En la reforma laboral, Izquierda decepcionante ¿Es izquierda?

Sep 28, 2012

Si haces siempre lo mismo, no esperes resultados diferentes. Albert Einstein

En estos últimos días, ha quedado constatado por qué nuestra izquierda (con sus excepciones) es muy pobre. Los petistas y una facción de los perredistas (esos cercanos a Bejarano) tomaron la tribuna, con lo cual no iban a evitar que pasara la reforma laboral. Para esta facción de los izquierda, no se debe aprobar nada, debemos de seguir en lo mismo. A pesar de mis dudas en algunos puntos de la reforma laboral (hay algunos temas en los que no estoy de acuerdo), y que no creo que esta nos va a llevar al desarrollo así nada más como lo he aclarado varias veces, y como lo han tratado de vender sus impulsores, no creo que sea mala, creo yo que es más buena que mala (no me voy a explayar porque ya he escrito mucho sobre ella).

La izquierda busca o debería buscar la equidad social. Pero no veo que esta reforma vulnere mucho dicha equidad. Tal vez el punto donde se permita a las empresas despedir a los empleados por correo suene patético, pero la izquierda reclama los puntos que harán ley lo que ya es de facto, y eso que incluso ellos utilizan en el Gobierno de la Ciudad de México (outsourcing). No solo eso, pareciera que está tan poco informada o preparada para emitir una opinión sobre la reforma que correligionarios suyos como Mario Di Constanzo han corregido y desmentido.

La izquierda pudo mejorar la reforma, pero hizo todo lo contrario. Le hizo el trabajo sucio al PRI porque un diputado del PT decidió votar en contra de la reforma que transparentaría a los sindicatos y le diera voto libre y secreto a los ciudadanos. Uno de los puntos que eran más positivos para la reforma. El PRI ahora está muy contento con esas izquierdas que reclamaban con justa razón, la «cochinez» de las elecciones».

Se vale estar en contra de la reforma por principios ideológicos. Pero tomar la tribuna y cancelar la posibilidad de diálogo me parece una tontería. Peor lo que hizo el diputado del PT que se comportó como palero del PRI. Naturalmente esto genera recitencias, dudas, pero creer que esta reforma se hizo adrede para «joder a los trabajadores», y creerlo sin siquiera analizarla bien, es una tontería. Así como hay puntos que dejan dudas sobre si benefician al trabajador, o sobre si está cargado a favor de las empresas, hay unos otros que benefician a los trabajadores y de los cuales no dicen nada, un ejemplo es que los padres de familia tendrán 10 días libres con goce de sueldo cuando nazca su hijo (o los que sean) o que se podrán hacer contratos de trabajo para aquellas personas que trabajen a domicilio por Internet.

Mi crítica siempre ha ido en función de que a veces las autoridades parece que creen que con esta reforma México va a saltar al desarrollo, y eso es completamente falso si no se implementan otras medidas en las cuales no los veo tan preocupados. La reforma funcionará en tanto se apliquen estas otras medidas. Y creo que las izquierdas deberían estar preparando propuestas cuando ni siquiera parece han pedido una reforma educativa, por citar un ejemplo.

La izquierda no estuvo a la altura. Algunos se salvaron, la facción más cercana a Ebrard por un decir, se portó más decentemente y a la altura, también Ricardo Monreal, el jefe de la bancada de MC y ex coordinador de campaña de AMLO mostró decencia al elegir irse por el debate y negarse a la toma de la tribuna. Pero los bejaranos y los petistas decidieron sin ningún titubeo, tomar la cámara para mostrar su inconformidad ante una reforma en la cual ni siquiera lograron incidir. La reforma laboral iba a pasar de todos modos. Y esa facción «ultra» de la izquierda se quedó parada en el dogmatismo donde toda la reforma, absolutamente toda es mala porque la planteó Calderón. Una cosa es desconfiar de los políticos que están acostumbrados a trabajar para ellos, y otra cosa es no analizar lo que proponen, no tiene que ser malo en automático. Esa facción de la izquierda se dejó llevar por las emociones.