La mediocridad de las élites mexicanas

Abr 25, 2014

En una sociedad siempre hay élites. No importa que la distribución de la riqueza sea muy buena, es más, hasta en los países comunistas (todos los habidos y por haber) hay élites. Es algo natural en el ser humano, y por lo tanto no debería ser indeseable que estas existan. Lo que sí se puede criticar es el modo en que son élites. Y es que estas al estar arriba del escalafón social, tienen mucha influencia sobre los que están abajo. Por eso una sociedad con mejores élites tenderá a ser mejor que una que no lo es.

La mediocridad de las élites mexicanas

¡Y las élites en México son mediocres!

Una cosa es tener dinero, vivir muy bien, tener recursos de sobra, y otra cosa es la arrogancia y falta de humildad. El comportamiento de las élites mexicanas refleja en cierta medida la forma en que están organizadas las estructuras sociales y económicas. No se puede generalizar, cierto. Pero la forma en que muchas de estas élites generan su riqueza (lejana al precepto de libre mercado y libre competencia) explica un poco por qué las élites en México tienden a ser como son. Pareciera que las élites en México no están bien educadas. Estudian en las «mejores escuelas» pero muchos de ellos no leen. En muchos de los casos, los padres en vez de enseñar a los hijos la cultura del trabajo, permiten que vivan como juniors, con los mejores coches, las mejores botellas de vino.

El Mirreynato

El video del Instituto Cumbres, una de las escuelas más caras del país, es una muestra de la forma en que las élites se ven. Donde el exceso del derroche es totalmente visible, mientras que el trabajo y el esfuerzo quedan a un lado. El desdén por las otras clases sociales, el racismo y el clasismo, tienden a ser común denominador. En realidad no están tan bien educados, en muchos casos no leen, y están más preocupados por el derroche que por prepararse y estudiar para poder ser emprendedores en un futuro. Muchos de ellos critican a los pobres por vivir en la ignorancia, pero muchos no saben mencionar cuales son los 3 libros que más han influenciado su vida (esto un ejercicio que se hizo en la IBERO alusivo al tropezón del Presidente).

Ser rico no es malo, lo malo es ser mediocre a pesar de tener todos los recursos a la mano para no serlo.

No se les puede criticar por ser ricos, sobre todo si sus padres han obtenido sus recursos honestamente a base de esfuerzo (que no siempre es el caso), pero sí se podría esperar que debido a su posición social, tengan una buena educación, deseen emprender, y hacer algo por mejorar el país. No importa que manejen su Porsche, o que vivan en una gran residencia, pero que se les enseñe a ser productivos y no sean parásitos de los recursos de sus padres (que en algunos casos provienen, sí, de los recursos públicos que nosotros financiamos).

Aquí no se encierran en el garage para inventar cosas, aquí derrochan lo que estas primeras personas han inventado.

Al estar en una posición privilegiada, tienen mayor posibilidad de hacer un cambio por el país. Algunos (los menos) aprovechan esa posición para hacer buenas cosas por la sociedad, muchos otros no lo hacen. El problema es que su mediocridad termina influyendo. Aquellos que viven en la élite terminan siendo no tan admirados como Bill Gates o Steve Jobs que hicieron su fortuna a base de esfuerzo e inventiva, y más bien son conocidos por su forma extravagante y derrochadora de comportarse, donde le dan más importancia al apellido que al esfuerzo.

No, no son todos. Hay muchos «ricachones» en México que son un ejemplo, pero son los menos, no son muchos. El mirreynato es también producto del México vertical en el que hemos vivido, en donde muchos de ellos viven en una burbuja tan grande que no han visitado el centro de su ciudad (conozco casos en la Ciudad de México, y vaya que su centro es muy bonito). Si los de clase media debemos considerarnos «muy privilegiados» porque estamos en el 10% de la personas con más riquezas en el mundo, las élites al menos deberían ser conscientes de su posición.