Siempre se ha dicho que Guadalajara es una sociedad tradicional y conservadora; afirmación que, al menos hasta hace poco, tenía sólidos argumentos. Incluso ese conservadurismo tan característico de nuestra ciudad se podía explicar por cuestiones históricas, como la Guerra Cristera, dentro de la cual Jalisco fue uno de los bastiones más relevantes.
A los tapatíos siempre nos han echado carrilla: «Ustedes que son tan mochos, tan machos y tan persignados».
Pero las encuestas que se han hecho sobre el tema en los últimos años revelan más bien que esa idea que Guadalajara es muy conservadora se está disipando (incluso el cambio generacional es muy contrastante). Por ejemplo, según una encuesta de Reforma lanzada hace 4 años, poco más del 50% de los jóvenes estaban a favor del matrimonio igualitario. Igualmente, Jalisco como Estado ocupa el lugar 11 dentro de los estados que más apoyan esta figura (por encima no solo de Guanajuato, sino de Nuevo León). Guadalajara ya ha dejado de ser un bastión conservador, el cual ve su última legión fuerte y consistente en la generación análoga a los baby boomers que si bien siguen siendo muchos, por la edad, ya están cediendo los espacios de poder y relevancia social a los más jóvenes que ya no son tan conservadores. Las organizaciones religiosas de diversa índole han sabido mantener relevancia a través de este sector, pero no han sabido contrarrestar el cambio. La Guadalajara conservadora muy posiblemente vea su tamaño y peso político y social disminuir ante el siguiente cambio generacional.
La Guadalajara conservadora y tradicional todavía tiene mucho peso, además de capacidad de organización. Sus marchas son más grandes que las de los colectivos liberales y/o progresistas por esa misma razón. Pero ello no implica que sean mayoría, sino que las estructuras conservadoras construidas en gran parte por organizaciones religiosas son capaces de movilizar mucha gente.
Pero, a pesar de ello, la Guadalajara conservadora ya está dejando de ser la Guadalajara dominante y está siendo más relevada por una más liberal. La Guadalajara tradicional de la Colonia Chapalita está dando paso a la Guadalajara liberal de la Colonia Americana. Ello se puede explicar, a mi parecer, por tres razones:
1) Que las sociedades con el tiempo se van volviendo más liberales (proceso que viene ocurriendo desde el fin de la Edad Media y el inicio de la Ilustración). Evidentemente este punto aplica para todas las ciudades de México. No hay prácticamente ninguna ciudad que se vuelva más conservadora, pero este proceso ocurre a diferentes ritmos; y en ese sentido, Guadalajara es una de las ciudades que lleva un paso más acelerado (que se explica en los siguientes puntos). No hay que olvidar que las ciudades, por lo general, son más liberales que los pueblos, y conforme una ciudad se va volviendo más plural y diversa culturalmente, ésta se vuelve más liberal.
2) La apuesta de la ciudad por ser un hub de las tecnologías de la información y las industrias creativas. Los perfiles de quienes conforman estos sectores suelen ser liberales porque embonan mejor con los perfiles requeridos (creativos con mente más abierta a la novedad y al cambio, etc). Basta acudir a esos ecosistemas para notar que la gran mayoría de quienes las integran son liberales. Esta apuesta también implica un intercambio cultural con hubs ya establecidos y que son muy liberales como los de California y que, de una u otra manera, terminan influyendo en la cultura tapatía ya que los oriundos de Guadalajara se exponen a otras cosmovisiones distintas.
3) La reciente apuesta por la cultura. No es un secreto que Guadalajara se ha convertido de forma progresiva en una entidad cultural, ya que hay más eventos culturales y recintos que antes. En este sentido, Guadalajara ya no es el rancho que era antes y que se veía a sí mismo, sino que ya es capaz de exponerse a otras cosmovisiones y adoptar, dentro de lo que cabe, una cultura más global. La expresiones culturales, en este sentido, también suelen ser liberales.
4) La migración y la inmigración. En los últimos años ha habido un mayor flujo de inmigrantes (locales e internacionales) que han hecho que nuestra ciudad sea un tanto más diversa. También ayuda el hecho de que cada vez más personas viajan a Europa o Estados Unidos a estudiar o a vivir por un tiempo y regresan importando posturas más liberales de dichos países.
Ls Guadalajara de hoy ya no se parece tanto a la de antes. Sigue oliendo a tierra mojada pero ya no es tan persignada. Incluso, por primera vez, el conservadurismo de antaño ya no tiene la representación política que antes tenía. El PAN es un fantasma y tan solo hay algún que otro político afín a ellos (expanistas) dentro de los partidos dominantes (MC y MORENA) quienes, al parecer, tienen una agenda un tanto más liberal (aunque con la prudencia que implica gobernar una ciudad donde el sector conservador todavía sigue teniendo un peso importante).