Lo mejor y lo peor de la campaña electoral

Jun 27, 2018

La campaña electoral ha llegado a su fin, ahora que entramos en la veda sería buena idea reflexionar no solo sobre los candidatos, sino sobre la calidad de la campaña que tuvimos.

Lo mejor y lo peor de la campaña electoral

La extenuante campaña electoral que comenzó a finales del año pasado termina el día de hoy, los mítines cesarán y serán clausurados con un pomposo cierre de los candidatos a la Presidencia de la República ante miles de sus feligreses. Los spots ya no aparecerán más en los canales de televisión, sus rostros serán “bajados” de los espectaculares para dar paso a alguna tienda departamental o al anuncio de un nuevo condominio de departamentos. Las luces se apagarán y solo veremos algunos destellos en aquellos rincones que el INE todavía no termina de regular. Los mexicanos viviremos una tensa calma llamada veda electoral, que se supone será un espacio de tres días para reflexionemos y razonemos nuestro voto. Tensa calma porque, después de ella, saldremos a votar para después toparnos con la realidad: con la del candidato que triunfa, con la del derrotado, con la incertidumbre de lo que pasará, o con el júbilo y la alegría.

Pero, además de reflexionar nuestro voto, también es importante que reflexionemos la campaña, que nos preguntemos sobre la calidad que tuvo ésta, sobre el desempeño de los medios, de los poderes fácticos, de los políticos y de la sociedad dentro de esta. La calidad de las campañas electorales habla mucho del país que las lleva a cabo y todos aquellos que están involucrados. Es una forma de “prueba a nosotros mismos”, de mostrar qué tan a la altura nos encontramos. Por eso es imperativo analizar qué cosas se hicieron bien y qué cosas se hicieron mal. Dicho esto, comenzaré hablando de aquello que me pareció positivo de las campañas:

 

Lo positivo de la campaña electoral

 

1.—Verificado y Oráculus

Verificado fue una iniciativa que es una suerte de continuación y expansión de una herramienta que se creó a raíz del sismo del añó pasado. Con sus virtudes y sus defectos (no estuvo exenta de errores) Verificado fue una herramienta que sirvió para que la sociedad “verificara” la veracidad de la información que consumía en redes sociales. Muchos de derecha e izquierda, desde su disonancia cognitiva, criticaron esta herramienta, unos lo llamaban “VerificAMLO” y los otros decían que era de “la mafia del poder”, lo cual tal vez sea reflejo de que esta herramienta tuvo éxito.

Oráculus, por su parte, fue un agregador de encuestas sofisticado y que replica de alguna forma el trabajo que hizo Nate Silver en las elecciones de Estados Unidos, donde los usuarios pudimos ver las tendencias de una forma más clara y precisa que las encuestas aisladas. Hasta el día de la elección sabremos qué tan acertada estuvo esta iniciativa de Javier Márquez (que también será responsabilidad de las casas encuestadoras), pero sin duda Oráculus representó una gran evolución sobre la forma en que analizamos las encuestas en nuestro país.

2.- Foros de opinión y espacios de debate en televisión.

Es notoria la evolución que tuvieron los medios de comunicación dentro de las elecciones, sobre todo si lo comparamos con sexenios anteriores. Me sorprende, sobre todo, el trabajo que ha hecho Televisa con las mesas de debate entre coordinadores de campaña y los análisis con diversos especialistas tanto de derecha como de izquierda en La Hora de Opinar. Es cierto que las mesas con los coordinadores de campaña tenían un nivel más bien malito y en algunas ocasiones llegaba a ser cansino, pero esto no era culpa del formato sino de los propios coordinadores que aportaban más bien poco. Pero no sólo Televisa hizo un buen papel: Aristegui Noticias o El Financiero hicieron una muy buena cobertura en estas elecciones. Si el televidente quería contrastar ideas o propuestas, tuvo en los medios a un gran aliado. 

3.- Los formatos del debate del INE

La mejora en los formatos fue de grandes proporciones. Por fin hubo voluntad política para mejorar esos formatos acartonados a los que nos tenían acostumbrados. Que se pueden mejorar cosas, que si los candidatos se atropellaban con el tipo o que el segundo debate de formato Town Hall solo lo fue a medias: sí, pero también es importante entender que todavía tenemos poca experiencia en estos formatos y es necesario pasar por una curva de aprendizaje. A partir de ahora, los formatos ya no van a volver a ser lo mismo, incluso a nivel local donde poco a poco fueron adoptando, con mayor o menor éxito, estos formatos. 

4.- El humor

La campaña es cosa seria, pero eso no significa está mal que de pronto riamos un rato con lo que ocurre dentro de estas elecciones. Ciertamente regresó el programa de El Privilegio de Mandar, pero yo me quedo con un canal llamado Política Piñata, una sencilla pero muy graciosa propuesta de comedia sobre política y elecciones. Los memes, como siempre, también hicieron su papel. 

