Matar a las ideologías

Dic 22, 2017

Se dice que los términos izquierda y derecha están obsoletos y pierden relevancia, que hay que dejarlos atrás, que a nadie le importa. En realidad están muy equivocados.

Matar a las ideologías

Imagen: https://www.prageru.com

En la actualidad varias voces insisten en los términos izquierda y derecha son obsoletos, que no sirven para entender al mundo actual. Su argumento es la despolitización de los partidos políticos en Occidente. Pero quienes dicen eso están muy equivocados. ¿Por qué?

Durante la Revolución Francesa surgieron los conceptos de izquierda y derecha, tan conocidos y utilizados dentro de las ciencias políticas y que se han venido utilizando hasta la actualidad. En resumen, la derecha se ha utilizado para defender al status quo en tanto que la izquierda busca oponerse a él. 

Pero los términos izquierda y derecha no son conceptos absolutos ni rígidos, más bien se enclavan en el contexto en el que se encuentran. En la Revolución Francesa se trataba de la monarquía: la derecha quería preservarla, la izquierda más radical pretendía sustituirla por una República. Después tuvo que ver con la economía: la izquierda pretendía la intervención de estatización de todos los procesos económicos para crear un régimen igualitario en tanto la derecha apostaba por la propiedad privada, que era la forma que había tomado el status quo en ese entonces.

Después, algunos politólogos sugirieron que más bien habría que hacer una distinción entre lo económico y lo social, que en lugar de hablar de derecha e izquierda tendríamos que hablar de conservadurismo o liberalismo en lo económico y en lo social. Los compases políticos que circulan por Internet se basan en este argumento que si bien es completamente válido, no es un sustituto para aquel dualismo izquierda y derecha. Esta propuesta creo tiene más que ver con el hecho de que hay una transición progresiva de lo económico a lo social. Después de la caída del comunismo las diferencias el conflicto ideológico en términos económicos se ha vuelto un tanto más tenue, y gran parte de esa izquierda, ante las innegables fallas que dicho sistema mostró en la URSS de abocó a los temas sociales como el feminismo, el ecologismo y los derechos humanos. 

Es decir, los críticos del capitalismo suelen ya no aspirar por un régimen comunista sino por un sistema más bien mixto. La diferencia entre el régimen ideal de la izquierda y derecha es más estrecho que antes pero existe. En lo social, por el contrario, la diferencia se ha vuelto más marcado, pero incluso el contexto se ha modificado:

Tomemos como ejemplo el matrimonio igualitario. Hace unas décadas una propuesta así era propio de un progresista radical, ahora, ante la progresiva asimilación de este modelo dentro de los países occidentales, es cada vez más común ver a personas enclavadas en el centro político que concuerdan con dicho modelo, incluso lo he llegado a escuchar de parte de algunos conservadores moderados. 

Los términos izquierda y derecha no están desapareciendo. Más bien parece que algunos pretenden matarlos porque interpretan dichas etiquetas con base en un contexto que ya quedó en el pasado y no representa a la sociedad actual. Lo mismo pasa con los partidos que parecen quedarse enclavadas en ideas del pasado y por eso terminan despolitizándose, porque parecen ser incapaces de entender la realidad actual, donde las formas de comunicación e interacción han cambiado drásticamente gracias al Internet y a los medios digitales. 

Sólo en un régimen totalitario o en una cultura que asuma que todo está dado y no hay nada nuevo que buscar (más propio de la Edad Media) se puede prescindir de estas etiquetas. En tanto los individuos tengan ciertas garantías individuales y en tanto que nuestra cultura no asuma que todo está dado (cosa que no ocurre ni en lo económico ni en lo social) los términos izquierda y derecha seguirán ahí, como parte esencial de nuestra civilización, y seguramente en el futuro representen otra cosa de lo que representan ahora. Sugerir su desaparición es sugerir que los conflictos y las diferencias políticas han desaparecido, y eso es algo rotundamente falso.

Lo que mueren no son los términos izquierda y derecha, más bien quienes pierden relevancia son aquellos que piensan que deben desaparecer.