La hora prácticamente ha llegado. Desde que iniciaron las elecciones se había estado hablando del debate, y que yo recuerde, ningún debate había causado tanta expectativa en la historia moderna de México. Posiblemente porque Enrique Peña Nieto está de puntero, y muchos saben que esta es la única oportunidad para que tanto Josefina Vázquez Mota como Andrés Manuel López Obrador puedan hacer el milagro, la voltereta, o al menos reducir la ventaja de Peña Nieto para ponerlo en zona de combate. Entre los que nos interesa la política (aunque la odiemos por su mal ejercicio), esperamos con mucho más ansias el debate que un simple partido de futbol cuyo resultado luego podremos enterarnos en alguna página de Internet.
Este debate a llevarse a cabo en el WTC en la Ciudad de México será más importante que el segundo que se realizará en junio en Guadalajara. Si bien los dos tendrán el mismo formato, y posiblemente el mismo alcance (bueno eso depende, porque ya no habrán partidos de liguilla, pero otro domingo a las 8 podría ser buen pretexto para que TV Azteca arranque su ciento catorceava generación de La Academia), en el primer debate podremos ver que tanto se pueden cambiar las cosas. Si Josefina y López Obrador que son los que están abajo, no logran cambiar las tendencias, difícilmente lo harán en el segundo; por el contrario si logran hacerlo, posiblemente en el debate de Guadalajara logren dar un paso más.
No solo el teleprompter está prohibido, está prohibido también cualquier dispositivo electrónico como iPads, celulares o algún otro dispositivo móvil pero si podrán llevar sus notas y sus gráficos (los cuales siempre son utilizados para exhibir a los otros candidatos) ¿Esto por qué?, porque por medio de un iPad o iPhone por ejemplo, los candidatos podrían recibir información sobre lo que deben de decir en tiempo real por parte de sus asesores, lo cual los beneficiaría a la hora de recibir una crítica; por supuesto, este tipo de «acordeones» beneficiarían más a Enrique Peña Nieto dado que será el candidato atacado por el hecho de ser puntero, y por su poca capacidad de improvisación.
Los candidatos en estos últimos días han reducido su actividad, se están preparando para el debate. Todos ellos están en el «cuarto de guerra» preparando junto con su equipo la estrategia a utilizar. Incluso es de notar que Enrique Peña Nieto ha mejorado hasta cierto punto su capacidad de improvisación como lo vimos en el Foro CNN, cuyo video pueden ver en este mismo sitio. Al menos lo es si lo comparamos con su «pifia» de la FIL o la entrevista con Jorge Ramos donde tuvo un «lapsus» cuando le preguntaron de qué murió su esposa. También los otros dos candidatos se han preparado, en el mismo foro vimos a una Josefina Vázquez Mota más suelta y menos «robótica», en cambio AMLO si bien no ha «mejorado tanto», tal vez es el menos obligado a hacerlo, porque el durante años ha sido un político confrontativo, con lo cual, por naturaleza, le da una ventaja en este tipo de eventos. Pero si probablemente está estudiando con sus asesores la forma en que puede atacar a Peña Nieto o incluso a Josefina Vázquez Mota.
Lamentablemente el debate, por su formato, no se presta demasiado para hacer «debate». No habrá confrontación directa y los candidatos se tendrán que apegar a las estrictas normas. Si bien habrá contrarreplica donde los candidatos podrán atacar o cuestionar a sus oponentes, esta dinámica será limitada. Naturalmente los ciudadanos esperamos propuestas, pero dadas las circunstancias, no será raro que en este debate predominen los cuestionamientos y ataques. Posiblemente el que más proponga será Enrique Peña Nieto, dado que su primer lugar le obliga tener una posición defensiva. Pero los otros dos candidatos también tendrán que proponer, sobre todo por la experiencia vivida en el debate llevado a cabo en Jalisco, donde el panista Fernando Guzmán se empecinó a criticar al priísta Jorge Aristóteles, el panista terminó humillado por este último; en cambio Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano (candidato que a pesar de lo pequeño de su partido, tiene mucha fuerza en Jalisco) si bien criticó a Aristóteles, también se dedicó a realizar propuestas alternas a lo que criticaba, salió avante y para la mayoría de los que vieron dicho debate, Alfaro terminó ganando.
Josefina Vázquez Mota y López Obrador tendrán que ser inteligentes en como atacan. López Obrador incluso deberá tantear con cuanta agresividad atacará Josefina a Peña para determinar su estrategia. También tendrán que proponer, y ser incisivos, más que Peña Nieto se está tratando de blindar para que estos debates no le afecten tanto. Sabe que este tipo de escenarios son adversos para él, y por eso mismo canceló el debate organizado por Carmen Aristegui, y los foros con estudiantes universitarios a donde si acudieron los demás candidatos. Peña va al debate a perder el menor número de puntos, y tanto el y su equipo deberán ensayar diversos escenarios de ataque para que sepa como puede responder.
Posiblemente a quienes nos gusta informarnos mucho de la política, este debate no cambie en mucho nuestras preferencias, pero para los no tan informados, los que o bien no tienen acceso a Internet, o si lo tienen pero no lo usan para estar al día en estos temas, serán más proclives para que su opinión cambie. Lo que parece ser es que ya los candidatos están listos para los güamazos. ¿Y Quadri?, no sé, posiblemente se lleve una televisión portatil para ver el partido.
Por cierto, sigan el debate en Twitter, estaré haciendo cobertura y opinando en vivo en @elcerebrohabla