poiré, secretario de gobernación,  y Margarita Zavala, presidenta del DIF  y esposa de Felipe Calderón, en el Foro Internacional Drogas: un balance a un siglo de su prohibición, que se lleva a cabo en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología:

“Sería mucho, mucho más rentable, y participarían muchas más bandas, más criminales, con los delitos que acompañan al crimen organizado, como la extorsión, el secuestro y la trata de personas…Es decir, habría un incentivo de violencia para conservar esos mercados monopólicos, porque el costo de la producción sería menor”

Margarita Zavala

Habló además de que legalizar las drogas incrementaría su consumo, y eso generaría un aumento de la violencia al interior de las familias. Comentó que así como se ha demostrado que el  consumo de alcohol agrava situaciones de violencia intrafamiliar, el consumo exacerbado de drogas produciría un efecto aún más grave.

-Fragmento del artículo de Georgina Olson para Exelsior: “Zavala y Poiré juzgan inútil legalizar droga; descartan reducción de ganancias”, declaraciones sacadas de los dicho en el Foro Internacional Drogas: un balance a un siglo de su prohibición.

Es visible como, al igual que el caso del aborto, la negativa ante la legalización de las drogas es argumentada con discursos moralistas…

Estados Unidos es el mayor consumidor de narcóticos a nivel mundial; casi el 50% de la producción de estupefacientes es para los estadounidenses, de manera que si el narcotráfico ha aumentado en los últimos años se debe a la enorme demanda que provoca nuestro vecino del norte…  La narcoviolencia es causada por el dominio de las rutas comerciales; México es una muy buena vía de tránsito hacía Estados Unidos, de manera que ya existía violencia entre los cárteles desde hace décadas, sin embargo, el meter de lleno al ejército a esta guerra por los territorios fue una bomba que multiplicó los niveles de narcoviolencia.

El narcotráfico es un negocio, y, como todo negocio, produce ganancias, las cuales, en el caso de México, son vitales para la economía, llegando a ser la segunda fuente de divisas a nivel nacional sólo después del petróleo; el Estudio Binacional de Bienes Ilícitos México-Estados Unidos del 2010 estimó las ganancias del narcotráfico entre los 19 mil millones de dólares y los 29 mil millones de dólares; hay que decir que la mitad de este capital ingresa al sistema financiero mexicano; en pocas palabras; México tiene un cáncer llamado narcotráfico, pero, irónicamente, sin ese cáncer no puede vivir…  El país es adicto al dinero obtenido del negocio de las drogas, y, como todo adicto, debe de ser tratado, no como delincuente sino como enfermo… La estrategia que echó a andar el ejecutivo a finales del 2006 se basa en la ya obsoleta idea de que el delincuente nace con un revólver, de que el fenómeno delincuencial no se relaciona con  la deficiencia en la educación, los bajo índices de empleo o los millones de mexicanos que viven en la pobreza; las acciones que el gobierno calderonista ha tomado en materia de seguridad demuestran lo poco que la actual administración conoce al país o, por qué no, lo mucho que le debe a ciertos sectores extranjeros que le facilitaron la llegada al poder. El problema del narcotráfico no es aislado, al contrario, es el resultado de una serie de crisis por las que ha cruzado el país (económica, social, educativa…); de esta manera, debe de ser  tratado con medidas integrales: Combatir el desempleo y la pobreza, aumentar la calidad de la educación, combatir la brutalidad de los criminales con operativos inteligentes que capturen a los que lavan el dinero, exigir al gobierno estadounidense cuentas claras sobre sus agentes en territorio nacional y legalizar las drogas:

“No existe una relación comprobada entre las drogas y la violencia; esta última, en todo caso, se encuentra asociada más a la ruta del tráfico que a los hábitos de consumo”.

-Luis Astorga, investigador de la UNAM.

Jorge Hernández, politólogo e internacionalista de la UNAM, mencionó al estado de Hidalgo, que tiene un alto índice de consumo con poca violencia, mientras que en Guerrero, con un menor consumo, los índices de violencia son significativamente mayores… McPherson, principal impulsor de Supervised Injection Facility (InSite), centro que supervisa la aplicación de inyecciones a adictos, consideró que la alternativa de regular legalmente el consumo de algunas drogas, no sólo le resta mercado a las organizaciones criminales, sino permite tener un control sobre los consumidores

-Fragmento del artículo de Ciro Pérez Silva para La Jornada “La prohibición total de la drogas responde a la lógica del pasado”, declaraciones sacadas de los dicho en el Foro Internacional Drogas: un balance a un siglo de su prohibición.

Lo cierto es que México es una nación narcodependiente que no puede privarse del dinero que producen las actividades del crimen organizado; mas al legalizar los narcóticos se legalizaría también el capital “sucio” que se produce gracias a su venta, además se podría controlar el consumo interno; si bien los precios bajarían, y con ello las ganancias, la reactivación  el campo mexicano sería otra de las ventajas que traería la aprobación de los estupefacientes; igualmente se podría proporcionar una mejor rehabilitación a los adictos a las distintas drogas… El alcohol y el tabaco son consumibles que dañan al organismo, la única diferencia con las demás sustancias adictivas es que estos son legales; los efectos negativos para la salud al consumir estos productos son conocidos y difundidos; todo se reduce a un asunto de elección. El mercado de estos productos es muy explotado, además de beneficioso económicamente, y existen grupos de rehabilitación para los que se tienen problemas con el uso de estas; ¿qué diferencia habría, por ejemplo, con la mariguana?…

Como los precios de las drogas bajarían los carteles perderían clientes y, por lo tanto, ganancias; lamentablemente sería ingenuo creer que desaparecerían pues también controlan el tráfico de armas y de personas; de cualquier forma su poderío se vería afectado.

Mas uno de los principales problemas de la despenalización de las drogas es la doble moral de Estados Unidos que, por una parte, permite el consumo interno, pero condena enérgicamente el consumo de enervantes en el resto del mundo; si los autodenominados americanos aceptaran el consumo de alucinógenos como un negocio más, se podrían hasta iniciar relaciones comerciales para la comercialización de estos productos, más aun sabiendo la gran cantidad de adictos que habitan en aquel país; sin embargo, la batalla contra los narcotraficantes ha sido una buena excusa para que Estados Unidos intervenga en los asuntos internos de otros países  bajo el pretexto de luchar contra los grupos que promueven las sustancias ilegales; Colombia y México son claros ejemplos… Sólo queda citar al controversial general Díaz: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.