El Alquimista de Paulo Coelho, una reseña justa para sus 30 años de vida.

Sep 8, 2018

El Alquimista, la magna obra de Paulo Coelho, cumple 30 años de vida. ¿pero este súper-ventas es un gran libro? ¿Es tan bueno como es tan popular? Acompáñame a leer esta crítica.

El Alquimista de Paulo Coelho, una reseña justa para sus 30 años de vida.

Me dí a la tarea de leer el Alquimista porque creí necesaria leer la obra principal de un escritor que forma parte de una corriente de pensamiento (si es que se le pudiera llamar así) que no comparto en lo absoluto.

El libro fue exactamente lo que esperaba que fuera. Básicamente porque la filosofía coelhiana está allá afuera: muchos repiten una y otra vez que si deseas algo el universo va a conspirar a tu favor o que la vida tiene un tesoro para ti. El problema del libro no es que sea literatura light como algunos sugieren. Existe literatura fácil de leer y para principiantes que es muy buena. El problema es que es una literatura pretenciosa que no ofrece nada más que ideas falaces y el reforzamiento de sesgos cognitivos.

Cuando lo leí, lo primero que pensé fue que se trataba de una «versión chafa» de El Principito. El libro de Antoine de Saint-Exupéry es también una lectura fácil y digerible, pero que al leer varias veces encuentras enseñanzas nuevas. El éxito del Principito radica en que es un libro con una gran filosofía dentro de un texto tremendamente simple sin ninguna pretensión (tanto que fue escrito para un público infantil). El Alquimista no lo es, es un libro que pretende tener una filosofía que no tiene, que habla de sabios, de culturas y de misterios, pero que no tiene fondo. El Principito no tiene pretensiones, su simpleza es uno de sus más grandes atractivos, pero también la humildad y la honestidad intelectual del autor. El Alquimista es simple, pero intenta ser grandilocuente. Paulo Coelho nos insiste en que su libro es simbólico y no descriptivo, como sugiriendo que en éste hay una suerte de mitología o sabiduría escondida, como advirtiéndonos que no nos tomemos en forma literal todas las barbaridades y cosas sin sentido que va a decir (aunque en la calle muchos digan que si deseas algo, el universo conspirará para que ocurra). 

A grandes rasgos, lo que quiere decir el escritor brasileño con este libro es que sigas tus sueños, lo que siempre deseaste hacer (eso que llama «La Leyenda Personal») como tratando de dar un sentido a la vida del lector. Hasta aquí no podríamos discrepar con él. Todos anhelamos seguir nuestros sueños y autorrealizarnos. Pero esto me parece una obviedad, no dice algo nuevo. En este sentido creo que el libro busca apelar más bien a las emociones, a que lo cierres y digas «sí, voy a seguir mis sueños y nadie me va a estorbar en ellos».

Pero cuando diseccionamos su concepto de seguir los sueños, entonces nos empezamos a encontrar con ideas que más que útiles me parecen nocivas, porque para empezar son falsas y abonan a la generación de sesgos cognitivos: la idea de que si deseas algo el universo va a conspirar a tu favor, y la idea de que la vida tiene un tesoro para ti. 

Ciertamente, cuando tú deseas algo con toda el alma, la mente se pone a trabajar para buscar formas con las cuales llegues a dicho objetivo y es más probable que suceda a que si no lo deseas, esto me parece una obviedad. Pero no es que haya algo que conspire a tu favor, simplemente tiene que ver que cuando estás más motivado detectarás oportunidades de forma más fácil, te toparás con ciertas personas con las que pensabas que no te toparías. Y esto no tiene que ver con la «ley de la atracción» sino más bien con que tu mente es más selectiva ya que la has orientado al objetivo que estás buscando. No tengo nada en contra de seguir tus sueños y luchar por ellos (yo lo hago), pero esta frase del universo que conspira lo aborda de una forma completamente errónea. 

A diferencia de lo que sugiere el libro, en la vida real mucha gente desea muchas cosas con toda el alma y muchos no lo logran. Se necesitaría ser demasiado pusilánime como para no desear nada en la vida. ¿Qué pasa si yo no tengo la habilidad innata para ser un gran cantante porque mi garganta no da para ello y deseo ser un cantante con toda el alma? ¿Lo voy a lograr solo porque lo deseé? ¿Qué pasa si se atraviesa un accidente en mi camino y ya no puedo realizar mi sueño? ¿Qué pasa si, a pesar de desearlo con todo el alma, resulta que mi estrategia no fue la acertada? ¿Qué pasa si deseas a una persona del sexo opuesto con toda el alma al punto en que te obsesionas con ella? Los seres humanos no somos ilimitados ni somos perfectos como para pensar que con desearlo con toda el alma todo va a llegar por añadidura. El entorno importa, la estrategia, el esfuerzo, la asertividad también. Pero en el libro Coelho sugiere que te estés tranquilo, ya que si lo deseas con toda el alma, el universo va a conspirar para que ocurra, que vas a atraer a las personas indicadas para que esto suceda. El universo, dice Coelho, te pone a las personas y los recursos adecuados en tu camino, tú los atraes. Pero la ley de la atracción es una falacia. Esto tiene que ver con la selectividad de tu mente, porque desear algo con toda el alma, la mente está más al pendiente de potenciales oportunidades que de otra forma ignorarías. 

