El dilema Bimbo

Ago 25, 2018

¿Somos los usuarios de las redes capaces de detenernos un poco para interpretar de buena forma lo que aparece en nuestras pantallas y no correr el riesgo de hacer generalizaciones?

El dilema Bimbo

Imagen: El Universal

En los últimos días, apareció en redes un video de un repartidor robando mercancía que se viralizó y que obligó a los directivos de Bimbo a dar la cara. Naturalmente, un video así es un golpe duro contra la imagen de la empresa.

Pero después salieron más. Al parecer, ese video empoderó a otros que sabían que les estaban robando mercancía y subieron sus propios videos. 

También se hicieron memes que terminaron por estigmatizar al repartidor, ya que se utilizó su figura con motivo de burla. «Los repartidores son unos rateros», fue el mensaje que se propagó por las redes sociales. 

En realidad, los repartidores no son especialmente ladrones. Lo que ocurre es que la dinámica de las redes sociales suele generar engaño y confusión. 

Es decir, se sube un video de un repartidor robando mercancía a un viejito, todos se ponen a hablar de él, se sacan algunas notas en prensa, se elaboran algunos memes, con lo cual el tema termina dominando la discusión. La repetición (aunque no sea intencionada y sea tan solo producto de la dinámica) magnifica la asociación «repartidor = ladrón». El contenido del video tampoco ayuda mucho a colocar el hecho en su justa dimensión: «La víctima del robo fue un viejito, no tienen madre los repartidores» (nótese el plural). 

Y si esto no fuera suficiente, aparecen otros videos de robos de repartidores. La gente dice: ¿ves? Ya hasta se está volviendo una moda. 

Pero en realidad, lo que ha ocurrido es que otras personas que han sido víctimas de estos hurtos se animaron a subir sus videos. Se sintieron identificados «¡a mí también me roban!». Vaya, es absurdo que un video ponga de moda entre los repartidores robar mercancía. Por el contrario, seguramente inhibirá a muchos de seguir cayendo en esas conductas porque se han dado cuenta que robar puede tener un alto costo.

En realidad, no podemos saber qué porcentaje de los repartidores de Bimbo son ladrones y, por tanto, es irresponsable estigmatizar a los repartidores y pensar que todos ellos roban. Hasta la fecha me he topado con cuatro de estos videos. ¿Cuántas personas trabajan como repartidores? Decenas de miles como mínimo ¿Cuántas personas que roban no han sido exhibidos? No tenemos ni la más mínima idea. En realidad, no tenemos elementos para siquiera saber si lo que hemos visto es un problema que tenga un tamaño considerable o son pequeñas excepciones a la regla. 

Mucho menos hay algo que nos diga que dentro de ese puesto haya muchos ladrones. ¿Cuántos directivos de empresas, gerentes, albañiles, mecánicos, o cuántos profesionales de cualquier giro no cometen actos ilícitos que serían castigados por la sociedad pero que pasan inadvertidos porque no hay una cámara que los esté grabando con las manos en la masa? Y si bien, por un lado veo positivo que estos videos orillen a Bimbo a tomar cartas en el asunto, también estoy seguro que la mayoría de los repartidores son hombres honestos que se ganan la vida llevando a cabo su trabajo. Ellos no tendrían por qué pagar por culpa de aquella minoría que sí lo hace.

El problema no es que se exhiban estos videos. Por el contrario, me parece bien ya que muchas veces los abarroteros no saben qué hacer ante estos hurtos, porque estos videos inhibirá a los deshonestos de seguir robando y porque Bimbo se verá obligado a solucionar el problema que existe dentro de parte de su plantilla. El problema es la interpretación que los usuarios le damos a los contenidos que fluyen por las redes sociales. No creo que sea cómodo para un repartidor que es honesto llegar a la tienda y que algunas personas los vean con cara de sospecha.