10 cosas que debes saber antes de hacer análisis sociales y políticos

Ago 15, 2019

Hacer análisis sociales y políticos es más complicado de lo que parece. Además de que tienes que leer y cultivarte, te presento 10 puntos que debes considerar a la hora de hacer análisis.

1) La realidad que percibes y que quieres analizar es necesariamente efecto de una causa o de una multiplicidad de causas. A su vez, cada una de esas causas es efecto de otra causa y así ad infinitum. Ya sea que te preguntes por qué se acabó el papel del baño o por qué tal político ganó las elecciones, todo es efecto de una o varias causas anteriores.

2) A su vez, un conflicto político o social es producto no solo de una causa, sino de muchísimas causas que conforman esa causa mayor y que es la más visible. Puedo decir: las feministas rompieron unos vidrios porque los policías violaron a una mujer. Pero de ahí se desprenden muchas otras causas: por ej, quienes hicieron eso lo hicieron por distintas razones: tal vez una de ellas era amiga íntima de la víctima y le dolió en lo más profundo del corazón; otra tal vez no tenía relación con la víctima pero se acordó cuando ella misma fue violentada cuando era más jóven y ello le motivó a ir a manifestarse. A la vez, todo ello es efecto de otras causas que están interconectadas dentro de una cadena cuyo inicio tal vez no podamos rastrear.

3) Casi siempre la discusión política se reduce a un conflicto binario (ricos vs pobres, chairos vs fifís, oficialistas vs opositores). Pero para hacer un buen análisis, habiendo entendiendo los dos puntos anteriores donde todo es un efecto de una diversas causas, se debe ir más allá y ser capaz de ver todos los matices y la escala de grises.

4) Es imposible dejar de ser subjetivo a la hora de analizar la realidad ya que nuestra interpretación del mundo está construido por nuestra experiencia y nuestro temperamento. Todo análisis es, por definición, subjetivo. Y esto quiere decir que siempre existirá la posibilidad de que alguien más analice o interprete un hecho de tal forma que nunca se te hubiera ocurrido. Peor aún, nuestros sesgos cognitivos también juegan un papel a la hora de hacer estos juicios. Es imposible despojarnos de subjetividades, pero si reconoces que tus juicios son subjetivos y que los sesgos cognitivos están ahí merodeando, será más posible que hagas un análisis más sensato a que ignores todo esto y pienses que tu juicio es objetivo y necesariamente el más acertado.

5) Sin embargo, los hechos por sí mismos son objetivos. Un descenso del 5% en el PIB, aunque sea interpretado y analizado desde distintas perspectivas subjetivas, siempre será un descenso del 5% en el PIB y no otra cosa.

6) Siempre, por más que pequeña que sea, hay alguna posibilidad de que estés equivocado. Tómalo en cuenta antes de hacer tus análisis porque eso te ayudará a ser más humilde y te hará más receptivo a escuchar lo que otros dicen. Escucha también a lo que dicen aquellos que hacen análisis desde otras disciplinas distintas a la tuya. Posiblemente te lleves una gran sorpresa.

7) Todo significante o concepto que resida dentro de la mente de uno (subjetivo) o varios individuos (intersubjetivo) y no pueda existir sin un ser humano que lo conciba o interprete es una construcción social: los significantes, las marcas, el dinero, la cultura y hasta las naciones. Toda cosa que resida fuera de la mente del individuo no es una construcción, sino que es una realidad objetiva como tal, aunque el individuo solo pueda interpretarlo subjetiva y fenoménicamente: una montaña o el sol. Ello siempre debe tomarse en consideración a la hora de hacer análisis.

8) Para conocer la verdad de la forma más fiel posible, siempre deberá de darse preferencia a un estudio cuantitativo bien diseñado como el que arroja que el 30% de los niños lloraron el día en que fueron por primera vez a la escuela en vez de conformarnos con una estremecedora historia sobre cómo un niño lloró y pataleó en su primer día de clases e inferir de ahí que todos los niños sufren al ingresar a la escuela por primera vez. A la hora de hacer análisis, los datos recogidos por instrumentos diseñados para ello siempre serán más fieles que las historias que apelan a las emociones.

9) Quien quiera hacer un buen análisis debe saber contextualizar y entender el contexto en el que un suceso tuvo lugar. Por poner un ejemplo, no se puede juzgar de la misma forma a un individuo que tenía un esclavo en el siglo XVIII a alguien que tiene un esclavo en el siglo XXI, dado que las realidades y los paradigmas bajo los que se desenvolvieron eran muy distintos a los nuestros.

10) Y por último, contextualízate a ti mismo. Entiende que cuando haces un análisis, no lo haces desde una realidad total que te permite llegar a la cumbre de la objetividad porque no tienes acceso a esa realidad total ni tienes sabiduría absoluta que te permita desprenderte de tu contexto. Estás condenado a hacer tus juicios desde tu contexto, desde tu forma de entender el mundo la cual tiene mucha relación con la cultura en la que te desenvuelves. Si quieres tener una visión lo más amplia y menos condicionada posible, tendrás que abrirte, cultivarte más y conocer otras realidades. Aún así, nunca podrás alcanzar la sabiduría total, por lo cual siempre estarás condicionado, de una u otra forma, por tu entorno, por tu cultura y por la forma en que has construido tu realidad del mundo a través de la experiencia.