En 2015 Pedro Kumamoto ganó la diputación local porque hicieron una gran campaña…
… pero también ganaron porque muchas circunstancias operaron a su favor. El hartazgo generalizado hacia el gobierno de Peña y toda la partidocracia, que contendieron en unas elecciones intermedias donde podían ser el centro de atención sin que hubiera elecciones que los dejaran fuera de foco (como las presidenciales o estatales), e incluso el hecho de que Pedro Kumamoto fuera invitado por Pedro Ferriz (quien quería aprovechar la coyuntura para después lanzarse él como candidato independiente con penosos resultados) y que lo posicionó también en el sector conservador de la ciudad, explica mucho del triunfo de Pedro Kumamoto, quien se volvió un fenómeno en la entidad y, al menos dentro del círculo rojo (periodistas y personas con influencia pública) un fenómeno a nivel nacional.
Esto explica por qué no terminaron de trascender en 2018: las circunstancias ya no les eran tan favorecedoras. López Obrador arrasó con la ayuda de una narrativa que fue construyendo durante varios años y que benefició enormemente a todas las candidaturas de MORENA. Por otro lado, MC compitió con estructuras partidistas más sólidas. El carácter de organización independiente había operado en contra de Wikipolítica. Si hubiesen competido como partido habrían, por poner un ejemplo, ganado al menos alguna curul por la vía plurinominal, y con las ventajas que implica ser un partido, alguna que otra de las candidaturas que se perdieron se habrían ganado.
La decisión de transitar de una organización independiente a un partido político no es nada fácil, sobre todo para una organización que obtuvo su legitimidad criticando a la partidocracia. Pero es una decisión muy sensata y, creo que si lo manejan bien y si construyen una narrativa consistente, las ganancias serán mayores a las pérdidas. Los requisitos para formar un partido local son lo de menos y son alcanzables, lo más complicado será todo lo demás.
Transfomarse en un partido me parece un acierto por las siguientes razones:
Primero, porque es difícil competir parejo con candidaturas independientes y porque si quieren aspirar a penetrar dentro de las estructuras de la política tendrán que entrar en ella. Si bien las candidaturas independientes son sanas para una democracia, hasta ahora no existe en el mundo organización política mejor que aquella que está formada por partidos políticos que representan a distintos sectores sociales. El problema no es el sistema de partidos como tal, sino los partidos en sí que dicen representarnos.
Segundo, porque el contexto político se ha modificado enormemente. El discurso de la partidocracia decadente ha quedado en un segundo plano ya que ésta, al menos tal y como la conocemos, recibió un golpe durísimo en las elecciones pasadas. El PRI y el PAN parecen casi condenados a la irrelevancia dentro de una mayoría absoluta que ostenta MORENA y una oposición tanto política como civil que brilla por su ausencia y tan solo se pueden ver algunos resquicios de ella en algunas think tanks u organizaciones civiles ya formadas.
Este es el escenario perfecto para que «Futuro» pueda ir construyéndose como una opción ante un cada vez más creciente electorado que no se termina de sentir identificado con alguna fuerza política de las vigentes. A la vez, es un acierto que hayan decidido comenzar formándose como un partido local. Es más fácil, desde esta plataforma, aspirar posteriormente a incidir sobre lo nacional como lo habían intentado anteriormente, sobre todo si siguen manteniendo la legitimidad por medio de su trabajo.
En Jalisco tenemos a Movimiento Ciudadano que, si bien durante mucho tiempo se había vendido como un partido de oposición, ahora, al gobernar el Estado y la mayoría de las ciudades más importantes, fungirá como una suerte de status quo. Entre el «teje y maneje» que habrá entre Movimiento Ciudadano y MORENA (hoy, las dos fuerzas más importantes del Estado) ellos tendrán que hacerse de un espacio, y me parece que es mucho más fácil lograrlo siendo partido.
