Andrés Manuel López Obrador, por Francisco Martín Moreno

Jul 25, 2011

Alguien tenía que hablar con tino sobre este polémico personaje, y el escritor Francisco Martín Moreno lo hizo. Tal vez Martín Moreno no se me haga uno de los mejores historiadores de México (hay mejores), pero creo que ha descrito con elocuencia a López Obrador. Sobre todo porque describe bien los fallos que tiene este personaje en sus propuestas. Independientemente de lo que haya ocurrido en el 2006, creo que con López Obrador al mando tendríamos un país caótico (si de por sí ya lo es con Calderón, no me quiero imaginar lo que sería con este «mesías). Les presento el texto y lo iré analizando parte por parte.

No existe ningún mexicano, medianamente sensato, que
no esté de acuerdo con tu tesis consistente en que
«Primero los Pobres». ¡Claro que primero los pobres!
¿Quién puede oponerse a semejante propósito político y
social? Quienes realmente queremos a este país
deseamos elevar a la altura mínima exigida por la
dignidad humana, a todos aquellos compatriotas que
carecen de lo estrictamente indispensable. ¡Claro que
queremos educación para todos! ¡Claro que queremos
bienestar para toda la nación! ¡Claro que queremos un
ingreso per cápita de cuando menos 30 mil dólares al
año para cada mexicano! ¡Claro que queremos apagar
todas las mechas encendidas, que no hacen sino atentar
en contra de la estabilidad y del desarrollo en
general del país! ¡Claro que queremos aumentar el
ingreso, pero a través de la productividad y no a
través de decretos ya conocidos que disparan la
inflación con todas sus consecuencias!

Yo mismo lo decía. López Obrador tiene el diagnóstico correcto, es bueno para ver lo que está fallando en el país. Lamentablemente, sus soluciones están lejos de ser buenas. Apuesta al estado como motor de la economía cuando ya se ha mostrado a traves de los años, décadas y siglos que esa no es la solución. Es cierto que a veces el estado debe intervenir, pero todos sabemos que laes empresas estatales son ineficientes, solo hay que comparar a Pemex con Petrobras de Brasil (esta última es privada y triplica en productividad a la paraestatal nacional). Tiene mucha razón Martín Moreno, no se puede aumentar el ingreso a trvés de decretos (como alguna vez lo hicieran Echeverría y López Portillo), tiene que haber un aumento en la productividad para que los salarios crezcan, es simple y llana lógica.

¿Quién no desea ayudar los indios de México? ¿Quién no
desea alfabetizarlos? ¿Quién no desea contener la
emigración de cientos de miles de mexicanos a los
Estados Unidos? ¿Quién no quiere agua potable,
televisión, estufas, piso de concreto y paredes de
ladrillo en cada familia mexicana?

Querido Andrés: todos coincidimos en la necesidad
inaplazable de rescatar a los marginados, sólo que yo
no coincido contigo en las estrategias que has
planteado para rescatarlos de la miseria. Entiende que
la única célula generadora de riqueza es la empresa y
los empresarios, a los que tú llamas hambreadores del
pueblo o parásitos sociales, son los agentes
operadores del bienestar. La práctica lo ha
demostrado. Mientes.

Totalmente de acuerdo de nuevo con Francisco Martín Moreno. La empresa es la única generadora de riqueza, porque la ambición y las ganas de crear riqueza hacen que la gente sea más productiva lo cual coadyuva en el aumento en la productividad de un país, por lo tanto esa riqueza se multiplica. Es cierto que en México hay empresas que no pagan impuestos, o hay personas que obtuvieron sus empresas gracias a intereses con el gobierno (AMLO sabe explicar muy bien eso). La responsabilidad del gobierno debería ser únicamente obligarlas a estar en regla, es decir, hacer que paguen impuestos, combatir los monopolios privados existentes para fomentar la libre competencia. Los excesivos controles y las nacionalizaciones solo minan la economía de un país. Es cierto, empresas como Televisa, o Telmex no son mejor ejemplo de empresa que pueda existir, pero si las desapareciéramos del mapa, probablemente tendríamos un país pobre. Cierto también que las televisoras transmiten contenidos televisivos deplorables, pero también es cierto que los canales cuando están al cobijo del gobierno, también se encarga de manipular las conciencias de las personas a su favor.

El estado debe de encargarse de distribuír la riqueza mediante los impuestos, para que tengamos una sociedad más equitativa, para dar más oportunidades a los que menos tienen. Pero jamás debe de reemplazar al mercado para crear riqueza. Los políticos de izquierda moderada así lo han entendido y así lo hacen.

Todos coincidimos con el fin, pero la mayoría no está
conforme con tu método. Se vio en las urnas. Ni
partiendo el sueldo de los funcionarios públicos a la
mitad ni evitando la corrupción que devora lo mejor de
nuestro país, podremos generar la suficiente riqueza
para crear los empleos que requiere México, la
herramienta más eficaz para ayudar a los pobres que
tanto nos preocuparan. Tu diagnóstico está equivocado.
Un gobierno encabezado por ti jamás creará los empleos
que requiere México ni extinguirá las mechas
encendidas, ni impulsará la recaudación tributaria
indispensable para que el gobierno aumente
significativamente el gasto en Desarrollo Social.
Nadie con dos dedos de frente podría aceptar que tus
tesis económicas ayudarán a la capitalización de las
empresas ni estimularán la investigación tecnológica,
ni ampliarán los mercados, ni estimularán la
competitividad en el comercio internacional, ni
abaratarán costos de producción, ni propondrán
alternativas inteligentes para modificar el TLC, dando
los pasos adelante necesarios para acercarnos, poco a
poco, al esquema de una Comunidad Económica de
Norteamérica.

