Qué quede bien claro, Fue el estado

Nov 12, 2014

Hoy la Selección Mexicana «se vengó» de Holanda y a casi nadie le importó. Se habló del golazo de Carlos Vela quien regresaba después de 3 años a la selección y del Chicharito. Pero no hubo esa catársis que muchos (algunos convenientemente) esperaban. Al menos en las redes sociales nadie trajo a colación el #NoEraPenal, ni se habló del que algún momento fue el enemigo nacional (Arjen Robben). Eso es sin duda una buena noticia, no porque esté mal que la gente siga el futbol, sino porque sabe que en estos momentos hay otras prioridades que buscar la «revancha» contra Holanda. Porque 43 muertos en una masacre son mucho más importantes que un penal que no fue (o eso dicen).

Qué quede bien claro, Fue el estado

Ahora muchas voces han salido a relativizar los hechos de Ayotzinapa. Y es que dentro de la natural indignación de la sociedad, hay también una batalla electoral. No miente el Padre Solalinde cuando afirma que el Gobierno ha manejado éste profundo problema con tintes políticos y electoreros. En realidad lo que podemos ver es una batalla entre PRI, PRD e incluso MORENA. El PRI creyó que Ayotzinapa iba a manchar al PRD. Por eso Peña Nieto, después de varios días cuando habló del tema, lo mencionó como «ese asunto que ocurrió solamente allá en Iguala». El PRD y López Obrador han señalado a Peña Nieto como el principal responsable «de esta tragedia», a pesar de que Abarca militaba en el PRD y a pesar de que AMLO apoyó la candidatura de Abarca, o al menos no hizo nada cuando le contaron de sus antecedentes.

La realidad es que hay muchos responsables. La realidad es que sí «Fue el estado». Como menciona Juan Pablo Becerra-Acosta en su columna, el Diccionario de la Lengua Española lo define así: «Conjunto de los órganos de gobierno de un país soberano«. Quien mató a los estudiantes fue el gobierno de Iguala que es parte del Estado.

No se vale, como muchos hacen, relativizar la masacre apuntando a que fueron unos simples delincuentes o policías como si se hubiera tratado de un hecho aislado. No, el gobierno mató, el culpable aquí es el gobierno. El Gobierno de Iguala es una ínfima representación del estado, pero es parte del estado, y para encontrar una solución a este problema, tenemos que empezar por reconocer que quien mató a los estudiantes de Ayotzinapa fue el estado.

Quienes tratan de relativizar la masacre, quieren crear la idea de que «un gran número de personas maquiavélicas o cuando menos ingenuas e ignorantes» piensan que Peña Nieto fue el asesino. Yo creo que esa idea la tiene más bien una ínfima minoría (muy gritona, sí). Esa aseveración la hacen en base a los reclamos de los manifestantes que piden que renuncie Peña. Si hubiera sido Peña Nieto el autor intelectual, no estarían pidiendo su renuncia, estarían pidiendo la cárcel y pedirían que fuera procesado por delitos de lesa humanidad en La Haya, esto no es así.

Con todo y que algunos políticos y líderes quieran hacer creer interesadamente que con la renuncia de Peña se soluciona Ayotzinapa, la mayoría de quienes quieren que Peña Nieto se vaya, lo quieren por la ineptitud con la que ha manejado el conflicto, lo hacen porque desde su llegada la impunidad y la violencia ha aumentado, lo hacen porque un cúmulo de resentimientos explotaron: Las elecciones del 2012, la Reforma Fiscal, el intento frustrado de censura con la Reforma de Telecomunicaciones y un sin fin de molestias de los ciudadanos para con el gobierno. Podemos debatir si es prudente pedir su renuncia o no, pero los motivos que provocan dicho deseo son genuinos y razonables.

Quienes intentan relativizar la masacre buscan encasillar para de esta forma desprestigiar. Dicen que quienes afirman que fue el estado y que desean que Peña renuncie, son necesariamente izquierdistas ligados a López Obrador. Ciertamente López Obrador busca, al igual que lo hace el PRI, usar la masacre para obtener la mayor rentabilidad política (o bien, para control de daños). Pero basta que cada uno revise sus redes sociales para constatar que quienes hacen esas afirmaciones, lo hacen desde distintas posturas ideológicas y no se trata de una consigna de un personaje.

La gente está muy molesta, en el Amsterdam Arena donde jugó la selección se escuchó el grito de justicia. Ayotzinapa recorre el mundo, la indignación es total. Los medios internacionales son implacables con Peña Nieto (y quienes intentan relativizar la masacre no creo que puedan encasillar a The Financial Times, The New York Times o a El País en esa misma masa de izquierdistas pro AMLO). El gobierno debe de lidiar con una fuerte crisis de legitimidad (al que se suma el penoso asunto de la Casa Blanca de Angélica Rivera), el problema es que ya nadie cree en el gobierno, y los ciudadanos se sienten solos.

Y algunos todavía tienen el empacho de afirmar que ese resentimiento con un gobierno que no trabaja para ellos tiene que ver con una campaña de odio, y con sentimientos negativos que deben de ser paliados con florecitas en Facebook.