 

Lo negativo de la campaña electoral

 

1.—La violencia

No podemos esperar que el gobierno nos proteja a los ciudadanos de la inseguridad si ni siquiera puede hacerlo con los candidatos. Tristemente, el crimen organizado y el narcotráfico jugaron su papel en esta contienda con el fin de mantener o extender su área de influencia, lo cual ocasionó que durante estos meses escucháramos noticias de candidatos que fueron asesinados por el crimen

2.- La terna de candidatos a la Presidencia

La verdad, la puritita verdad, es que la terna de candidatos que la «clase política» nos ofreció fue bastante pobre. Algunos tal vez más preparados que otros, otros con un mejor diagnóstico que otros, pero la oferta fue bastante mala, sobre todo en el contexto actual del país. Siendo realistas, ni uno de ellos representa una candidatura que esté a la altura de los problemas del país. Entre la continuidad de lo que está mal y el cambio de manufactura dudosa, los ciudadanos tendremos que decidir nuestro voto por alguno de estos candidatos que no hacen más que representar a una clase política decadente.

3.- Los debates

Una cosa es el formato de los debates y otra cosa son los debates, cuyo éxito o fracaso depende de la calidad de los candidatos. Los formatos más novedosos solo magnificaron la magra calidad de las candidaturas. Los candidatos se abocaron a atacarse, a ofrecer propuestas populistas y paternalistas y a hacer bromas. De los debates nos quedarán en la memoria aberraciones como «mochar manos» o «Ricky Riquín Canayín». Los candidatos ni siquiera pudieron estar a la altura de los formatos de debate que presentó el INE.

4.- El papel acrítico de algunos líderes de opinión

Los sesgos cognitivos no se pueden criticar como tales porque suelen ser parte de nuestra condición con nuestros seres humanos. Así, se entiende que alguna persona no mida a dos candidatos con la misma vara o insista en que «todas las encuestas están amañadas» para pensar que su candidato todavía tiene posibilidades de ganar. Que los líderes de opinión simpaticen con algún candidato y lo muestren está bien, pero más allá del natural sesgo cognitivo que suele acompañar a la simpatía de un candidato, algunos académicos y líderes de opinión han tomado una postura totalmente condescendiente con López Obrador, justificando lo que no tiene forma de justificarse, cuando por su figura de intelectuales deberían, de alguna u otra manera, reconocer las debilidades y errores del candidato (que los tiene, como todos). Esto es importante mencionarlo ya que los candidatos se sostienen sobre sus bases, y no creo que sea sano tener una base sin capacidad de crítica.

5.- Los influencers

Todos sabemos que el papel que tiene el influencer en la sociedad (aquella persona que tiene influencia en medios digitales por medio de Youtube y servicios afines) ha venido creciendo no solo en México, sino en casi todo el mundo. Lamentablemente, varios de ellos sólo han contribuido a polarizar el discurso y a desinformar a la opinión pública, además de que las ofertas para poder seguir las elecciones por medio de estos formatos fueron más bien escasas (una de las razones por las que colaboro en «Sin Comentarios»). Callo de Hacha es el ejemplo icónico de lo que digo, un influencer que evidentemente parece estar trabajando al servicio de una corriente política que se encarga de replicar mentiras para desinformar a la población y rentabilizarlo electoralmente. Algo no muy diferente podría decir de Antonio Attolini, aunque al menos el reconoce públicamente que está trabajando para MORENA. 

6.- Las fake news

En estas elecciones tuvimos, más allá de los esfuerzos de los medios que se deben reconocer, poco nivel de discusión y debate. En cambio, los mexicanos nos sumergimos en un mar de desinformación que solo envilece el proceso electoral. Facebook y Twitter se llenaron de fake news, que no solo son producto de las estrategias de campaña, sino de la incapacidad de los usuarios de las redes de corroborar la información. Ni hablemos de los grupos de Whatsapp que se infestaron de estos contenidos. A pesar de iniciativas como Verificado que intentó, en la medida de lo posible, contrarrestar este efecto, todavía no hay una cultura donde el usuario verifique el origen de los contenidos que consume y comparte.  

7.- Trampas e ilegalidades

Tomando en cuenta que falta esperar el desempeño del INE y el Tribunal para calificar la elección el primero de julio, el papel de las instituciones ha dejado mucho que desear. Que el Tribunal haya otorgado la candidatura al Bronco es una aberración por todas las ilegalidades cometidas. De la misma forma, el papel del Gobierno Federal al utilizar instituciones como la PGR de forma facciosa para atacar al candidato Ricardo Anaya es muy criticable y tan solo es reflejo de la debilidad institucional en nuestro país. 

Conclusión

Si pudiera sacar una conclusión de este análisis, entendiendo que una campaña electoral es el reflejo de la vida pública, política y social de un país, diría que tenemos una clase política decadente y a la vez tenemos una sociedad civil que dentro de algunos sectores se encuentra pujante, pero que todavía no ha crecido lo suficiente como para contagiar tanto a la clase política como a la sociedad en su conjunto. Pareciera que los diversos sectores se encuentran en distintas etapas de evolución, e incluso dentro de los mismos sectores vemos discrepancias. La buena noticia es esa, que dentro de la sociedad civil se está gestando un cambio, pero le hace falta consolidarse para, a partir de sí misma, comenzar a realizar transformaciones que ayuden a renovar el quehacer político del país. 

Tuvimos una campaña de manufactura mediocre a lo que se suma la poca competitividad que hubo dentro de ella (con López Obrador siempre en un inalcanzable primer lugar). Estoy seguro que la gran mayoría de los mexicanos ya quiere que «se acabe todo esto», y creo que las autoridades deberían considerar seriamente en acortar los periodos de campaña, de verdad son extenuantes.