El Gorila Harambe, cuando los animales importan más que los humanos

May 31, 2016

Los humanos debemos aprender a respetar la integridad de los animales, pero el ser humano no debe de importar menos que ellos, como el caso del Gorila Harambe

Estoy muy de acuerdo en que debemos aprender a respetar a las demás especies del planeta. Estoy de igual forma, de acuerdo, que lo tenemos que hacer porque hemos llevado nuestro carácter predatorio como seres humanos a un extremo donde ahora tenemos varias especies en peligro de extinción. Creo que esto no debería siquiera estar sujeto a debate.

El Gorila Harambe, y cuando los animales importan más que los humanos

De igual forma, y por la misma razón, no tolero la tauromaquia. No puedo ver a un hombre matando a un animal como parte de un ritual, o una costumbre (aunque se le llame cultura, o arte).

Pero de igual forma, es un error ir al extremo de pensar que un animal tiene más importancia que ser un humano. Eso incluso va en contra de la biología y la naturaleza.

El caso del gorila Harambe es un claro ejemplo de lo que quiero explicar. Si no supiste de que trata, te cuento. En un zoológico de Cincinnati, allá en Estados Unidos, un niño cayó en el recinto donde se encontraba este gorila. ¿Razones? Un descuido de la madre, y seguramente errores en los protocolos y medidas que el zoológico debería tener. Como se puede apreciar en el video, el gorila jala al niño, en algún momento parece protegerlo, pero queda claro que la vida del infante está en riesgo. El zoológico decide matar al gorila para proteger la integridad del niño.

https://www.youtube.com/watch?v=Py_1aCt2c0s

Esto provocó mucha indignación por parte de muchos animalistas (o activistas pro animales), quienes piden justicia para Harambe. No sólo el zoológico recibió críticas, sino la madre, que posiblemente en un descuido suyo, su niño accedió a este recinto. Pero la indignación con la madre, quien fue literalmente linchada en redes sociales por personas que se dicen activistas, no fue por haber puesto en riesgo la vida de su hijo, sino porque al permitir que éste accediera, tuvieron que matar al gorila.

Primero, me llama la atención que un animal (inocente) importe más que un ser humano (también inocente). Si el niño hubiera muerto, posiblemente la reacción de estos animalistas hubiera sido menor. Y se constata cuando nos percatamos de que el linchamiento a la madre va en función de la muerte del animal y no del riesgo en que estuvo su niño.

Segundo, posiblemente fue un descuido de la madre. ¿Cuántas madres o padres no descuidan a sus niños sin querer? Un niño que corre y se le va de las manos, o que bastó girar la cabeza a otro lado por un segundo para ver que su niño estaba tratando de brincar una cerca. A todas las madres les ha pasado, ni que fuéramos seres perfectos. Pero por un descuido de esa naturaleza, se responsabiliza a la madre de la muerte de un gorila.

El zoológico sí podría recibir un mayor número de críticas. Si el niño se coló al recinto, es porque algo falló en los protocolos y medidas que tomaron. Pero el zoológico debe de priorizar la vida de los seres humanos sobre la de los animales. Si bien, el zoológico cometió errores que derivaron en esa escena, una vez cometidos, y con el niño en riesgo, la decisión de prescindir de la vida del animal fue correcta.

Zoológico Cincinnati

El zoológico, a diferencia de la madre, sí tiene responsabilidad en la muerte del gorila, y más con una especie en peligro de extinción. Pero no por el hecho de matarlo (que en ese entonces era necesario), sino por no tomar las medidas para que un escenario así ocurriera. Los animalistas sí podrían irse contra el zoológico por no cumplir con los protocolos necesarios para proteger la integridad tanto de los seres humanos como de los animales.

Por supuesto que la muerte del gorila no nos debe dejar indiferentes, y no sólo porque se trate de una especie en extinción. Pero hay prioridades, entre dos males (la muerte de un animal y la muerte de un infante), había que elegir el menor, y así se hizo.

Muchos activistas pro-animales han caído en el extremo de darles una mayor importancia que a los seres humanos. Gobiernos han elevado a los animales a personas no humanas, y de esta forma tengan derechos, cuando el primero está muy lejos de garantizar la integridad de sus habitantes, muchos de los cuales viven en condición de pobreza extrema, o cuya vida está en riesgo por la inseguridad o el narcotráfico.

Por supuesto que debemos de velar por la integridad de los animales, así como es cierto que un humano que maltrata a un animal tiene muchas mayores posibilidades de hacerlo con un ser humano. Pero se trata de criterios, de prioridades. Velar más por los «derechos» de otra especie (que a diferencia de los humanos, no tiene obligaciones) que los de la propia es un sinsentido, y repito, va en contra de la naturaleza.

Y no estoy hablando de matar animales por placer, hablo de priorizar la vida del ser humano cuando hay que elegir entre ambas vidas.