Contrario a lo que muchos comentan en las redes, a mí no me sorprende para nada el plot twist de Danaerys Targaryen.
Inician spoilers:
Aunque ciertamente estas temporadas ya no están basadas en los libros, creo que acertaron en mostrar su lado oscuro. A estas alturas dejarla como heroína ya habría sido algo incómodo. Game of Thrones no es una película de Disney, es una serie que si por algo destaca es por mostrar la naturaleza humana tal cual es, una que es imperfecta y donde la frontera entre buenos y malos se ve algo más difuminada que en las películas hollywoodenses.
Desde temporadas antes ya se percibía cierto mesianismo en Danaerys, producto de la creencia de que ella estaba destinada a ser reina. Iba de ciudad en ciudad liberando esclavos, pero no parecía ser una liberación auténtica, ya que muchos de ellos terminaban al servicio de su reina como soldados, a quien ellos sentían que le debían algo y a quienes ella seducía con su retórica. Ella desde un inicio fue a liberar pueblos para ir construyendo un ejército que le permitiera, junto con sus dragones, tomar el poder en King’s Landing; el discurso liberalizador parecía, aunque no fuera siquiera algo consciente para ella en un principio, algo retórico. Posiblemente, dentro de su fuero interno (el personaje), sí había al principio un deseo noble y genuino, pero al engrandecer su ejército y al acumular poder, fue atravesando esa difusa línea entre lo noble y la mera ambición de poder.
Por ello su frustración al llegar a Westeros, donde las diferencias culturales que explican el rechazo de la gente hacia su figura harían más difícil la idea de que el pueblo legitimara su reinado. No soportó que Jon Snow fuera heredero al trono y ha intentado asegurar (dada la reticencia de Jon Snow) de que no se vea tentado a ello, no soportó que no recibiera la admiración de los pueblos de Westeros y, en conjunto con el asesinato de otro de sus dragones y de su sirvienta Missandei (porque técnicamente eso era), le hizo perder la cabeza y decidió masacrar al pueblo de King’s Landing. Fue ahí donde cualquier atisbo de nobleza desapareció, fue ahí donde el poder la corrompió (emulando de alguna manera a su padre, de quien heredó su locura potencial). No me parece algo improvisado (con todo y que las últimas temporadas sí han tenido algo de improvisación en algunos sentidos) sino que me parece que fue algo que más bien se fue cocinando desde el principio de la serie si se le pone atención.
Daenerys tiene algo de eso que tienen los «liberadores revolucionarios» que se convirtieron en déspotas al llegar al poder, que ante el miedo y la paranoia de que este les sea arrebatado, son capaces de deshumanizarse y de atentar contra los demás, incluso contra aquellos que juraron defender. Desde hace varias temporadas yo ya sentía algo de incomodidad con la idea de que fuera ella la que llegara al trono porque ya se percibía cierta arrogancia y algunos signos de megalomanía que me hacían dudar si, al estar sentada en dicho trono, sería capaz de mantener sus ideales y no caer en un régimen despótico.
Y afortunadamente, Game of Thrones no es una película de Disney. Que no se convirtiera en la heroína del cuento tal vez no haya gustado a muchos, pero eso es lo que le da el toque de originalidad de la serie, al hacer a los personajes más humanos.