México y el atentado de Boston

Abr 22, 2013

La semana pasada, la ciudad de Boston en Estados Unidos había sufrido un atentado terrorista donde hubo sin más no recuerdo 3 muertos y más de cien heridos. Se trató de una bomba colocada a metros de la meta del famoso maratón de esta ciudad. Cuantitativamente los números no son tan impactantes, máxime si los comparamos con los muertos generados por los tiroteos en las escuelas estadounidenses. Pero en lo cualitativo está el detalle. Se trató de un atentado terrorista perpetrado por chechenos naturalizados estadounidenses, el atentado ocurrió en uno de los maratones más prestigiosos, aunado al fenómeno mediático que generaron con la tragedia. Como si se tratara de una película estadounidense, se hizo una intensa persecución con cobertura en vivo por las horas que fueran necesarias por parte de los medios estadounidenses.

México y el atentado de Boston

Lo que me llama la atención es que en México le prestemos más atención a un problema que ha ocurrido fuera de nuestro país que a lo que ocurre dentro de él. Si llama la atención que en un país desarrollado como Estados Unidos sea el común denominador los atentados y los tiroteos, cosa que rara vez ocurre en otros países similares. Pero eso es algo como ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el nuestro. Los atentados perpetrados por el narcotráfico, balaceras, narcobloqueos y demás, ya son costumbre al punto que lo vemos como algo cotidiano. Posiblemente sea porque desde un punto de vista clasista y algo malinchista, parte de la sociedad se sienta más identificada con las clases medias y altas estadounidenses, que con las clases populares de nuestro país. Posiblemente por la influencia de su cultura o porque a pesar de los pesares, algunos siguen creyendo que Estados Unidos es algo imbatible.

Lo ocurrido en Boston también es un buen argumento para crear una historia digna de Hollywood. El atentado, los terroristas que emigraron a Estados Unidos debido a los conflictos de su país, el joven que no se adapta a la escuela, el tío avergonzado, la persecusión de varias horas que implicó un toque de queda, un evento internacionalmente importante como el Maratón de Boston (que obligaron a retirar un capítulo de The Family Guy por sus paralelismos). Si algo saben hacer los estadounidenses, es crear historias «fantásticas» con sus tragedias e incluso lucrar económicamente con ellas (como en el 9/11). Nosotros en cambio tendemos a burlarnos de ellas, solo esperamos a que pase el espacio que merece el duelo o su equivalente para empezar a mofarnos por medio de chistes y parodias.

Por un ejemplo, nosotros nunca haremos una historia hollywoodense de una masacre perpetrada por un cartel del narco donde se repliquen las persecuciones, se hable del héroe que logró que no fueran más los muertos, los medios no harán coberturas en vivo de la búsqueda de los agresores (aunque posiblemente sí transmitan el caso de una víctima, en forma más bien de telenovela mexicana, la historia del hijo de Doña Chonita quien llegó a estudiar la preparatoria a pesar de la pobreza que vivían en su hogar y el papá que los abandonó, y cuya vida «heróica» fue interrumpida por ese atentado), y menos venderán souvenirs años después en el lugar del atentado, tal y como ocurre en Nueva York.

Lo que es innegable es que Estados Unidos es un país que tiene muchos problemas, y que tiene una descomposición social que no es acorde con su desarrollo económico. El hecho de que todavía sea el imperio dominante en el mundo le ha traído varios enemigos y detractores, desde gobiernos hasta personas cuya ideología termina siendo un problema. Todo esto podría explicar en parte el móvil del crimen.