De acuerdo otra vez, y esto se corrobora en el último libro que lanzó López Obrador. En ninguna de las 20 propuestas se habla de competitividad ni de los mercados. A mí realmente se me hace una estupidez que los funcionarios se partan la mitad su sueldo, solo obtendríamos un monto mínimo que no podría reemplazar al que se puede producir por medio del ingenio y la competitividad. Por mí que los funcionarios ganen bien y que tengan su seguro privado. Creo que deben de ganar bien para que en la misma medida nosotros les exijamos cuentas y trabajen de acuerdo al sueldo que obtienen.

No tienes ningún derecho en detener a la inversión
extranjera ni a la doméstica, que tanto necesitamos
para prosperar. No tienes justificación para espantar
a los capitales que vienen a ayudarnos a construir un
México mejor. Careces de elementos, nunca los tendrás,
para estimular el odio entre todos los mexicanos, ni
para polarizar este país, ni para crear trincheras
entre todos nosotros únicamente para dividirnos, la
única condición en que los mexicanos hemos sido
históricamente derrotados.

Aquí tal vez no estoy tan de acuerdo. El odio y la polarización fué causado por ambas partes. Tanto por Andrés Manuel López Obrador, como por el entonces gobierno, el PAN y una parte del empresariado. El discurso de AMLO contra los «oligarcas y la mafia» fué igual de dañiña como el discurso de «Un peligro para México». Es cierto, los capitales se asustaron, pero el espanto nunca se concretó porque nunca llegó al poder.

Tú no representantas a la izquierda, sino al más
catastrófico populismo, del que yo no quiero jamás
volver a acordarme. Izquierda era la de Mitterand , la
de Felipe González , es la de la Bachelet , a
diferencia de la supuesta izquierda de Chávez o la de
Castro , quien ha impuesto la felicidad con la fuerza
de las bayonetas…

Muy cierto, no tiene que ver mucho López Obrador con Mitterand, Felipe Gonzáez, Bachelet o Lula da Silva (aunque este último antes de ser presidente tuvo una retórica parecida a la de López Obrador, luego se moderó). López Obrador no es la izquierda que necesita México, de hecho la está bloqueando al intentar volver a contender por el poder sabiendo que no va a ganar (y sin respetar el acuerdo que tuvo con Ebrard donde el que saliera primero en las encuestas era el que iba a liderear la izquierda). López Obrador podrá ser la consecuencia de los malos manejos que se han hecho en la economía durante años, pero ello no significa que sea la solución.

No, no Andrés, para ti es irrelevante el incendio de
todo lo mío, la destrucción de todo lo que he
construido en los últimos siete siglos. Es claro que
no te importa que nos volvamos a incendiar como en
1810, en 1858 o en 1910, siempre y cuando tú puedas
compensar los vacíos sicológicos que se remontan a tu
infancia. No, Andrés, ese no es el camino. Si el
padrón federal lo integran 72 millones de electores y
de ellos sólo 14 votaron por ti, entonces 58 millones
no te quieren en la Presidencia , o sea más del 80 por
ciento te rechaza como jefe del Ejecutivo.

Independientemente de si hubo fraude o no, es cierto que más de la mitad de la población no lo quiso en el poder (como tampoco a Felipe Calderón que tuvo cifras similares).

Antepones tu bienestar personal al mío. Deseas
intimidar a las autoridades judiciales mediante la
protesta callejera. No quiero un Mussolini mexicano
que acepte la ley siempre y cuando le beneficie y que
rechace a la Constitución por ser una herramienta a
favor de la burguesía. La mayoría somos conscientes de
nuestras debilidades económicas y sociales, sólo que
hemos decidido no convocarte a ti para resolver los
difíciles problemas que nos aquejan.

Abandona el llamado a la violencia. Abstente de
erigirte como intérprete de la voluntad popular y
resígnate a aceptar tu derrota. La mayoría de los
mexicanos no te quiso en la Presidencia de la
República, porque lejos de ayudar a los pobres los
hundirás más en la desesperación hasta que volvamos a
matarnos con las manos entre nosotros mismos.

Es cierto que el discurso de López Obrador es polarizador, pero aquí vuelvo a no estar de acuerdo con el autor. El movimiento de AMLO ha sido pacífico desde un principio, a pesar de que llevó a cabo acciones que perjudicaron a terceros como el bloqueo a Reforma. Nunca ha habido signos de violencia en los mitines de AMLO ni nada que se le parezca (pudo haber algún descarreado que no tenía que ver nada con él pero nada más). Si concuerdo, en que el no es el intérprete de la voluntad popular, sino de un solo sector minoritario del país. A pesar de ello, dentro de todos los políticos mediocres que tenemos, el sigue siendo el principal lider político que existe.