Lo Cortés no quita lo demagogo

Nov 22, 2019

López Obrador dice que Hernán Cortés cometió el primer "fraude nacional" al conquistar a los pueblos indígenas. Pero ¿de verdad sus políticas liberan y empoderan a los indígenas? ¿O los utilizan?

Si Hernán Cortés no hubiese conquistado México, López Obrador no habría nacido.

Sí, Cortés fue conquistador, y como cualquier conquistador de su época fue despiadado con quienes conquistó.

Sí, nuestras sociedades están construidas sobre eventos históricos que a la fecha nos parecen lamentables. Ni Estados Unidos, ni México ni cualquier país europeo ni asiático puede erigirse como ejemplo humanitario en este sentido, sobre todo si partimos de una época donde el humanismo tal y como hoy lo conocemos no existía.

¿Y qué le vamos a hacer? La historia no es muy grata, pero si algo supimos hacer es, en el lapso que separa esos eventos con la actualidad, progresar como especie de tal forma que eso, que era lo normal, ahora nos sea repugnante.

Se puede argumentar, sin equivocaciones, que fuertes reminiscencias de lo que ocurrió hace cientos de años se palpan en la actualidad, como el hecho de que los indígenas sean el sector que se encuentra en mayor desventaja. Pero también es cierto que la realidad actual es lo suficientemente diferente a aquella anterior como para pensar que para combatir esa brecha de inequidad que sufren sobre todo los indígenas el remedio sea lamentarnos una y otra vez por lo acontecido hace más de cinco siglos.

Pero lo más cuestionable es el trato que López Obrador le da a los indígenas. Presume de haber estado en causas sociales en pro de ellos y de todos los pobres, que si ayudó a los chontales o hizo aquello. Pero recordemos que hace pocos meses López Obrador dijo que los pobres eran como animalitos a los que hay que alimentar.

López Obrador dice que su gobierno trabaja en pro de los sectores más desaventajados, pero, al parecer, no los ve como iguales. Algunos de los programas que propone para ayudarlos son de corte asistencialista y no se ve en el horizonte alguna estrategia para empoderar a los indígenas o para que tengan una mayor movilidad social. Se observa más bien la construcción una base clientelar que le ayude a consolidar su poder.

Diría alguno de esos sociólogos modernos que López Obrador más bien pareciera «reafirmar el dominio hegemónico eurocéntrico instaurado por Hernán Cortés». López Obrador podría disentir diciendo que él es mestizo, pero nada más. Es más, en su gobierno la presencia indígena más relevante es el propio Evo Morales quien está exiliado en nuestro país. Casi todo su equipo está compuesto por gente blanca o mestiza. Quienes tienen mayor legitimidad para representar a los pueblos indígenas como el Subcomandante Marcos (ahora Galeano) ya desde hace muchos años han tomado una drástica distancia de López Obrador.

¿Entonces por qué López Obrador debería gastar su tiempo en decirnos que Cortés representó el primer fraude nacional al imponerse a un pueblo al cual no pertenece ni por raza, ni por credo, y cuando el mismo presidente utiliza a los indígenas y a quienes están menos aventajados para consolidar su poder a través de programas asistencialistas y consultas que están deliberadamente sesgadas? ¿Por qué dice representarlos cuando los ignora, por poner un ejemplo, ante las grandes obras que plantea construir en el sur de nuestro país?

¿Por qué la necesidad de abrir heridas que deberían estar cerradas? ¿Por qué la necesidad de reclamarle a los españoles, tan diferentes en muchos sentidos a aquella que creó a Hernán Cortés (reclamo que recibió una feroz respuesta de Vox, el partido populista de derecha española)? ¿Por qué si dice estar con los indígenas no trabaja para que tengan mayor movilidad social, o respetar sus usos y costumbres según sea el caso más allá de la palabrería y de los atuendos o ceremonias?

Lo que menos debería importarle es abrir estas heridas para alimentar su narrativa y su discurso retórico con un tono victimista, y debería preocuparse en crear políticas públicas que de verdad ayuden a los indígenas. Hasta ahora, AMLO parece fortalecer esa hegemonía que él dice combatir.