U2 ha sido una de las bandas más populares a nivel mundial. Y no solo eso, su aportación a la música fué tal que muchos grupos actualmente le deben la existencia a esta banda (sino pregúntenle a Coldplay, The Killers o Keane). Yo debo confesar que mis primeras experiencias con U2 no fueron tan exitosas (lo primero que escuché fué el «Pop» y no se me pegó mucho), pero cuando conocí el Achtung Baby (y posteriormente el Joshua Tree), me enamoré de ellos.
Lamentablemente, como todas las bandas que existen en el planeta, las cosas empiezan a caer. No basta ser una banda grande como para no permitir arrastrarse por el mainstream. Al contrario, creo que el ser una banda grande, si no se tiene mucho cuidado y mucha humildad, es proclive a hacerse algo comercial, a ser lo que anteriormente destestaban. Y a U2 le ocurrió. En el Zoo TV se burlaban de la fama y las superficialidades con las caracterizaciones de La Mosca y de McPhisto. Ahora se han convertido en ellos. Ahora ya se han acostumbrado a convivir con las pretenciones superfluas de la música y de la moda. Ahora Bono es una pasarela de la moda: Viste ropa de marca, y mira al público con sus lente Bvlgari de colección. Todavía sueña con salvar al mundo, pero no se logra salvar a si mismo de las tentaciones de la fama.
Un ejemplo fué la incoherencia ideológica que mostró Bono: El, que presume ser de una izquierda progresista, decidió mover todas sus «oficinas» a Holanda, para pagar menos impuestos. También patrocinó con dinero suyo un videojuego donde los norteamericanos tenían que salvar a una Venezuela Bananera de su dictador autoritario, pero al mismo tiempo convivía con George W. Bush para obtener (por su puesto, sin éxito) ayuda para ayudar a Africa. Pero parece que no todos los miembros de U2 están de acuerdo con el comportamiento de Bono. The Edge nunca estuvo muy de acuerdo con las visitas a Bush, y Larry Mullen Jr.(el baterista) reclamaba a Bono por juntarse con Tony Blair, cuando segun el primero, el ex-primer ministro de Inglaterra era un magnicida.
Si bien, U2 nunca mostró (como si lo han hecho otras bandas) una crítica directa al capitalismo, si criticó el consumismo desenfrenado de la sociedad occidental en las épocas de Zoo TV con temas como Even Better than the Real Thing, o con los «anuncios subliminales» que se mostraban mientras tocaban «The Fly». Ahora forman parte de este consumismo desenfrenado al lanzar junto con Steve Jobs un iPod edición especial de U2, o al lanzar con Bvlgarí, sus lentes de colección en tiendas de prestigio, o vender productos de la campaña «Red» en tiendas como Nordstrom o Macy’s en Estados Unidos.
Y mientras U2 ya no toquetea al mundo superfluo, sino que hace el amor con él. También demuestra el declive y la arrogancia la cual va implícita en sus últimas obras. Es cierto que su musica siempre tenía algo de «pop», pero era honesto. Ahora vemos como hacen temas para agradar a la gente, y no tanto para hacer buena música. Ahí tenemos el ejemplo del tema de Vértigo, que pareciera que fué creado por las disqueras para obtener más utilidades, o tenemos el disco de No Line on the Horizon, que al principio no se me hizo malo; pero después de varias escuchas llegué a la conclusión de que era un frustrado intento de parecerse al Achtung Baby, pero preocupandose por el ¿que dirán?. Por ejemplo, el tema homónimo del disco No Line of the Horizon, pareciera ser una reinvención de «The Fly» diseñada por los directores de marketing de Lady Gaga, y mejor no hablamos de Get in your Boots, un tema meramente comercial y pegajoso.
Pero parece que les están cobrando la factura a U2 de todas sus presunciones. Todavía llenan los estadios. Pero la gente va a ver para recordar lo que era U2 antes, y no lo que era ahora. Es de notar como el público se queda callado cuando tocan temas como No Line o Magnificent, pero revolotean de alegría cuando escuchan clásicos como Pride, o Ultraviolet. U2 ha empezado a envejecer y tal vez es hora de pensar en el retiro, si no quieren terminar siendo una banda dinosaurio como los Rolling Stones.
Yo prefiero quedarme con el U2 de antaño. Con aquellos jóvenes que deslumbraban en el Live Aid. Con aquella mosca cantando The Fly o Mysterious Ways, o con aquel diablo cantando Lemon. El U2 de hoy parece ser una burla de aquella banda que hacía magia en el escenario. Lamentablemente como dije, se transformaron en eso que tanto miedo tenían de convertirse, en una banda comercial y «marketinera».