La tomadura de pelo de Mancera

Sep 13, 2017

Las estaciones del metro están tapizadas con el rostro de Miguel Ángel Mancera. El impopular Jefe de Gobierno busca, por última vez, convencer a sus gobernados.

El día de ayer, después de ir a San Lázaro, me «trepé» a la línea rosa del metro para ir a La Condesa. ¿Qué fue lo que vi? Mancera por todos lados. Mancera tratándome de convencer de que, contrario a lo que piensa todo el mundo, sí había gobernado bien. Esto, en el contexto de su informe y de su ilusa aspiración presidencial.

Pero de entre toda esta halaraca me llamó la atención una cosa, y es su frase «Cinco años de hechos, no de política». 

Su frase es una tomadura de pelo ¿Por qué?

Porque básicamente lo que se debe de esperar de un político es, pues que haga política, porque en su profesión la política es indispensable para gobernar y hacer aquello que la población espere se haga. 

Es como si un arquitecto dijera «Cinco años de casas bonitas, no de arquitectura». Si yo viviera en una de esas casas entonces estaría muy preocupado porque si no hizo lo que se espera de un arquitecto, entonces posiblemente la casa se vendría abajo y moriría aplastado. 

No sé si él, o quien le hizo la campaña, crearon esa frase pensando en que muchos ciudadanos, cuando escuchan la palabra política, la asocian con corrupción, despilfarro, y demás términos que se escuchan constantemente en las noticias.

Pero esa es «mala política», esa es la tergiversación y la corrupción de la política. 

Los políticos negocian, crean alianzas, son pragmáticos. Es lo que se debe de esperar de ellos. La diferencia estriba en que el buen político lleva a cabo dichas actividades en beneficio de sus gobernados en tanto el mal político las lleva a cabo en beneficio de sus intereses. No es lo mismo negociar y llegar a acuerdos que deriven en la mejora de la educación que el caso del Fiscal Carnal. 

No hacer política es no hacer lo que le corresponde al político. Si Miguel Mancera no estuvo haciendo política ¿entonces qué diablos estuvo haciendo todos estos años en la Ciudad de México? 

Si Mancera dijo que «nunca hizo política» entonces entiendo por qué sus resultados son magros. 

Así, bajo este falso supuesto,  las líneas del metro de la Ciudad de México están tapizadas con su cara y su absurda frase, en tanto que las pantallas transmiten una y otra vez sus spots donde intenta justificar, hasta donde le alcanza, su mediocre gobierno. De igual forma ocurre con el PRD, que de forma desesperada, tapiza los barrios populares recordándole a la gente todos los programas sociales. 

En una ciudad donde la inseguridad es cada vez mayor, presume como su máximo logro las reformas que convirtieron al «Distrito Federal» en la «Ciudad de México», junto con varias políticas públicas que, a decir verdad, no son trascendentales. 

Mancera generó muchas expectativas, se presentaba como aquel hombre bienintencionado de «izquierda moderna» que continuaría y amplificaría los logros de su antecesor Marcelo Ebrard. Se quedó corto, se exhibió como un inepto.

Y pues así no se puede aspirar a la silla presidencial. 

Bueno, excepto si eres, ya sabes quien.