Por el bien del bicho, primero los pobres

Ene 25, 2021

Los que menos tienen son los que más sufren las pandemias, y ellos son los que han sido abandonados y dejados a su suerte por parte de un gobierno mezquino que simplemente les ha fallado.

Son los pobres, los desposeídos, los más afectados y los más abandonados por un gobierno que durante tanto tiempo juró representarlos.

Por el bien del bicho, primero los pobres

Las pandemias suelen exhibir de una forma grotesca las condiciones de desigualdad, ya sea la polio, la peste o ahora el Covid. Los que están en mayor estado de indefensión son los más propensos a morir.

Es muy simple, quienes tenemos el privilegio de ser parte de las clases medias, medias-altas y altas, tenemos el privilegio de no tener que volcarnos a aglomeraciones para poder ir a trabajar. Nosotros hacemos home office, o si ya de plano nuestro jefe es un hijo de su madre, podemos movernos en automóvil. Nosotros contamos con seguro médico, hospitales cercanos, tenemos la capacidad de estar bien alimentados y sanos físicamente (que tengamos la voluntad ya es otro cuento). También tenemos acceso a mayor información para tomar mejores decisiones (que tengamos la voluntad y el criterio para no caer en fake news es otro cuento).

La gente de clase media baja para abajo no tiene todos esos privilegios. El trabajador se levanta en la mañana, se trepa al camión que es básicamente un foco de infección (y aunque lleve cubrebocas muchos otros no llevarán) y se va a la obra o a la fábrica donde los protocolos de sana distancia son, por lo general, más raquíticos que en la oficina de la torre de Santa Fe o Puerta de Hierro.

Ellos también suelen tener una alimentación deficiente (lo cual se traduce en defensas más débiles para contener al bicho) y solo pueden acudir a hospitales públicos que, además de estar más lejanos (se tienen que trasladar en transporte público) suelen estar más saturados que los hospitales privados. Muchos de ellos ni siquiera van al hospital, se mueren en su casa y, por ende, ni siquiera son contabilizados en los registros.

Dicho esto, uno esperaría que un gobierno que se dice de izquierda vele por los menos privilegiados, pero el nuestro no lo ha hecho en lo absoluto. Por el contrario, el mal manejo de la pandemia ha agravado la ya fuerte disparidad social en torno a la pandemia. El mal desempeño del gobierno, su proclividad a la improvisación y poca seriedad ha dejado a los pobres en una situación aún más vulnerable.

Cuando pedíamos a las autoridades que ayudaran a las empresas no era porque esperábamos que los «grandes malévolos capitalistas» se beneficiaran. Lo que se esperaba era que protegieran empleos y que las empresas pudieran tomar medidas para proteger a sus empleadores sin que el impacto económico fuera lo suficientemente fuerte. El no hacerlo ha dejado a muchas personas sin trabajo, más indefensos, angustiados y preocupados (lo cual es pésimo para el sistema inmune).

Si las personas en condiciones más vulnerables tienen menos acceso a información para tomar buenas decisiones, entonces el gobierno habría tenido que apuntar a ellas e informarles todo lo necesario con respecto al Covid-19. En cambio, vimos a un presidente que no usó cubrebocas y que les dijo que podrían darse abrazos durante la pandemia. Haberles informado bien habría disminuido aunque sea un poco la brecha de desigualdad en torno a la pandemia.

La poca empatía del gobierno con los más vulnerables ha costado vidas, Mientras López Obrador se pelea con Twitter y se saca fotos, hoy mueren más de 1,000 personas por día (solo contando los datos oficiales), pero hay una cantidad que no se reporta, y que está compuesta en gran parte por los sectores menos privilegiados. A ellos, ni la decencia de ser contados en las estadísticas oficiales.

A López Obrador se le desea que se recupere del Covid y no sea uno más de la estadística, pero también deseamos que su gobierno se ponga a trabajar para que sean las menos posibles las muertes y para que los sectores vulnerables, hoy completamente indefensos, estén mejor protegidos.

¿Cuántas personas no habrían muerto si López Obrador siempre hubiera usado cubrebocas?