Deseos de navidad

Dic 23, 2013

Soy un creyente de que los mejores regalos recibidos, son aquellos que no se piden, y que más bien, son producto del esfuerzo continuo del individuo por obtenerlos. Pero hoy me aferraré a la tradición de pedir a un ser supremo. Sea El Niño Dios, Santa Claus, o demás personajes a los cuales los niños piden sus regalos (y de quienes sospecho, una confabulación donde participan los papás de los niños).

Deseos de navidad

Entiendo que para Santa, hacer al gobierno priísta actual, un círculo de bondad y honestidad, o peor aún, lograr que nuestro querido Presidente se convierta en un estadista con altos niveles del intelecto, es algo más que imposible. Por eso me gustaría pedirle más bien, eliminar las causas para que este tipo de gobiernos existan, y para que su efecto nocivo se pueda contener o neutralizar.

Primero. Quisiera tener una sociedad que se involucre más en política. Que se informe más, que piense más, que busque desde su posición ciudadana incidir. Al ver que una incipiente minoría despierta y lo hace, y ver que a pesar de todo, puede tener cierto poder; al tener más ciudadanos activos, lograremos hacer más democracia. No estuvo errado Gustavo Madero, el Presidente del PAN, cuando afirmó que «a los jóvenes les vale la política», y es que desatenderse de la política es casi como si alguien dijera que no le importa el estado de su salud porque no le entiende a eso y porque siempre es igual. Estar al tanto de lo que pase, debería ser una obligación moral de todos los ciudadanos, no importa que no guste, o que sea deprimente. Por más se cierren los ojos, más deprimente se mantendrá el estado de la política actual.

Segundo. Quisiera que cambiáramos un poco el enfoque. Tenemos manifestaciones en contra de la privatización de Pemex, en muchos casos se cree que el modelo económico es la causa de todos los problemas. Pero muchas veces hay mucha apatía hacia la raíz de todos los males que es la corrupción. Muchos políticos incluso son cínicos y gustan presumir de todas las fechorías que cometen, pero en muchos casos, la gente pareciera ser displicente y enojarse solo en la comida o en las redes sociales. Hay mucho descontento, y es totalmente entendible porque responde a algo real, pero muchas veces está mal enfocado, y se expresa más con cartones evidenciando el bajo nivel intelectual de Peña Nieto o señalando características que no suelen ser el mal en sí, sino la corrupción que lo rodea, que con iniciativas ciudadanas con el fin de terminar con la corrupción, que condiciona todo aquello que es relevante, incluso la apertura de Pemex.

Tercero. Quiero más ciudadanos que pongan el ejemplo. Conozco muchos casos de quejosos e «indignados» que a la primera oportunidad, dan mordida, tiran basura y no respetan su entorno, pero te rebaten cuando los recriminas porque aseguran que «una mordidita de $100 pesos no se compara con lo que nos roban los políticos». Necesitamos más ciudadanos ejemplares, que no necesiten ser reprendidos por las autoridades (que en muchas ocasiones pueden comprar) para que actúen bien, que dejen de pensar solamente en sí mismos y tengan un mayor sentido de la comunidad.

Cuarto. Quiero que los mexicanos dejen de ser mediocres. Dejar de pensar que ser ciudadano se limita a trabajar 8 horas diarias, pagar impuestos de mala gana, y votar cada 6 años. Que los mexicanos dejen de creer en la cultura del menor esfuerzo, tanto en su trabajo como en el quehacer social. Necesitamos gente que se involucre, que participe.

Todo aquello que deseo que cambie, la educación, la situación política actual, la economía, tendrá más posibilidades de ser cambiado, si estos cuatro puntos se cumplen. Si se quiere cambiar, se debe de tener voluntad para hacerlo. De lo contrario seguiremos estancados, y la discusión sobre como mejorar a México seguirá reducida a limitados círculos de académicos e intelectuales.

Que tengan una feliz navidad.