Reflexión Mexicana tres equis

Jun 28, 2010

Hoy está haciendo mucho calor, estoy encerrado en mi recámara pensando en lo que voy a escribir hoy. ¡No tengo ni puta idea!. Ya hablé demasiado sobre futbol y el fracaso de la selección, la política en estos momentos me da una flojera abordarla, con todo y el asesinato de el priísta tamaulipeco Rodolfo Torre Cantú o la polémica tenencia de Felipe Calderón que si es medida electorera o que si está incompleta o que si es un atentado contra la ecología, no se, estoy hasta el hastío de esos temas. Ahora hablaré un poco de lo que a muchos les gusta escuchar, el sexo:

El gusto por el sexo

Platicaba con una amiga sobre el sexo y la infidelidad, me hablaba sobre los resultados del estudio que publiqué, que ¿como nos encanta el sexo a los hombres?, y la verdad si es cierto, a la gran mayoría de los hombres (hasta a algunos padrecitos) nos gusta el sexo. Es más, me pongo a pensar cuantos hombres se estarán cogiendo en este momento en mi colonia a una mujer con busto prominente, ¿cuantos hombres están teniendo la suerte en estos momentos de poderse follar a la mujer de sus sueños y sentir el mayor de los placeres físicos que pueda existir en el género másculino?: El orgasmo. Eso sí, envidio a las mujeres porque tienen la capacidad de sentir varios orgasmos en una sola relación.

Pero bueno, no se si tener sexo en lunes por la noche sea una buena idea. No se si las energías perdidas en el «mete-saca» («Mertesacker» en alemán) se puedan recuperar para un martes de 8 horas de jornada laboral. -¿Oye, Samuel, por qué te ves tan agotado hoy?. Pero tal vez Samuel recupere todas esas energías (aunque sea artificialmente) cuando emocionado le presuma su nueva aventura a su colega -¿Que crees, te acuerdas de Laurita, la de las bubis que trabajaba en la oficina de al lado?, pues me la cogí. Esa declaración probablemente hará sentir mal a su colega que debió pensar en su mente. No manches, Samuel logró acostarse con Laurita y a mí solo me alcanza para recurrir a Manuela, y eso si está de buen humor.

Sexo a la mexicana.

Para esas cosas si que los mexicanos somos muy raros, es curioso, pero las películas con contenido sexual mexicanas son muy diferentes a las de los países angloparlantes. En estos últimos se apela mucho a la sensualidad, todo es lento: Los besos, las caricias, los llegues todo tiene su toque sensual. En cambio en las películas mexicanas todo es rápido, parece que tienen prisa de fecundar, los besos son agresivos, los manoseos son rápidos, todo es en cámara rápida. La verdad que flojera hacer un acto de 15 minutos en 5, yo por eso pienso que es preferible  la versión «angloparlante», mejor que todo sea lento y con un alto toque de sensualidad, los de las pelis mexicanas parece que quieren disimular su eyaculación precoz.

Desviaciones sexuales

Hablando de la pornografía, siempre me han dicho que el exceso de esta puede provocar desviaciones. Se oye muy moralina esta frase pero me cae que es cierta. Aceptémoslo, todos en nuestra juventud tuvimos algun contacto con la pornografía, nos juntábamos a ver la Playboy o la Penthouse que traía el amigo, era de lo más normal. Pero de verdad que hay gente que no ha superado esa etapa. No digo que necesariamente uno crezca y deje de ver cualquier tipo de pornografía en su totalidad (más con el fácil acceso que hay ahora a ella por medio de Internet), pero hay tipos que se obsesionan tanto con ella que luego parece que les termina aburriendo y empiezan con cosas mas hardcore, como el famoso video de «Two girls, One cup» (a muchos nos lo mandaron, pero quien se excitó con eso de verdad que está enfermo de la cabeza) que cuando me lo enseñaron estuve a punto de vomitar. También hay muchos que ven pornografía de mujeres ancianas u hombres o mujeres teniendo sexo zoofílico (es decir con animales) entre muchas otras aberraciones pornográficas que ya son más de enfermos mentales que de jóvenes curiosos.

La doble moral mexicana

También es curiosa la doble moral del mexicano. Muy religioso, pero muy pornográfico. El papá de un compañero de escuela era muy católico, de hecho era parte de los Legionarios de Cristo (pa’l colmo) y uno de sus hijos se había ordenado como padre. Ya se imaginarán el ambiente en su casa lleno de crucifijos y retratos de la virgen. Ah, pues resulta que le descubrieron al tal papá varios VHS pornográficos escondidos su recámara. Y no solo eso, el compañero iba por el mismo camino. Estaba orgulloso de su viaje a México D.F. a donde fué a ver al Papa Juan Pablo II, y cuando regresó, varios amigos suyos estaban «dedeando» la vagina de una mujer americana. Lo primero que dijo el tipo a ver a estos chavos fué «yo también quiero, yo también quiero».

También hubo otro caso curioso donde un amigo, hace algunos años, nos enseñó su nueva película pornográfica de lesbianas, era una película que ya rosaba en lo hardcore donde la mujer se ponía una prótesis de cola de caballo en su ano, y la otra mujer la montaba y le empezaba a golpear el trasero como si fuera un animal. Al lado de la TV había una pintura muy bien realizada, y le pregunto -¿que es eso?, me responde -Es mi ídolo y mi ejemplo a seguir: Jesucristo. Y con la peli porno al lado, y yo ¿what a fuck?.

Fin