Cuando los ciudadanos sí pueden

Sep 23, 2012

Cuando los ciudadanos si puedenAyer tuve la oportunidad de asistir con mi organización civil, Movimiento Propuesta Ciudadana, al llamado «Día Mundial sin Autos» que forma parte de un movimiento mundial que busca naturalmente, recuperar los espacios públicos que están invadidos por… si, adivinaron ¡por autos!. Cada ciudad organiza este evento a su manera, y en el caso de Guadalajara, se hizo una intervención en el barrio de Santa Tere, uno de los más tradicionales de la ciudad, donde participamos varias organizaciones civiles.

Se escogió este lugar no solo por su carácter tradicional, sino porque carece de espacios públicos, áreas verdes, y el automóvil ha sido totalmente privilegiado (aunque aún así los automovilistas tienen que lidiar con el tráfico). En dicha intervención se «invadieron» parte de las calles que normalmente utilizan los automóviles para hacer actividades recreativas, desde mariachis, futbolitos, pastizales, y en el caso de nosotros, un espacio para que los niños jueguen bebeleche y Lotería. En la tarde a su vez se llevó a cabo una rodada en bicicleta por varias de las avenidas principales de la ciudad.

Este día me mostró como los ciudadanos si podemos incidir en la vida pública de nuestra sociedad. Ciertamente en Guadalajara todavía se le da preferencia a los automóviles, pero ver como el diario El Informador puso la noticia en primera plana, como Milenio publicó varias notas e incluso publicó una galería de fotografías, o La Jornada quien también abordó el asunto, es muy positivo porque el hecho de que los medios le den mucha importancia a estas manifestaciones logra que el tema se vuelva primordial, y tarde o temprano las autoridades tomen cartas en el asunto.

Esto en lo particular me dio un aire de frescura después de la progresiva desilusión que me terminó causando el movimiento #YoSoy132, que terminó siendo secuestrado por grupos de radicales que están logrando que este conglomerado totalmente auténtico y loable en sus orígenes pierda la oportunidad de ser una oposición real al gobierno de Enrique Peña Nieto y a cualquiera que pueda haber (porque ser una oposición es algo más inteligente que ir a bloquear la boda del hijo de Carlos Salinas, que la cerrazón al diálogo, y alianza con grupos dudosos llenos de intereses como el SME y el CNTE). Me quedo con la primera parte de este movimiento (formado por el ala moderada) como una expresión ciudadana auténtica. Y de igual forma catalogo a esta expresión a nivel nacional (y mundial) de varias organizaciones civiles en el Día Mundial sin Autos como algo totalmente loable y auténtico.

Me agrada la creatividad con la cual los jóvenes y no tan jóvenes se manifiestan para poner temas necesarios en la mesa. Y no solo eso, sino que estas expresiones fueron agradecidas por los habitantes del barrio de Santa Tere, lo cual ayuda todavía más a generar conciencia. Los niños que jugaron al bebeleche, a la lotería y al futbolito en unos años posiblemente recordarán que hubieron movimientos a favor de la recuperación de espacios públicos y probablemente tendrán ya esa conciencia que nosotros tuvimos que construir de más grandes. El ver a más de 10 niños turnarse para jugar bebeleche fue una grata experiencia para mí por más simple que parezca. No solo por darles a los niños un grato fin de semana, sino porque dejaremos dentro de ellos una semilla.

Tal vez lo sucedido con #YoSoy132 nos mostró que todavía existe ingenuidad (de la que se valieron grupos radicales más preparados). Pero yo creo que es natural ante un despertar ciudadano que va en crecimiento. Aunque es importarse darse cuenta de ello, y también darse cuenta que si bien un movimiento puede surgir debido a la inconformidad y molestia contra un actor político u otra situación, este tiene que transitar hacia la parte propositiva, lo cual tal vez es el paso más difícil. Lo que se vio ayer en Santa Tere aunado a los logros que ya se han hecho en movilidad nos deja ver que ese difícil paso se ha dado, y que se pueden (y deben) de dar en otros temas.