Breve reflexión sobre la desigualdad

Feb 14, 2019

El discurso de la desigualdad está en boga, sobre todo después de la recesión del 2008. Tanto la derecha como la izquierda populista han sabido explotarla, pero ¿qué es?

Breve reflexión sobre la desigualdad

La pobreza es el estado natural de las cosas, el ser humano nació siendo pobre ya que solo tenía a su alcance lo que la naturaleza le disponía en su entorno inmediato.

La riqueza, por el contrario, es un artificio. Es necesaria la intervención del hombre dentro de su entorno para que ésta se dé. Para crearla no solo necesita del esfuerzo, sino del ingenio, del talento, de la acumulación de experiencia y conocimiento. Atentar contra la generación de riqueza siempre termina perjudicando a todos.

Entonces, la riqueza existe porque alguien la tuvo que crear, tuvo que venir de alguna parte. La riqueza no es algo que esté ahí disponible, es algo que se está generando continuamente por el trabajo de muchas personas en las distintas etapas de producción y comercialización.

Cuando hablamos de la desigualdad, hablamos de la inequidad entre lo que una u otra persona posee. La cantidad y la calidad de las posesiones determinan su nivel de vida y, de la misma forma, las estructuras sociales están en gran medida determinadas por lo que él y otros poseen.

Dicho esto ¿Sería justo redistribuir la riqueza entre todos de forma equitativa independientemente de que unos hayan aportado más que otros a su creación? ¿Podemos llegar a la conclusión de que quien tiene más riqueza es quien merece tener más? ¿Qué hay de las personas cuya gran parte de su riqueza la tuvieron gracias a que nacieron en un entorno social privilegiado? ¿Los que generan menos y, por tanto, obtienen menos, generan menos porque son más flojos o menos talentosos, o porque al nacer en una clase social menos privilegiada no obtuvieron las herramientas (educación o acceso a información) que otros sí obtuvieron? ¿Qué podríamos decir de la gente que tiene una discapacidad y no puede producir? ¿Se le debe dejar en el abandono así nada más o se le debe atender? ¿Es justo que una persona tenga acceso a mejor educación que otra porque su padre logró obtener más recursos que el otro padre?

Considero que la desigualdad como tal no es necesariamente mala. Cierta dosis de desigualdad es buena, ya que nosotros, como seres humanos, queremos sobresalir y un estado de completa igualdad tendría que implicar crear barreras muy grandes a los individuos para que pueden hacerlo, También es cierto que no todas las personas tienen la máxima aspiración de acumular la mayor cantidad de bienes, hay quienes se conforman con cierta cantidad de bienes ya que desean autorrealizarse de otra forma (por ej, un profesor, un filósofo, o un padre o madre que prefiere estar un tiempo con sus hijos en vez de estar encerrado todo el día en la oficina), lo que crea una condición de desigualdad entre quien busca adquirir la mayor cantidad de bienes y quien no.

El desarrollo económico siempre viene acompañado de cierta dosis de desigualdad, ya que cuando un país crece no lo hace porque toda la sociedad en su conjunto lo haga, sino porque empieza a hacerlo una minoría que aprovecha o crea las nuevas oportunidades para que después, de forma progresiva, ese crecimiento económico termine beneficiando a todos. Esto no solo ocurre gracias a la Teoría del Goteo que tanto encanta a los liberales económicos, sino gracias también a estrategias de redistribución de esa nueva riqueza por medio de inversión en educación, infraestructura y un sistema de seguridad social que generalmente va creciendo con dicho desarrollo como ocurre en todos los países desarrollados:

Pero ¿es la desigualdad actual un producto de la libre elección o de la meritocracia? El problema en nuestro país está lejos de serlo. Gran parte de la desigualdad se entiende por estructuras sociales rígidas producto de paradigmas culturales y la corrupción, lo cual se traduce en una condición de injusticia. Si decimos que la seguridad producto del mérito y de la libre elección no es sí mala, pero la que genera la corrupción sí (privilegios creados, poca movilidad social, falta de oportunidades), entonces habría que pensar en atacar estos problemas puntuales más que la desigualdad en su conjunto. Habría que atacar las causas, porque la desigualdad tal cual es un efecto:

Por ejemplo ¿qué es más eficiente? ¿Darle dinero a la gente que menos tiene para que «aparejar los ingresos? ¿O utilizar esos recursos de forma más focalizada? Por ejemplo, para que los de abajo tengan acceso a una mejor educación y así tengan más recursos para que tengan mayores posibilidades de salir adelante, o para que tengan una alimentación mínima y así la desnutrición no sea un obstáculo para que puedan desarrollarse. Evidentemente la segunda, ya que considera a la desigualdad como un efecto y la primera como una causa.

La postura en la que yo creo es la siguiente: 1) Se debe procurar que los individuos partan de condiciones relativamente iguales (que tengan acceso a educación, tengan buena alimentación etc), que quienes tengan un impedimento físico reciban apoyo para paliar su desventaja a la hora de competir 2) Que la desigualdad no es necesariamente mala cuando los que están abajo se benefician de dicha desigualdad (es decir, que si los ricos crecen, que ellos crezcan también) y 3) Que la desigualdad no sea extrema (México es un ejemplo), un país excesivamente desigual, además de tener un tejido social más débil, padece mayores problemas de delincuencia e inseguridad que afecta a todos los estratos socioeconómicos 4) Que la desigualdad que exista sea producto del mérito, no de privilegios creados. 5) Que todos sean iguales ante la ley y que los derechos humanos de absolutamente todos los individuos sean respetados.

A mi parecer, el sistema más adecuado sería una economía de mercado capitalista que esté acompañada de una red de seguridad social que sea proporcional a la economía de cada país, que no solo aspire a crear una sociedad más estable, sino que ayude a que los individuos se encuentren en condiciones para integrarse a la economía y que partan desde un inicio más justo y equitativo.

El mercado debe producir porque es mucho más eficiente que el Estado, pero eso no significa que el Estado no tenga ningún papel ni que se deba desentender como desde el libertarismo se sugiere.