Hola, soy Ramiro, y quería comentarles algo que me tiene muy preocupado. ¡Creo que mi hijo se convirtió en un niñonazi!
Les cuento: era el mediodía y mi hijo había llegado de la escuela. Como siempre, su madre la había traído. Mi esposa se encarga de traerlo, ella nos hace de comer y yo soy el que trabajo, ya sabe.
Pero esta vez, mi niño llegó llorando. ¡Sea hombrecito! ¡Los hombres no chillan! A ver, ¿por qué llora usted chamaco? Le dije:
Papá, es que tengo miedo de que un robachicos me secuestre. Hoy uno se robó a uno de segundo de primaria en la entrada.
¿Por eso te estás quejando Ricardo?
Papá, es que tengo mucho miedo. ¿Qué tal si el robachicos llega y me rapta? Él está grandote y fuerte, y pues un niño como yo no puede defenderse.
¡A ver Ricardo! Esto no es de adultos contra niños ni de robachicos, esto es de gente buena contra gente mala.
Pero los robachicos siempre son adultos (decía Ricardo hundido en llanto). ¿A poco has visto a un niño robándose un adulto? Los niños tenemos miedo de que una persona grande nos secuestre. Por eso, cuando estamos solos en la calle esperando a que nos recojan y pasa un adulto extraño que no conocemos nos da miedo.
¡Ricardo! Vamos a ser racionales. Según el Instituto de la Estadística Mexicana treinta niños son secuestrados cada mes y cien son adultos ¡A los adultos nos secuestran más!. ¿Entonces cómo vienes a decirme a mí, un adulto, que me preocupe por los robachicos cuando a nosotros nos pueden secuestrar más?
Pero Papá, a muchos grandes los raptan no solo para pedir recompensas, sino también como ajustes de cuentas entre pandillas, por eso son más. Y claro que me dolería mucho que a ti te raptaran, pero los niños tenemos mucho miedo por lo que pasó ¿por qué está mal que digamos que tenemos miedo de que un robachicos llegue y nos rapte?
Aparte estás viendo mucha televisión Ricardo, ahí se la pasan hablando de robachicos. ¿Qué no ves que todos esos medios de comunicación reciben dinero del tal George Soros ese que quiere que los adultos y los niños nos peleemos para instaurar el comunismo en las familias?
¡Pero papá, tengo mucho miedo!
Evidentemente mandé a mi niño a su cuarto por chillón. ¡Me dio coraje! ¿Cómo mi hijo pudo, así de fácil, convertirse en un niñonazi?