Las premiaciones (el Oscar en este caso) siempre serán, en teoría, una decisión subjetiva; una decisión que parte de la construcción subjetiva de la realidad por parte de los jueces. No se utilizan números o metodologías, sino apreciaciones que son inherentemente subjetivas. Así, si los Oscar premian a la mejor película a tal o cual obra, ello no debe implicar que sea la mejor para mí ni para ti, y tal vez ni para la opinión pública, sino para los Oscar (los que es lo mismo, para los jueces). Pero posiblemente no sea la única motivación.
El cine es, casi por consecuencia, liberal. Los perfiles psicológicos de la mayoría de los actores o directores de cine: «expresivos, creativos, caóticos, abiertos al cambio» empatan más con los valores progresistas que con los conservadores. Siempre los conservadores (tipo Clint Eastwood o Mel Gibson) serán minoría.
Ahora, eso no implica que Hollywood adopte la agenda progre de multiculturalidad y equidad de género (hay un Harvey Weinstein que todo lo ve) solo por mera convicción, sino porque también ahí hay un negocio muy rentable.
Primero, porque es rentable a futuro apostar a la diversidad a pesar de las reacciones nacionalistas ¿por qué? Porque al vivir en un mundo culturalmente más diverso (no solo por la diversidad de las grandes ciudades, sino porque gracias al desarrollo de las tecnologías de la información tenemos cada vez más contacto con gente de otras razas y culturas) Hollywood podrá aspirar a posicionarse como pionero y no solo eso, sino que podrá a los nuevos mercados que se están creando como consecuencia de los cambios sociales.
Es la misma razón por la cual la mayoría de las empresas adoptan en junio la bandera LGBT, porque en tanto que las personas con otra orientación o identidad sexual están siendo asimiladas y aceptadas por la sociedad, se están creando nuevos mercados y porque ello les da una imagen de frescura, sobre todo hacia los consumidores más jóvenes, que son más liberales que los grandes y, por tanto, los más rentables. (Más vale conquistar a los jóvenes que preocuparse por el shock de la señora copetuda de Providencia).
Hollywood también aspira a volverse más global y no solo un producto meramente estadounidense. ¿Por qué antes la gran mayoría de los directores que ganaban eran estadounidenses mientras que en esta década solo ganó uno (sin demeritar el trabajo de los ganadores)? ¡Adivinaste! ¡Hollywood goes global!. ¿Por qué Parasite ganó el Oscar (con todo y que creo que sí lo merecía)? Simple, van en busca de nuevos mercados, sobre todo aquellos mercados asiáticos que, por su desarrollo económico, está creando nuevos mercados potenciales.
Y tal vez ello explique por qué para algunas personas su agenda se note algo forzada, porque más que un mero activismo político, Hollywood es un negocio, y como es un negocio, están enfocando sus esfuerzos en ello.
Y recuerden, siempre hay un Harvey Weinstein.