¿No quieres votar? ¿Te da flojera? ¿Crees que todos son iguales? ¿No te gusta la política? Este listado es para ti:
1.- Porque es tu derecho. Independientemente de la crisis institucional (que afecta incluso a los organismos electorales), tienes derecho a elegir a quien te va a representar. Es más, no debería ser un derecho, debería ser una obligación.
2.- Porque es el primer paso para convertirte en un ciudadano responsable. Si te quejas de la situación actual, del país, de los políticos, de las ratas, de los impuestos, al menos deberías de votar por aquellos que tú crees puedan hacer la chamba mejor (aunque sean unos buenos para nada).
3.- Porque si bien las figuras ejemplares escasean, tampoco es verdad que todos los políticos son tan iguales. Existen algunas diferencias aunque no sean tan notables: de trayectoria, de honorabilidad o de ideología. Si crees que es estúpido ir a votar por el menos peor, es todavía más dejar a los «más peores» elegir por ti.
4.- Porque si odias al PRI, al no votar le estarás ayudando al partido que tiene más voto duro. Si te quejas tanto de ellos, después de las elecciones lamentarás no haberte parado en la casilla y haber colaborado con «su llegada». En general los partidos más grandes se benefician de una mayor abstención porque ni los votos nulos ni los abtencionistas cuentan a la hora de repartir el dinero a los partidos.
5.- Porque si eres priísta con más razón debes de ir a votar. No habrán muchos «no priístas» que voten por tu partido; ustedes dependen de su voto duro.
6.- Porque no necesariamente tienes que estar convencido de alguna propuesta o estar casado con un candidato. Puedes votar por el menos malo, o puedes votar en contra de un político o un partido político. Puedes votar en contra de los que «roban pero dejan robar», de los «mochos», de los «chairos», de quienes se roban la etiqueta de «ciudadanos» o algún otro que odies. A eso en mi rancho papá, se le llama voto útil. De los 3 presidentes que he votado, sólo a uno lo voté por convicción (Fox, ¡güacala!) y a los otros dos para votar en contra de otro. Y no pasa nada.
7.- Porque el poder es como la energía, el poder no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Y si no votas, dejarás un pequeño vacío de poder que será retomado por el sistema al cual odias tanto. Usa ese pequeño trozo de poder, por más ínfimo que sea.
8.- Porque por más se vote, más difícil es orquestar un fraude electoral.
9.- Si en los países más avanzados y desarrollados se vota, es porque ese mecanismo de alguna forma funciona. El problema no es salir o no a votar, y para cambiar todo el entramado político, como primer paso te debes de parar en una casilla y elegir al que creas que te puede representar mejor, o menos mal que los otros.
10.- Porque no puedes afirmar ser un buen ciudadano y no ir a la casilla porque te da güeva, o porque todos son iguales, o porque «no voy a hacer una diferencia».