La camioneta de Musk está horrible ¡yo la quiero!

Nov 24, 2019

¿La camioneta de Musk está horrible? Lo cierto es que, mientras mucha tinta se imprime criticándola, todos están hablando de ella, y ya tiene cientos de miles de compras.

Elon Musk es uno de esos genios que llegan muy de vez en cuando, de esos que se cuentan con los dedos, que irrumpen dentro del escenario y rompen cualquier forma de esquema. Musk es de esos que están dispuestos a coexistir con el caos porque para ellos no hay convenciones ni cosas que se tomen como normales.

Ya sean sus automóviles, ya sea SpaceX y todas las iniciativas que el sudafricano ha emprendido, Musk ha generado muchas incomodidades a aquellas personas que suelen estar acostumbradas a las convenciones y cuyas innovaciones no salen mucho de esa caja de lo que es correcto (la mayoría y que incluyen muchos que creen ser los nuevos Steve Jobs).

A los genios son difíciles de entenderlos, porque son muy escasos y porque su mente opera mediante una lógica que no es nada convencional. Son encumbrados y universalmente aceptados cuando casi ya han concluido con su revolución, pero suelen generar muchas resistencias a la mera hora de innovar. Albert Einstein sufrió muchas críticas por parte de la comunidad científica: el judío llevó a cabo una de esas revoluciones científicas a la Thomas Kuhn al entender la física desde una perspectiva novedosa y que dejaba de ser un continuismo de la física tradicional, que era lo que se esperaba (eso que Kuhn llama ciencia normal). Hasta los sectores conservadores lo cuestionaron porque pensaban que esa teoría de la relatividad pudiera trasladarse a alguna suerte de «relativismo social y cultural» (de lo cual Einstein no tuvo intención alguna, aunque el relativismo cultural y social apareció poco después, fenómeno que no necesariamente está completamente disconexo de aquella relatividad einsteniana, comprendiendo que son abstracciones muy similares en tanto son relacionales).

Cuando pensamos en genios modernos nos vienen a la cabeza Bill Gates y Steve Jobs, aunque me parece que la genialidad de Elon Musk me parece aún mayor. Musk es una persona irreverente a quien es difícil categorizar. Es un adicto al trabajo a quien acusaban de exprimir a sus empleados pero que, a la vez, no tiene empacho de fumarse un porro con Joe Rogan o bien de sugerir que el Ingreso Básico Universal va a ser necesario cuando los robots se apoderen de los trabajos. Musk es de esas personas que están lejos de todo convencionalismo. Involucrado en industrias bastante diferentes: entre ellas una compañía de automóviles y una agencia espacial que aspira llevar al hombre a Marte (para posteriormente colonizarlo).

La nueva camioneta que Tesla presentó muestra a Musk tal cual es, y además muestra la reacción de la sociedad hacia un genio en ciernes, la cual se tambalea entre la admiración, el escepticismo y las críticas abiertas.

Muchos criticaron a Musk por el diseño de la camioneta, que está horrible, que la presentación salió mal, dijo la BBC. Lo cierto es que ya tiene cientos de miles de pedidos. Algunos dicen que está fea pero que si tuvieran el dinero la comprarían, a otros les empezó a gustar con el tiempo. Una persona convencional habría hecho algún estudio de mercado o habría analizado las tendencias actuales que obligan a cualquier diseñador a crear autos con acabados curvos (tendencia que reapareció a finales de los años 80 con la finalidad reducir el consumo de gasolina), pero Musk no hizo nada de eso y lanzó una camioneta from scratch que no tiene absolutamente nada que ver con lo que hoy vemos en las calles. Y como no había referencias, la gente trató de comparar el automóvil con cualquier cosa que se les hiciera parecida: que parecía sacada de Blade Runner, que es como el Delorean de Volviendo al Futuro, hicieron memes para compararlos con otros objetos, hasta con aspiradoras.

Y eso es lo que un genio hace. Un genio no satisface las necesidades de su mercado para hacerse de utilidades, ni siquiera prevé en demasía si a la gente le va a gustar, tan solo hace que le guste. El genio no toma un papel pasivo donde, en este caso, el mercado es el que moldea el producto; más bien es él quien moldea el mercado. El genio se salta todas esas convencionalidades típicas de libros de empredimiento que te «invitan a innovar y tomar riesgos haciendo lo que todos hacen», presenta su idea y deja que los demás se hagan bolas con ella, que se conflictúen y asimilen su invención revolucionadora.

No sé qué tanto éxito vaya a tener esa camioneta, pero mientras que unos la critican y otros sacan artículos demoledores para ganar algunos views, ya todo el mundo está hablando de ella y muchos ya la están comprando. Cosas de genios, no de gente normal.