¡Ya no quiero ver TV!

Jul 24, 2012

¡Ya no quiero ver TV!En unos pocos años mis hábitos cambiaron. La TV no solo dejó de ser referencia en mi vida, sino que al trabajar desde una computadora conectada a Internet este aparato me dejó de ser útil, sobre todo por la comunicación monodireccional que ejerce sobre quienes la ven. Después de adquirir el hábito de la lectura terminé de darme cuenta de que era un insulto a mi intelecto, y por eso decidí apagarla, pedí que quitaran el aparato del Sky que estaba en mi cuarto para no generar más gastos, y la TV que está en mi recámara tiene prácticamente un año sin ser encendida. Creo que no veo más de 4 horas de televisión al mes. Y lo poco que veo de «televisión» incluso lo hago en mi computadora, no sé, la final de la Eurocopa, las olimpiadas, el debate entre candidatos y así.

Es que a mi parecer, en algún momento la televisión, tal y como la concebimos ahora, deberá de dejar de existir. La radio ha sobrevivido, pero este es un caso diferente porque podemos realizar todas nuestras actividades con la radio encendida; pero en el caso de la TV no es así, porque aquí tenemos que poner nuestros ojos en la caja idiota. Muchos dirán que muchos ven la televisión cuando hacen sus tareas o actividades, pero también se puede procastinar en Internet, más porque es la misma herramienta donde hacemos nuestras tareas o nuestros trabajos. La televisión en algún momento irá dejando de ser monodireccional, la gente poco a poco se acostumbrará a buscar las noticias en vez de que se las den peladitas y en la boca, ya no tendrá que esperar a que HBO pase la película que tanto quería ver porque la puede buscar en Netflix o en Apple TV.

La televisión es cada vez menos vista, la gente la prende ya más bien para asuntos específicos y cada vez menos como un hábito. Esto ha influido en la programación de la TV abietra, ¿Por qué los programas cada vez son más malos y vulgares? porque el mercado cada vez se orienta más a las clases más bajas, aquellas que no tienen preparación para exigir calidad. Y al ver que los cotos de poder usan este medio para evitar que «la prole se rebele» entonces trata de distraerlos con programación mundana que cancele la reflexión y el pensamiento.

Cada vez será menos el «Javier Alatorre dijo…» o el «López Dóriga dijo…», la gente al tener alternativas decide quien le parece mejor y evaden la imposición de quien debería ser mejor. Si la gente escucha a Carmen Aristegui o al pediodista ‘ora’ copeteado Pedro Ferriz, es porque ellos eligieron que dicho comunicador representa lo que creen. Ciertamente sus medios principales siguen siendo los tradicionales, pero las redes sociales juegan un papel importante, sobre todo en el caso de Aristegui. Esto es una muestra de que los comunicadores deberán generar por sí mismos una reputación para tener credibilidad, y no como antes, que los emisores la impusieran al público, tradición de la televisión que se encarga de crear cantantes, conductores, pseudointelectuales y hasta presidentes (que vaya, en este último caso, Giovanni Sartori tendría mucho material para hacer una segunda parte de su «Homo Videns».

La gente cuando ve TV, cada vez elije con mayor facilidad lo que quiere ver, una serie, una película. Y los avances tecnológicos harán que en la TV no solo tengan una mayor facilidad de elegir contenidos, sino inclusive de generarlos. Como ocurre en Internet (y hay que recalcar que TV e Internet ya estarán muy ligados), el público podrá expresarse, podrán abrir sus espacios a pesar de la falta de recursos e infraestructura. La televisión normal y tradicional irá desapareciendo (como poco a poco lo hace) y podremos esperar un medio más democrático y menos impositivo, pero mientras eso no ocurra, ¡ya no quiero ver TV!