Delirio de Pejecución – Los niños con cáncer y el golpismo

Jun 30, 2021

En una de las puestas en escena más insensibles, López-Gatell, el monero Rapé y el Fisgón acusaron de golpistas a todos los que critican al régimen actual por el desabasto de medicinas para niños con cáncer.

Delirio de Pejecución - Los niños con cáncer y el golpismo

Hace unos pocos días, los moneros simpatizantes del régimen entrevistaron en Chamuco TV a Hugo López-Gatell. Como afirmé en mi Twitter, ese episodio fue de lo más ruin, patético y complaciente que se ha visto en la televisión durante muchos años. Todo el programa trató sobre justificar el desabasto que afecta a niños con cáncer bajo la premisa de que hay una conspiración de la «derecha global» de hablar sobre ese tema, de mostrar (sin datos ni evidencia alguna) que los otros regímenes eran peores y más corruptos.

Este acto fue de lo más ruin e insensible por parte de quienes dicen representar a un gobierno que tiene «visión social» porque a nada quedaron de culpar a los niños con cáncer de golpistas. De acuerdo con ellos, detrás de cualquier acusación, crítica o incluso mera petición al gobierno, existe una intención golpista para desestabilizar al gobierno. En ese programa no existió la mínima autocrítica. De hecho, el concepto de golpismo sirve para anularla, para centrar todo en una conjura y así evadir cualquier responsabilidad del régimen con el que simpatizan.

Todo comienza mal con el uso del término golpismo que no se sostiene en lo más mínimo. Para que un golpe de Estado ocurra es necesaria la toma del poder (por parte de un grupo de personas) por medio de la violencia y/o por medios ilegales. En este caso nada de esto ocurre, no existe un acto violento y, de la misma forma, no hay nada ilegal en acusar al gobierno de López Obrador por el desabasto de medicinas: a menos de que quieran considerar la libertad de expresión como algo ilegal.

Pero propagandísticamente el término funciona porque, a través de éste, se realiza una separación binaria entre nosotros (los buenos) y ellos (los malos que conspiran contra los buenos) anulando así los matices. Toda la carga negativa se transfiere a «los otros»: si se habla de niños con cáncer no trata entonces de un problema de salud pública sino de una acusación con tintes golpistas. Así, la crítica al gobierno queda anulada. El gobierno es víctima y los niños con cáncer terminan siendo condenados a ser solo mera retórica discursiva de la oposición.

Dentro de esta retórica también se incluye una relativización que no se sostiene empíricamente. Afirman (no sin razón) que en los gobiernos pasados había desabasto, pero ignoran por completo el hecho de que el desabasto se ha acentuado en este régimen producto de las deficientes políticas públicas de este régimen y que también puede verse reflejado en los indicadores del Coneval donde la carencia social del acceso a la salud se ha acentuado. Así mismo, utilizaron el mismo recurso para ignorar el pésimo manejo de la pandemia que ha hecho este gobierno como se puede ver aquí.

Hugo López-Gatell menciona una y otra vez los términos ciencia y evidencia empírica para denotar autoridad a través de un lenguaje rebuscado. Lo puede hacer porque en ese espacio no hay nadie quien lo cuestione y sí muchos que lo aplaudan, pero bastaría ya no un especialista, sino una persona medianamente informada para poder en evidencia lo endebles de los argumentos que utiliza López-Gatell.

En la siguiente gráfica de dispersión que hice (para lo cual extraje la transcripción del texto en YouTube y procesé en R Studio) y que muestra el uso de ciertos términos a lo largo de la entrevista por parte de los participantes, es posible ver cómo la referencia a los niños empata con términos como «campaña», «golpista», «derecha» e incluso con Felipe Calderón, pero no lo hace con términos como «Obrador». Esto muestra que siempre que se habló de los niños con cáncer se hizo con referencia a una campaña de la derecha en contra del régimen.

Para finalizar hay que notar una cosa. Cierto es que la oposición utiliza este hecho para atacar al régimen de López Obrador, pero que eso pase no implica que lo que se denuncia sea falso y menos sugiere golpismo. Por el contrario, ello forma parte de la democracia y la beneficia ya que da más información a los electores. De la misma forma, el régimen tiene siempre los mecanismos para contar su propia versión de los hechos de tal forma que los ciudadanos puedan deliberar y llegar a una conclusión por cuenta propia.

Recordemos que el lopezobradorismo hizo lo mismo (y con mayor ímpetu) con el gobierno de Enrique Peña Nieto. Muchas de las acusaciones que el lopezobradorismo hizo fueron ciertas (más allá de sus intereses y de las simpatías o antipatías con López Obrador) y nos dieron a los ciudadanos más información sobre el régimen. Es una profunda incongruencia reprochar a la oposición de hacer lo que ellos mismos hicieron cuando eran opositores.

Y vale la pena recordar, que dentro de este conflicto político, parece que queda de lado algo mucho más importante que dicho conflicto: son los niños con cáncer, aquellos que están muriendo porque el gobierno no está haciendo bien su trabajo.