Todos contra López Obrador, Plan B

Jul 4, 2017

Ni los moches de Eva Cadena ni Venezuela parecen haber funcionado. El plan B contra López Obrador es un Frente Amplio Opositor que en apariencia va contra el PRI.

Todos contra López Obrador, Plan B

Había advertido que el «escándalo» de Eva Cadena no iba a perjudicar mucho a López Obrador, básicamente porque la insistencia del PRI y del PAN ante un hecho que, ciertamente reprobable (y que ellos repiten constantemente dentro de sus organizaciones), daría la apariencia de que la «mafia del poder» está urgida de tumbar a López Obrador. Tampoco parece haber surtido mucho efecto que se hablara mucho de la crisis de Venezuela y que el Gobierno Federal tomara una actitud «más proactiva» denunciar el atropello de los derechos humanos en ese país para así advertir de forma tácita lo que ocurriría si López Obrador ganara.

El problema es que para criticar hay que tener autoridad moral y en ninguno de los casos esto existió. Ver al PRI criticar a López Obrador por recibir moches es algo cómico cuando menos, y ver al gobierno denunciar y presionar a Venezuela cuando en México tenemos muchísimos problemas sin resolver puede llegar a ser algo indignante. 

La encuesta de El Financiero (que generalmente no es muy complaciente con López Obrador) demostró el resultado de sendas campañas: parece que le hizo ni lo que el viento a Juárez. López Obrador sigue en el primer lugar de las preferencias. A pesar de los errores que ha cometido, López Obrador sigue allá arriba. 

Frente Amplio Opositor

Fuente: El Financiero

Por eso es que ha surgido el Frente Amplio Opositor, una alianza PAN-PRD rumbo al 2018, la cual se ha vendido como un frente contra el PRI cuando en realidad la prioridad principal es López Obrador. Es obvio que se insiste que es un frente contra el partido en el poder porque de esta forma aspiran a ganar mayor legitimidad. Pero dicha legitimidad está en duda al ver que han tenido la desfachatez de amagar con incluir al Partido Verde (al cual parece que el PRI despreciará porque ya no es tan rentable) en dicho frente. 

Había comentado que para que una alianza así funcione necesitarían postular a un candidato independiente de renombre y que no se le vincule con los partidos que conforman dicho frente. Y así es a juzgar por la encuesta de El Financiero, porque si bien López Obrador va a la cabeza, lo cierto es que le gana y no por mucho a dos candidatos grises e insípidos como lo son Margarita Zavala y Osorio Chong. Un candidato que logre contrastar con lo común, que se le vea ajeno a la desacreditada clase política, podría ser una muy dura competencia para AMLO. 

Me pregunto cuál sería la postura del PRI, porque después de ver que lograron ganar con estrecho margen el Estado de México dividiendo a la oposición, podrían pensar que no todo está perdido rumbo al 2018. Me pregunto si por debajo del agua preferirá aceptar la derrota en beneficio de dicho frente para que abandonado el poder no pierdan sus intereses, o bien, decidirán contender esperando dividir a los dos actores (a MORENA y al frente) para así retener la presidencia (lo cual se antoja muy difícil pero no imposible). 

Dentro de la iniciativa también se percibe desesperación. Tenemos que señalar la incongruencia ideológica que representa esa alianza, ni en lo social ni en lo económico existen las suficientes coincidencias. ¿Cómo le harán entonces para empatar sus agendas? ¿Cómo podrían conciliar intereses quienes representan a polos opuestos dentro de debates tan candentes como el matrimonio gay, entre quienes entienden al humano de forma binaria (hombre, mujer, papá, mamá) y entre quienes promueven el género como producto de construcciones sociales? 

Entiendo que haya casos donde, por medio de una estrategia pragmática, facciones que son muy diferentes entre sí creen una alianza para evitar un mal mucho mayor. Así sucedió con la alianza que forjaron Roosevelt, Churchill y Stalin contra Hitler. Pero en este caso no se justifica. Aunque muchos coincidimos en que AMLO es una mala opción y que algunas de sus propuestas económicas son riesgosas, tampoco existe una amenaza tal (sobre todo si tomamos el estado actual de las cosas) que justifique una alianza en el cual diferentes facciones puedan prescindir de sus ideologías en aras de una empresa mayor. 

Además, como lo he advertido, no es que a nuestros políticos no les preocupe tanto que México se «venezonalice» como se asegura, sino que tienen miedo de perder sus cotos de poder y sus intereses porque si en algo coincidimos es que López Obrador representa, de entre todas las opciones, la mayor irrupción dentro de la estructura política. Y eso se nota, porque aunque hablen de frentes contra el PRI, la batalla contra López Obrador se puede ver claramente desde cualquier ángulo.

Naturalmente un frente opositor como éste puede cerrar la ventaja que tiene López Obrador, pero depende mucho de la estrategia de dicho frente. Si esto se configura, me atrevería a decir que ganará quien cometa menos errores estratégicos; porque si algo hemos aprendido es que nuestros políticos (tanto AMLO como los priístas, panistas y perredistas) son capaces de cometer, en un arranque de soberbia, errores impensables. 

Y también debemos recordar que esta postura puede coexistir junto con la honesta preocupación que tienen otros actores sobre la figura de López Obrador (no todo el que critica al tabasqueño tiene un interés o una agenda oculta). Así, podremos ver cómo las críticas interesadas intentarán mimetizarse con aquellas críticas que sean más sinceras y válidas, lo cual obligará a quienes están interesados en la política saber cual es cual.

La clase política hará todo lo posible para que no llegue López Obrador, moverán mar, cielo y tierra por mantener el poder y sus intereses.