El mundo intelectual está de Luto. José Saramago y Carlos Monsivais mueren.

Jun 19, 2010

El fín de semana parece ser que amargó para algunos de nosotros la algarabía que había dejado el triunfo de México en el mundial contra Francia, y es que el mundo intelectual ha perdido a dos grandes. El primero, José Saramago,  el cual murió el 18 de Junio del 2010,fué un grandioso escritor portugués que escribió parte de su grandiosas obras ya en avanzada edad y que le hizo ganar varios galardones, entre ellos el Premio Nobel de Literatura en 1998. El es autor libros exitosos como Ensayo Sobre la Ceguera, El Hombre Duplicado y El Evangelio Según Jesucristo. Yo tuve el honor de leer el primero, junto con el libro Ensayo sobre la Lucidez, y la verdad que son grandiosos libros (sobre todo el primero) donde el autor supo profundizar y sacar lo más primitivo y básico del ser humano. El murió de leucemia y llevaba escritas 30 páginas de su próxima novela.

Por otro lado está la muerte del escritor Carlos Monsivais, escritor liberal (de izquierda, como la mayoría de los intelectuales) que murió el 19 de Junio del 2010 debido a una fibrosis pulmonar. Monsivais ha sido una de las principales plumas en México con sus fábulas y ensayos, y no solo eso, sino que ha sido testigo de gran parte de la historia moderna de México, lo que plasmó en libros que tuve la oportunidad de leer como «No Sin Nosotros» que hablaba de la participación ciudadana en el Terremoto del 85 y el libro de «El 68, La tradición de la resistencia» que habla sobre los sucesos de Tlatelolco 68. Un autor que si bien se me hace «muy de izquierda», ha sabido relatar los sucesos en nuestro país de una forma emblemática, y su pluma, créanme, se va a extrañar muchísimo: sus libros; sus novelas; sus ensayos; sus artículos en El Universal. Eso es lamentable porque México se está quedando sin intelectuales, todos son ya viejos y los está llamando la muerte. ¿O acaso me van a decir que Loret de Mola o Carlos Marín son intelectuales?.

Lástima por la muerte de estos personajes, pero es algo que tenía que suceder algún día, lástima que tuvieran que darse las muertes así, con diferencia de un día.