Lo diré sin pelos en la lengua: el programa de Shark Tank es benéfico para la sociedad.
Sí, ese programa de TV que transmite Sony y que ahora circula por las redes sociales (gracias a que este canal permitió su uso).
¿Pero por qué? Si es un programa de televisión. Ahí aparecen algunos de los magnates mexicanos en un país tan desigual como México y donde la movilidad social es poca.
En cierta forma, por eso mismo.
El emprendimiento es una medio por el cual un individuo puede salir adelante y tener movilidad socioeconómica. Las barreras para emprender en México son muy altas: una estructura económica rígida, falta de información y cultura y falta de recursos.
Bueno, pues resulta que Shark Tank, de alguna u otra manera, ayuda a ello, aunque sea un pequeño granito de arena. Que seas un joven emprendedor y que un millonario te ayude a capitalizar tu negocio para que salga adelante es una maravilla.
Es cierto, es un show que tiene que vender y ganar audiencia, o que algunos acuerdos se llegan a venir abajo después del programa, pero aún con estos «inconvenientes» la dinámica funciona. A diferencia de los reality shows y diversos programas frívolos basura que suelen transmitir en la televisión, éste deja algo positivo.
Y la verdad, yo prefiero un empresario que comparta sus conocimientos y ayude a capitalizar a jóvenes emprendedores, que un empresario opaco, que no innova y vive de su relación rentista con el gobierno.
Si decimos que muchas personas pueden emprender porque se encuentran en una posición muy privilegiada (sus papás le ayudan con recursos, etc), pues básicamente en Shark Tank los emprendedores se ganan ese «privilegio» por mérito propio. Ellos tienen que convencer a los «tiburones» de que vale la pena invertir en su negocio.
No es como que eso vaya a acabar con los problemas estructurales que tiene este país ni va a acabar con la pobreza, pero sí va a ayudar a que algunos emprendedores logren dar un salto y, de paso, que generen más empleos.
Pero este no es el único beneficio, tal vez sea el menor de todos.
Un gran beneficio es la información. Para saber cómo emprender necesitas tener información, y gracias a Shark Tank estos magnates comparten algo de lo que saben para ayudar a los demás. Más allá de que el magnate esté comprometido o lo haga por interés, lo importante es que la información fluya.
Y la verdad es que ver capítulos de Shark Tank te dará más conocimiento si es que deseas emprender o poner tu negocio. ¿Cómo valuar tu empresa? ¿Cómo crear productos atractivos para tu mercado? ¿Cómo saber qué pasos seguir para conformar tu proyecto? El programa, desde luego, no es un MBA, pero enseña algo, te deja algo, y me atrevo a decir que mucho más que esa pseudoliteratura superventas que abunda o esos «influencers del emprendimiento» que venden humo.
Aquí no hay pretensiones, no hay nadie diciendo que te vas a volver rico ni vendiéndote espejitos, es simplemente la dinámica del programa la cual hace que la información fluya, información que le puede servir tanto al joven que quiere poner una taquería y que se puso a ver varios capítulos en YouTube como al que tiene un proyecto innovador.
Y por último, el programa ayuda a legitimar el emprendimiento y desestigmatizar la imagen del empresario (gracias en parte a la retórica de este gobierno que, como sea, también se junta con ellos). Es cierto que hay empresarios que son corruptos e irresponsables, pero también los hay muy buenos, que generan valor y empleos (como hay gente buena y mala en toda la sociedad). Los que ven el programa incluso pueden aprender un poco de ética empresarial.
El programa ayuda a eso, a fortalecer la cultura del emprendimiento, a verlo como algo positivo, a verlo como una vía para salir adelante.
Y no, no es como que gracias al programa los problemas del país se vayan a solucionar, su alcance es muy limitado comparado con el tamaño de los problemas del país, pero ayuda, ayuda en algo, y eso es una buena noticia.