Paulo Coelho

La «filosofía» central del libro en un párrafo.

La idea de que la vida tiene un tesoro para ti es todavía más falaz. Primero, el concepto de vida abordado de esta forma (donde nos encontramos insertos los seres vivos) no es más que un orden de sucesos aleatorios; la vida es una manifestación, no es una entidad y, por tanto, la vida no puede tener un tesoro para ti. En el libro se narra la historia de Santiago que tiene que buscar su tesoro como si fuera algo que ya estuviera dado y que el tiene que encontrar: ¿cómo? Deseándolo tanto para que el universo conspire a su favor. 

La realidad es muy distinta: en nuestra vida no hay nada escrito para nosotros. Eso que llamamos sueños se construyen con el tiempo y están muy determinados por la forma en que nosotros percibimos la vida, por el contexto en el que crecemos y nos desarrollamos, por nuestra forma de pensamiento, nuestros principios o nuestros ideales. Al decir que hay un tesoro para nosotros, Coelho está negando que los sueños puedan cambiar con el tiempo; también niega la capacidad que los individuos tenemos de ser flexibles al respecto: hay que ser necios y seguir nuestro sueño porque «ese es el tesoro», diría él. ¿Y qué pasa cuando logramos nuestro sueño y hayamos «el tesoro»? ¿Nos vamos a conformar con él y quedarnos sentados? ¿Y si nuestro sueño no se cumple, no tenemos la capacidad de buscar otro porque ese era nuestra «Leyenda Personal»?

El título del libro «El Alquimista» adquiere un tono algo irónico. Así como la alquimia está completamente rebasada por la ciencia, la filosofía de Coelho está rebasada por el sentido común. Es un libro que, a mi parecer, fue escrito para ganar ventas y en este sentido es un éxito. Coelho encontró un gran mercado en aquellas personas que buscan un sentido a su vida pero que no son ávidos lectores y mucho menos están acostumbrados a leer filosofía. Es un éxito porque apela a las emociones; porque la gente, al leer su obra, se queda con una sonrisa en la cara y se convence de que tiene que vivir sus sueños. La religiosidad combinada con el esoterismo funciona, mezclar a Dios con el universo, la oración con la causalidad absoluta. El genio de Coelho consistió posicionar su filosofía por medio de la repetición. Todos repiten sus frases aunque tengan poco sentido, porque con su componente esotérico convence al individuo de que lo puede todo, de que si se desea algo con todo el corazón las cosas van a suceder. No hay nada más atractivo para el individuo que sentir que sí lo puede todo, que no hay esperanza que se pueda perder.  

Pero «sentir» es algo que debería dejarse a las novelas. Los libros de autoayuda (porque este libro lo es de alguna forma) deberían ayudar al individuo a pensar e incluso a confrontarse consigo mismo. Este libro, así como mucha de la literatura de autoayuda, ignora que el ser humano es único e irrepetible; trata a los individuos como iguales, como si todos tuvieran los mismos problemas y pensaran de la misma forma. El Alquimista sugiere una superioridad moral de quienes buscan sus sueños sobre de quienes no lo hacen o no lo logran, pero en la vida real hay quienes fracasan, hay personas que tienen que preocuparse por sobrevivir, hay otras que deben de preocuparse por darle un buen futuro a sus hijos y así son felices. Y no solo eso, sino que también ayuda a alimentar el ego del lector ya que les trata de convencer la idea de que son especiales y que ellos pueden lograr los sueños que pocos logran, así como Santiago fue especial porque él sí lo deseó con el alma y el universo sí conspiró a su favor, se quedó con su tesoro y con su amada Fátima. La realidad es que la mayoría de las personas no son especiales, son personas comunes ¿y tiene eso algo de malo? No. 

Si algo puedo decir a favor de Coelho es que, como sea, la lectura es amena. Al menos no es una tortura leerlo como sucede con otras obras que he leído para hacer una crítica de ella. Es un libro que lees en una sentada, bastan tres o cuatro horas de tu tiempo para concluirlo, pero no puedo decir más que eso. Dice el dicho que algo que es popular no es necesariamente bueno, y El Alquimista es la muestra patente de ello.