An4Ti-intelectualismo

May 16, 2020

El desprecio del gobierno a las élites científicas técnicas en aras de darle "mayor representación al pueblo" es una fórmula para la pobreza, fórmula que terminará afectando más a los de abajo.

An4Ti-intelectualismo

¿Por qué existen especialistas? ¿Por qué algunos pocos saben mucho sobre algo que no sabe la mayoría?

Resulta que los individuos no podemos ser buenos para todo, ni saber todo ni tener todas las habilidades; por tanto, deberán existir médicos, ingenieros, arquitectos, economistas y lo natural es que haya una élite de cada uno de ellos en cada sociedad en la que se encuentren los especialistas con mayor capacidad y reputación que, de alguna manera, ejercerán influencia sobre los demás.

Por eso, quien ose buscar el empoderamiento del pueblo esperando que ellos realicen las actividades que llevan a cabo los especialistas solo empobrecerá más dicho pueblo.

¡Que la gente construya sus casas! Pero luego vendrá un sismo y las derrumbará porque resulta que no eran arquitectos y que los conocimientos que puedan tener sobre construcción son muy rudimentarios. ¿O acaso no queremos recordar 2017?

¡Que la gente haga sus caminos! Pero vendrá una inundación y los dejará incomunicados porque, debido a su falta de conocimiento sobre técnicas avanzadas de construcción e ingeniería, los caminos que construyan no estarán lo suficientemente preparados.

¡Que sea la gente la que se atienda sus enfermedades con la «sabiduría ancestral»! Pero luego vendrá cualquier influenza tratable y les arrebatará la vida porque la medicina moderna es mucho más efectiva.

Con un recelo a todo lo que signifique o parezca una élite (porque siempre serán menos los doctores que quienes no lo son, o siempre serán menos los médicos que quienes no lo son), la postura de López Obrador hacia la ciencia es de profundo desprecio y ello es preocupante. No es el único caso: muchos líderes demagogos coinciden, en mayor o menor medida, en su aversión al intelectualismo. Ahí tenemos a los Trump, a los Bolsonaro, y las consecuencias que sus posturas han tenido hacia la pandemia son evidentes.

Una presidente sensato procurará que la gente «de abajo» pueda adquirir educación de calidad para que puedan aspirar a formar parte de una élite (científica, técnica) y no destruir o menguar a las élites para ponerlas al nivel de las mayorías. Como he expresado en este espacio, las élites son inevitables e incluso son deseables. y un gobierno que dice gobernar para los de abajo debería más bien estar preocupado porque ellos tengan acceso a oportunidades y una educación digna de tal forma que puedan aspirar a formar parte de esas élites.

La postura de López Obrador, la de despreciar el conocimiento científico por su carácter «elitista» sustituyéndolo por soluciones más intuitivas y cotidianas, es una apuesta por la pobreza.