Anaya, el candidato antisistema

Jun 9, 2018

El candidato opositor al régimen de Peña Nieto no es López Obrador, es Ricardo Anaya. Pero no lo es precisamente por su talante democrático ni porque representa un cambio profundo.

Anaya, el candidato antisistema

Si hay un candidato antisistema en estas elecciones, uno que vaya en contra de los intereses del corrupto gobierno de Enrique Peña Nieto, ese es Ricardo Anaya.

No, el principal opositor de Peña en estas elecciones no es López Obrador, es Anaya.

No es antisistema porque no se haya beneficiado del sistema mismo ni porque haya sido parte de éste. Tampoco lo es porque su honestidad destaque frente a la corrupción del político promedio. Anaya lo es porque el peñismo vio en él a una figura muy poco confiable: su historial de traiciones dentro de su partido no le habría garantizado de ninguna manera inmunidad (impunidad) a Peña y a los suyos. Ello explica por qué desde el año pasado hicieron lo posible por debilitar a Ricardo Anaya.

En la campaña, Anaya remató y dijo que si ganaba metería a Peña a la cárcel. Esa propuesta tal vez sea, junto con la del ingreso básico universal, una de las pocas que recordamos del candidato.

El problema es que los priístas suelen ser rencorosos. Los que los hemos llegado a conocer sabemos que se caracterizan por tener la piel bastante delgada, y rara vez perdonan ese tipo de amenazas. 

La campaña del PRI contra Ricardo Anaya es real, no es una ficción ni es una oscura estrategia. En el primer ataque de este año utilizaron a la PGR de forma facciosa, en el segundo utilizaron a los medios de comunicación como Televisa y TV Azteca y similares para propagar con impecable sincronía un video sin fuente de origen con unas presuntas declaraciones:

¿Es Anaya culpable de lo que se le acusa? ¿Són mentiras? ¿Son verdades a medias? No lo sé. No me parece que Ricardo Anaya sea una persona muy confiable y honesta. Pero, independientemente de la veracidad que las acusaciones puedan tener, queda claro que el gobierno de Peña Nieto está interviniendo de forma flagrante en las elecciones para destruir a Anaya, ya no solo para evitar que llegue a la presidencia (cosa que a estas alturas ya es bastante improbable) sino para destruir su carrera y su fama.

Es evidente que Peña Nieto prefiere a López Obrador en la silla presidencial que al frentista. El discurso conciliador de AMLO incluía un guiño al gobierno de Peña Nieto que básicamente consistía en no tomar venganza a cambio de que el de Atlacomulco no le «echara montón».

Y así lo vemos. Muchos esperaban que al cierre de la campaña todo el aparato volcara contra López Obrador y eso no está sucediendo. Los únicos que lo intentaron hacer fueron las cúpulas empresariales (ahora ya apaciguadas después de una reunión que AMLO tuvo con el Consejo Mexicano de Negocios) quienes recibieron de Peña Nieto un portazo en la cara cuando le pidieron que Meade declinara por Ricardo Anaya. 

Lo único que vemos en contra de AMLO en estos momentos son algunos spots donde se intenta señalar que él es incapaz de gobernar este país, pero nada más. Incluso el tema de Nestora Salgado ha ido quedando en el olvido. Este cierre de campaña está resultando muy tranquilo para López Obrador quien simplemente se está administrando para lo que se antoja inevitable.

Dentro de la campaña de Anaya han comenzado a sugerir que Peña Nieto y López Obrador ya pactaron. No sé si eso esté ocurriendo, no tengo elementos para afirmarlo pero sí se pueden ver algunos indicios de que eso podría estar ocurriendo como las votaciones en conjunto que PRI y MORENA han realizado en ambas cámaras o las polémicas declaraciones de Yeidckol. Lo cierto es que muchas de las cúpulas de poder de nuestro país ya se están alineando con el que muy probablemente será nuestro próximo presidente.  

El discurso antisistema de Ricardo Anaya difícilmente va a pegar porque, de acuerdo a los estudios demoscópicos que se han publicado, es al que se le considera más mentiroso. Lo cierto es que al día de hoy, quien representa la principal oposición al gobierno actual no es López Obrador, sino Ricardo Anaya. Pero el mote de antisistema no es necesariamente un halago.