Chillar y patalear por su propio triunfo.

Oct 26, 2008

Andrés Manuel López Obrador con su movimiento, con las adelitas y los acarreados logró una cosa: Evitar que se privatizara a Pemex. Logró lo que el siempre había querido, y era el que no se privatizara a Pemex, como al menos así lo quería el gobierno en turno. Se llevó a cabo una reforma donde a fín de cuentas la intervención de empresas privadas solo se hará para extraer el material negro, pero no para comprarlo o poseerlo; cosa con la que López Obrador alguna vez aceptó en su libro «Proyecto Alternativo de Nación».

No se que es lo que tenga en mente, pero parece que ese «logro» no fue suficiente; y a pesar de que la reforma fué aprobada incluso por su propio partido, en lugar de celebrar sigue haciendo movilizaciones y no está de acuerdo con la reforma tal y como quedó. Asalta la duda porque ahora que no tendría sentido por seguir luchando algo que a grandes rasgos ya logró, algo que a simple vista denota también la separación con gran parte del PRD.

A pesar de lo patéticos que puedan ser sus movimientos, el papel de López Obrador fué clave para lograr una Reforma aceptable, que si buscara adaptarse a la realidad actual, pero que no corriera riesgos de privatización (aunque estoy casi seguro de que los «privatizadores» van a volver a atacar). Pero lo que no entiendo es por que seguir de necio, ¿acaso necesita siempre una excusa para hacerse notar siempre?.

Si Lagrimita festejaba con algarabía «Perdiimooooooos», López Obrador llora por su triunfo.