Algunas personas creen en el karma. Creen que la naturaleza se encargará de poner en su lugar a aquellas personas que les hayan cometido un atropello. En el caso de nuestro querido país el karma simplemente no existe, y más bien tenemos una nación que acumula traumas y rencores colectivos debido a los personajes que hacen lo que se les pegue la gana sin que sean castigados, o bien, con el tiempo sean liberados y después exonerados como el caso de Raúl Salinas de Gortari.
Quienes nos acordamos del México de principios de los noventa (e incluso quienes no lo vivieron), entendimos lo que significan los apellidos Salinas de Gortari. A diferencia de Peña Nieto, el ex Presidente Carlos Salinas, no necesitó una sociedad conectada en línea para que burlas y chistes sobre él se viralizaran. Creíamos que el castigo de la sociedad era implacable y que iba a coadyuvar en un posterior ejercicio de la justicia. Lo primero no sucedió (Peña Nieto, cercano de alguna forma a Salinas, llegó al poder) y lo segundo tampoco, debido a que Raúl Salinas fue puesto en libertad hace algunos años, y ahora con todo el cinismo que va implícito, es exonerado del delito de enriquecimiento ilícito (La PGR afirmó que no «pudo demostrar» que ese súbito enriquecimiento fuera ilegal).
Naturalmente hay muy pocos argumentos de peso (o más bien no los hay) para pensar que Raúl Salinas, hermano del que fuera acusado por Luis Tellez por robarse la mitad de la partida secreta (Carlos), no haya cometido delitos. Incluso se percibe como de un cinismo descarado ver que a Raúl le devolverán todos sus bienes incautados (41 bienes inmuebles y 12 cuentas bancarias). Los Salinas se salieron con la suya. Solamente por la decisión de Ernesto Zedillo de aprehender a Raúl y exiliar a Carlos, la familia Salinas llegó a vivir algunos momentos «difíciles», pero en esta historia parecen haber triunfado. No importe que su nombre esté manchado mientras puedan reírse sin piedad de la gente.
Si alguna persona, en acto de ingenuidad, creyó que la detención de Elba Esther Gordillo o de Andrés Granier significaba algún cambio positivo en el nuevo gobierno del PRI entrante. Con la decisión de la PGR, dicha esperanza se apaga por completo para ver que siguen siendo los mismos. Ignoro la cantidad de poder que pueda tener Carlos Salinas dentro del país, pero a juzgar por conversaciones como las de Luis Tellez o las del ex Presidente Miguel de la Madrid, vemos que sigue teniendo una influencia política considerable, al punto que se le considera el mentor y padrino político de Enrique Peña Nieto.
Con esta exoneración, las autoridades se han vuelto a burlar de la ciudadanía. Y han dado una razón más para que los ciudadanos les tengan escepticismo. Al final es la clara muestra de que como requisito para actuar impunemente, sólo se debe estar completamente alineado al poder, o ser parte de él (cosa en la que se equivocó Elba Esther Gordillo). La famiglia Salinas, a excepción de Enrique, quien muriera asfixiado en el Estado de México, sigue viviendo como si no hubiera pasado nada. Incluso Carlos Salinas se da el lujo de escribir libros y atender a periodistas. Mientras que muchos ciudadanos de a pie, inocentes, deben de lidiar con la presunta culpabilidad tan típica del sistema mexicano.