Vicente Fox, más grande que Benito Juárez, de estatura

Jul 16, 2013

Dentro de todo siento cierta admiración por Vicente Fox, y es que creo que es algo así como un ejemplo para aquellas personas que les afecta el «qué dirán». Me explico, después de que Fox nos decepcionó a muchos como Presidente (no porque gobernara tan mal, que creo que tiene una calificación a medias, sino por las expectativas que generó), empezó a decir tonterías que salen dentro de lo que uno espera de un mandatario. A diferencia de los deslices de Peña Nieto que tienen que ver más con cierta ignorancia y bajo nivel intelectual, Vicente Fox lo hace porque cree que puede decir lo que quiera, incluso aunque los años y el desgaste le cobre factura en su mente. La credibilidad de Fox está hasta los suelos, se ha convertido en un bufón, y parece no importarle, parece no afectarle, el sigue diciendo lo que quiera sin importar que todos se burlen de él.

Vicente Fox, más grande que Benito Juárez, de estatura.

Posiblemente Vicente Fox le gane a Enrique Peña Nieto el título del Presidente más tonto de la era moderna en la percepción de los mexicanos. Debido a que Peña Nieto si algo bueno tiene es la disciplina y además de ser prudente, y que poco a poco empieza a aprender a ocultar sus limitaciones cognitivas e intelectuales. Fox, debido a su arrogancia, a sus conflictos personales con ciertos personajes, como López Obrador y Felipe Calderón, que demuestran serios trastornos de la personalidad, además de su megalomanía, dice lo que quiere, tal cual niño caprichoso, «víctima de bullying mediático», pero como si fuera un niño que ríe y se burla cuando todos los demás le propinan una golpiza.

Parece un tema superficial. Pero creo que es relevante porque de alguna manera, la situación de este personaje refleja un poco lo que ha pasado con la democracia mexicana. Llegó creando muchas expectativas, representó la transición del autoritarismo a la democracia (aunque en realidad no fue su artífice) y ahora apoya cínicamente a aquellos que dijo combatir. Esas alimañas, tepocatas.

Podemos debatir que tan buen presidente fue Benito Juárez, peor su declaración donde afirma que fue un gran mandatario, mejor que Benito Juárez, suena retador, pareciera estar retando a los ciudadanos, que cada vez son más, que lo critican.  Son palabras que ni él mismo se cree. Igual puede citar a la Biblia (tomando en cuenta que perteneció a un partido conservador) para justificar la legalización de las drogas:

La prohibición comenzó en el Jardín del Edén, como creemos los católicos, y no funcionó. Dios nos creó libres, incluso para ir en contra de él. Si somos libres, podemos tomar decisiones libres”.-

Fox representa una transición fallida, que quedó a la mitad, y donde algunos coquetean con las prácticas del pasado. Fox representa la decepción que causa la política a los mexicanos, donde al parecer la palabra de un político vale poco, porque es un político. Fox es representativo del crecimiento del abstencionismo del país, promotor del regreso del PRI de forma pasiva (al mostrar que él no cambió tanto las cosas como prometió) y de forma activa (apoyando a Enrique Peña Nieto). Fox representa a aquel político pragmático carente de ideales donde el fin (su fin y no el de los ciudadanos) justifica los medios. Fox puede en un spot en la campaña del 2000 criticar al neoliberalismo, y luego criticar a cualquier personaje que tenga un gramo de socialista. Puede decir que AMLO es López Chávez (haciendo referencia al venezolano) y pocos días después decir que es un pionero y un ejemplo en programas sociales.

Fox es un priísta, pero con menos colmillo y más ingenuo. Alejandro Paez Varela cree que Fox no está loco, al contrario de lo que muchos piensan. Yo creo más bien que Vicente Fox siempre ha sido así, nada más que el interés le decía que tenía que camuflarse para engañar a los electores. Cuando dejo de tener esa necesidad, salió el Vicente Fox que todos conocemos. Su presidencia había lo suficientemente menos mala para al menos no retirarse como un bufón, pero su insistencia en atraer la atención y saciar sus conflictos psicológicos, lo han dejado como una versión light de Antonio López de Santa Anna en el inconsciente colectivo mexicano.

Y curiosamente, las críticas le hacen a Vicente Fox, lo que el viento a Juárez.