Los memes, los indignados y la guerra sucia

Abr 27, 2018

Los opositores han apostado a una campaña de contraste, o guerra sucia, contra López Obrador. Pero 2012 no es 2006, el tabasqueño sigue arriba en las encuestas.

Los memes, los indignados y la guerra sucia

Imagen tomada de Twitter

Hasta yo que no simpatizo con el Peje cuando veo los spots de «guerra sucia» o campaña de contraste en contra de AMLO digo: ¿de verdad? ¿no tienen otra cosa? ¡Ya chole con lo mismo! Dan risa y transmiten desesperación.

Cuando en los spots los actores dicen «tengo miedo» uno no hace nada más que sonreír o incluso sentir un poco de pena por los estrategas de campaña que parecen estar muy desfasados de la realidad.

Luego, el propio López Obrador, sin conocimiento alguno en mercadotecnia más que la experiencia cotidiana, les dice a los suyos: pónganse a hacer memes de la guerra sucia.

Y lo más curioso es que esa petición en ocasiones termina funcionando más que los spots sobreproducidos, los camiones tapizados de los populistas latinoamericanos entre los cuales se encuentra López Obrador y las mantas que circulan por las ciudades. Funciona porque así logran ridiculizarlos y arrinconan «al adversario», al menos en las redes (recurso que en 2006 no existía). 

Me he dado a la tarea de escuchar o leer a ese voto útil que AMLO ha ganado en los últimos dos meses (ya sea en conversaciones o posts de Facebook) para empatizar tratar de entender este fenómeno. Hablo de esos electores que en teoría podrían arrebatarle al candidato, esos a los que deberían apuntar los estrategas de los otros partidos porque seguramente serán quienes definan la elección. Ellos no son fieles a López Obrador, tal vez ni esperan que se de un cambio de proporciones históricas como sus seguidores tradicionales creen. 

Estos electores quieren «mentarle la madre al gobierno» como si se tratara de una forma de catarsis. Uno de ellos me dijo «neta, ya estoy hasta la madre de todos, voy a votar por el Peje».

Una mentira repetida mil veces no se puede convertir en verdad si no se ha hecho una buena lectura del contexto en el cual se emite.

https://www.youtube.com/watch?v=78qQy5EccS8

A ellos les duele los niveles de violencia, impunidad, la corrupción, y para ellos, jóvenes en su mayoría, es impensable votar por algo que parezca «lo mismo». Todo aquello que han vivido, asesinatos de estudiantes (no sólo los de Ayotzinapa, también los del CAAV), casos de corrupción que no sólo incluyen casas blancas sino asesinatos de personas con cáncer (como el caso de Javier Duarte) una economía que si bien no está tan mal como algunos sugieren no crece lo suficiente como para que crean en un futuro promisorio. Muchos de ellos mismos saben y aceptan que AMLO tiene defectos, que sienten que le falta fundamentar más sus propuestas, pero no van a cambiar su voto a menos que alguien más les ofrezca lo mismo, alguien más que les ofrezca «castigar al gobierno». Ante un escenario de descontento sienten que no tienen nada que perder, más siendo jóvenes que sienten que el futuro no es promisorio. Cuando ellos ven los spots de guerra sucia no se asustan, se ríen y se burlan, es la misma «clase política podrida» que está desesperada que termina fortaleciendo su posición, cosa que evidencian las encuestas, porque tanto en la política como en la conquista sentimental, la desesperación repele: «no mames ¿ya viste el spot de la señora que le está poniendo seguridad a su casa porque AMLO le va a dar amnistía a los delincuentes? ¡Qué estupidez! Ya se les acabaron las ideas, ne cagué de risa».

Con la guerra sucia transmiten la idea de que todo se vale, refuerzan el nihilismo que ha caracterizado a la clase política actual, eso que ha encabronado a tantos. Así, este tipo de ataques se convierten en oro puro del tabasqueño, terminan fortaleciendo sus argumentos.

Los políticos no están entendiendo, no están entendiendo nada. Tanto se acostumbraron a nadar en el mugrero que ellos mismos crearon que parece que ya no pueden ver lo que hay afuera. Han perdido cualquier capacidad de empatía con la ciudadanía, creen que la mercadotecnia lo va a poder todo. 

Por eso AMLO está allá arriba, muy arriba. Por eso la retórica de la «mafia del poder» funciona.