En resumen. Me parece que han hecho una buena lectura sobre la derrota que sufrieron en las elecciones pasadas y con base en ellas tomaron la decisión de formar un partido que, si bien no será del gusto de todos, era, a mi parecer, la más sensata. Eso no significa que haya algunos problemas y cuestiones que deban atender:
El primer problema al que se enfrentará el partido «Futuro» será mantener la coherencia en un discurso en el cual se asumían como diferentes. La forma en que Wikipolítica estaba organizada (que se mantenía al margen de las estructuras políticas) le daba por sí misma legitimidad al movimiento, comunicaba el poderoso mensaje de que se trataba de una organización diferente, ajena a los vicios de los partidos tradicionales. Ahora tendrán que mostrar lo mismo como partido político, que desde esa plataforma logren construir una narrativa donde se presenten como una organización que tiene una visión de la política muy distinta a los otros partidos. Es posible, ya que en los hechos los miembros de Wikipolítica no crecieron dentro de las viciadas estructuras de la clase política.
El segundo problema es que hablamos de una organización que obtuvo su fuerza gracias a su férrea crítica a los partidos: ahora ellos serán uno. ¿Cómo crear una narrativa para que en esta transición sigan teniendo la misma credibilidad? Tal vez tendrán que tragarse unos sapos, pero esto posiblemente lo puedan superar aplicando aquello que pedían a los partidos a ellos mismos: por ejemplo, que transparenten sus recursos de forma que ningún otro partido lo hace, que sigan impulsando iniciativas como #SinVotoNoHayDinero, y un largo etcétera.
El tercero es la creación de una narrativa consistente. Esto, que yo llamo metanarrativa, es anterior a todo lo demás (propuestas, planes de acción), nos habla de la esencia de la institución. ¿Cuáles son sus ideales? ¿Qué posicionamiento ideológico van a tener (porque van a tener que definirse)? ¿Cuál va a ser su discurso y cómo éste va empatado con sus ideales? Esta metanarrativa deberá emerger de las creencias políticas ideológicas de los miembros y no de alguna conveniencia o estrategia mercadológica. La metanarrativa deberá estar muy bien definida, la cual sea entendible por su electorado: es su carta de presentación. Aunque suene irónico, pero «sin metanarrativa no hay Futuro«.
El cuarto, y tal vez el más difícil, es evitar viciarse lo más mínimo posible. Es difícil porque hablamos de política, y en la política lo que se persigue es el poder así como en la iniciativa privada lo que se persigue es el dinero. El problema no es la persecución del poder, sino para qué se utiliza. Habrá que ver cómo es que diseñan y estructuran la organización de tal forma que pueda aspirar a funcionar con un paradigma distinto a los demás partidos, cómo crearán normas internas (pactadas y no pactadas) para evitar que el comportamiento de algunos pueda corromper la esencia del partido (como ha ocurrido con todos los partidos tradicionales). Sería iluso esperar que, al consolidarse, seguirá manteniendo ese halo completamente ciudadano que ahora ostenta, pero sí que puede aspirar a hacer una nueva forma de hacer política que incida positivamente en la democracia de nuestro país y ser un parteagüas.
Dicen que el poder no transforma a la gente sino que la muestra tal cual es. Si Futuro trasciende, veremos de qué están hechos.
Tal vez tengan razón los que lamenten que se pueda perder un espacio ciudadano, pero también creo que madurar algo que surgió desde las entrañas de una ciudadanía con una perspectiva muy diferente al del político tradicional es algo muy deseable.
No sabemos si «Futuro» tendrá futuro. Es difícil saberlo. Sin embargo, creo que han tomado una primera buena decisión, habrá que ver como avanza todo lo demás.
Nota al pie: no termino de hacer clic con el nombre «Futuro», pero posiblemente tenga que ver con el hecho de que, al ser un nombre que se anunció el mismo día en que escribí esto, no termino de digerirlo. Por un lado lo siento trillado, por otro lado siento que podría llegar a funcionar muy bien. También habrá que ver como empata el nombre con su narrativa.