¡Es la estrategia, estúpido!

Ene 31, 2012

El día de ayer en la Expo Guadalajara. Si, ese mismo lugar donde Emilio González nos mentó la madre, y donde Peña Nieto no supo decir cuales eran los tres libros que habían influenciado su vida, Felipe Calderón, quien fue a declarar oficialmente que el proyecto de «Ciudad Creativa» sería asignado a la capital jalisciense, fue increpado por un joven llamado Tonatiuh Moreno quien visiblemente nervioso le gritó que cuantos muertos más iban a haber en la «guerra», y también le preguntó a donde se iba a ir a vivir cuando acabara su mandato. Pero Tonatiuh Moreno pues no hizo el ataque de una forma inteligente, y Felipe Calderón con un auditorio a su favor (muchos eran panistas) logró tranquilizar el asunto y de alguna manera salió avante y ganón en la discusión. Logró justificar su cruzada contra el narco, su retórica fue de lo más adecuada e incluso le respondió al joven empresario que se iría a radicar a Guadalajara.

El joven se equivocó en las formas, sobre todo porque en su posición era muy difícil generar un debate para poder poner en cuestionamiento la estrategia del Presidente. Calderón tenía el micrófono mientras que el joven tenía que gritar para que se le entendiera (y aún así no se le entendió bien) y lógicamente el mandatario pudo «ganar la discusión» ante la imposibilidad técnica del joven para poder contraatacar. Peor aún, se desesperó y le dijo al Presidente que lo esperaba en la salida, tal cual un alumno de escuela secundaria. Pero el joven en realidad en el fondo no estaba mal y lo que reclamaba era legítimo. En la guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón, han habido 60,000 muertos, en una cruzada que a veces pareciera parecer más una limpieza social que un combate efectivo. A pesar de la «valentía» del Presidente, los resultados le son adversos y aunque le diéramos 6 años más para que continúe atacando de esta forma al crimen no se vería la luz al final del túnel.

Calderón, siempre que es cuestionado, tiende a ser reduccionista y encasillar a todos sus críticos como personas que quieren que detenga totalmente su estrategia y que ya no haga nada. De hecho creo que en realidad no son tantos los que piensan así. La gran mayoría de la población está rotundamente en contra de la violencia generada por los cárteles de la droga y en todas las manifestaciones por la paz donde se reclama al gobierno, generalmente también se reclama a los mismos cárteles. El problema no es que Calderón haya desatado una cruzada, e incluso se podría aplaudir su valentía; el problema es que la estrategia estuvo mal planteada, mal diseñada y los resultados están a la vista de todos.

Creo que la gente está todo su derecho en cuestionar al Presidente, máxime que no está dispuesto en lo más mínimo en reconsiderar su estrategia, una estrategia que no ha funcionado y que por sus necedades, Calderón no se ha molestado en hacer una autocrítica y un replanteamiento justificándose en (o al menos es lo que nos quiere hacer creer) que se trata de una guerra del bien contra el mal, cuando en realidad en las guerras esa diferenciación no es suficiente para ganar, sino que debe de haber una estrategia inteligente e impecable, cosa que en el combate encabezado por el Presidente, no lo hay.

Pariodando la célebre frase de Bill Clinton: ¡Es la estrategia, estúpido!