Muchas personas no quieren vacunarse, pero lo único que están haciendo es ponerse en peligro a ellos mismos y los suyos. Si bien puede ser comprensible que la gente sienta cierto escepticismo sobre las vacunas, lo cierto es que, en general, son seguras (a pesar de que hemos escuchado que en muy contados casos hay quienes han desarrollado efectos adversos) y es diametralmente mayor el riesgo de afectar la salud por no vacunarse que por vacunarse.
Aquí, los datos pueden ayudarnos a explicar por qué necesitamos vacunarnos. Este texto está especialmente dirigido a quienes están siendo llamados a vacunar (menores de 40 años) aunque también es útil para los mayores que no se han vacunado.
Los datos que voy a utilizar son los oficiales del Gobierno de México. Sabemos que estos datos tienen algunos problemas: subrepresentan la realidad (se calcula que el promedio de muertes podría ser tres veces mayor), pero es lo que hay. Sin embargo, los datos sí son útiles para conocer tendencias: es decir, cuándo muere más y cuándo muere menos la gente y quienes mueren más o menos.
Observa esta gráfica:
En esta primer gráfica, que muestra la tendencia con base en las muertes diarias (la gráfica está «suavizada» para que sea más comprensible visualmente), extraje solamente el número de fallecimientos de las edades que están siendo llamados a vacunarse o lo van ser pronto. Separé al grupo de 30 a 39 años en dos para hacer notar que quienes tienen más de 34 están en un riesgo ligeramente mayor (claro, más pequeño que la gente que tiene más de 40).
Puedes observar que el número de muertes registradas todavía no llega ni a la mitad del segundo pico (diciembre y enero), pero es posible que lo alcance o hasta lo rebase. ¿Por qué? Porque no hemos llegado a lo más alto del pico y porque el número de muertes tiene una latencia de varios días con respecto a los infectados (esto es, naturalmente, porque las personas mueren varios días después de infectarse). A ello hay que agregar que algunas de las muertes de los últimos días ni siquiera se han registrado. Eso nos lleva a la siguiente gráfica (aquí incluyo todas las edades):
Esta gráfica muestra esa latencia poniendo como ejemplo el segundo pico de la pandemia. El pico de infectados ocurrió en los primeros días de enero, pero el pico de muertes ocurrió a mediados del mes. Esto quiere decir que el pico de muertes (azul) va a aparecer días después del pico de infectados (negro) al cual todavía no hemos llegado. Con estas dos gráficas argumento que, aunque seas joven, no estás 100% a salvo (no solo de morir, sino de tener secuelas) y es recomendable tomar medidas como usar cubrebocas y no asistir a lugares muy concurridos o donde haya mucho tumulto para evitar riesgos mayores.
El problema es que con la variante delta ni siquiera hemos llegado al pico de infectados, lo que quiere decir que la primera gráfica se va a terminar viendo más drástica y existe la posibilidad de que mueran más jóvenes que en el pico de inicios de año.
Y dentro de todo esto, ¿cómo es que me atrevo a argumentar que las vacunas si funcionan? En la gráfica anterior puedes observar que el segundo pico de casos ha derivado en menos muertes en general, pero para ser más específico, a continuación puedes observar la relación entre casos y muertes. A partir de que la gente comenzó a vacunarse, cada vez un menor porcentaje de personas infectadas murieron.
Pero ¿cómo sabemos que esto es producto de las vacunas? Para eso vamos a desglosar por edades.
Si bien es cierto que la variante delta está incrementando los contagios en todas las edades, el alza en la gente grande apenas es notoria y, en cambio, es mucho más drástica en los jóvenes. ¿Por qué? Porque muchas de las personas mayores ya están vacunadas y los jóvenes no.
No solo eso, entre las personas que sí se han contagiado (recordemos que la vacuna evita el contagio sólo hasta cierto punto pero reduce drásticamente la posibilidad de fallecer si te contagias) la proporción de infectados que mueren es esta:
Aquí podemos observar que un franco declive de porcentaje de fallecimientos en las personas que tienen 60 que son los que más se han vacunado y han recibido las dos dosis. Vemos también un decremento menor en las personas de 40 a 59 años varias de las cuales ya se han comenzado a vacunar pero muchas de las cuales no han recibido las segundas dosis.
En cambio, podemos observar que el porcentaje de fallecimiento es el mayor histórico para las personas que están en sus treintas mientras que se ha mantenido constante en las personas de menos de 30 años.
Es decir, las personas vacunadas no solamente se contagian menos, sino que para las personas contagiadas pero que recibieron la vacuna la posibilidad de morir es drásticamente menor.
Esto mismo puede verse desde otra perspectiva con base en el número de fallecimientos totales:
Esta gráfica es muy ilustrativa. Aquí agregué el número de muertes de todas las edades (excepto menores de edad). Podemos observar dos cosas: primero, que la gente grande sigue muriendo más que los jóvenes, pero, a la vez, están muriendo mucho menos que en el segundo pico y que la distancia entre los jóvenes y los grandes es mucho menor.
¿Por qué los grandes están muriendo mucho menos? Porque muchos ya se vacunaron. Las vacunas sí funcionan y qué mejor prueba que esto. Y si te fijas, la diferencia entre personas de 40 a 59 y mayores de sesenta es casi nula, esto porque los de 60 ya recibieron su doble dosis y muchos menores de 60 todavía no la completan o todavía no se han ido a vacunar.
¿Por qué siguen siendo los que más mueren? Porque no todos se han querido vacunar y todavía hay gente grande que está en situación de riesgo. Si todos los mayores de edad se hubieran vacunado, la proporción de muertes se habría desplomado aún más.
Conclusión:
Dicho esto, si tú eres joven, tomas medidas y te vacunas vas a lograr dos cosas: 1) reducir el riesgo de enfermarte gravemente o morir a la mínima expresión y 2) ayudar a evitar que personas grandes (no vacunadas) adquieran el bicho y mueran. Aunque sea la Sputnik o la Cansino, es mucho mejor a que te vacunes a que no lo hagas. Es posible que la vacuna ya no te proteja contra este pico (por el tiempo en que la vacuna tarda en hacer efecto y por las dobles dosis) pero sí podrá evitar que surja otro y mucha más gente muera.