Hoy me siento contento y les quiero explicar por qué.
Hace 12 años entré por primera vez a formar parte de una organización civil. Regresaba de vacaciones de Nueva York y había quedado impresionado con la eficiencia del metro. ¿Por qué en Guadalajara no hay un transporte digno donde se suban todas las personas?
Así, me encontré con una organización civil llamada Rescatemos Guadalajara que buscaba reactivar el plan original de las líneas del Tren Ligero en la ciudad. ¡Bingo! Tenía que encontrar una forma de entrar, tenía que ofrecer algo y no llegar en ceros. En ese entonces estaba trabajando como freelance y vendía encuestas en línea. Me pareció una buena idea ofrecerles la plataforma para hacer una encuesta a la gente sobre el Tren Ligero.
Su director era Abraham Jaime y me puse en contacto con él. Me invitó a la junta, les ofrecí la plataforma y me invitaron a unirme al grupo.
No éramos expertos en urbanismo ni mucho menos. Éramos simplemente personas que creíamos que se necesitaba un mejor transporte público y queríamos replicar las experiencias de otras ciudades en la nuestra.
Después de discutir entre todos, de deliberar, decidimos cómo utilizaríamos esa plataforma: concluímos que sería buena idea hacer una encuesta a la gente para saber si prefería reactivar el metro o apostar a las líneas de Macrobús (proyecto que tenía el gobierno de ese entonces) y después entregar los resultados a los candidatos (en la elección del 2009) a las alcaldías de la Zona Metropolitana de Guadalajara junto con una carta compromiso para comprometerlos con el proyecto.
Al final, más que encuesta, la dinámica terminó convirtiéndose en algo más parecido a una recolección de firmas. Queríamos mostrar que la gente quería que se reactivara el proyecto del Tren Ligero.
Los alcaldes no tenían atribución alguna, ya que este tipo de proyectos son de competencia estatal y federal. Eso sí, todos los candidatos (con excepción de los del PAN) no sólo se comprometieron a impulsar el proyecto, sino que formó parte de sus propuestas.
Poco años después (después de la Elección Federal de 2012), cuando Aristóteles Sandoval (quien fuera alcalde de Guadalajara y quien se había comprometido y hasta prometido una nueva línea) se convirtió en gobernador, se decidió retomar eso por lo que estábamos luchando: la continuación del proyecto original del Tren Ligero. En 2014 se comenzó a construir la línea 3 (que forma parte del proyecto original) y justo el sábado que acaba de pasar fue inaugurado.
Es Evidente que para que eso sucediera tuvieron que ocurrir muchas cosas (el cúmulo de muchas voluntades, factibilidad y un largo etcétera), pero considero que la presión que nuestra organización civil ejerció fue un factor importante ya que se logró subir el tema (que había estado abandonado) a la mesa de discusión.
Es cierto que hay cosas que podemos criticar del proyecto, como la corrupción que pudo existir en la construcción de la obra y la asignación de licitaciones, o que tal vez el proyecto pueda tener algunas cosas mejorables o que su diseño se haya planeado desde el «centro del país» (afortunadamente los alcaldes y gobernador le trabajaron duro para integrarlo). Sin embargo, la línea 3 es una obra necesaria y de primer nivel que va a ser muy útil sobre todo para aquellas que hasta hoy tenían que sufrir con el transporte público para llegar a su trabajo. La línea 3 básicamente conectará la ciudad en diagonal (el noreste con el sureste) y la integra a la red existente.
Obviamente esta noticia me llena de felicidad, no sólo porque nuestro esfuerzo de algún modo valió la pena (el de todo el equipo, el de Abraham, que estuvo presionando una y otra vez y tocando puertas), ni sólo por el hecho de que muchas personas se verán muy beneficiadas (que es lo más importante), sino porque me parece una muestra de lo que la organización ciudadana puede llegar a hacer, lo que personas comunes y corrientes como tú y como yo pueden hacer si se unen para lograr cambios que beneficien a todos.