¿Qué tiene que pasar para que alguien asesine a más de 20 mexicanos?

Ago 5, 2019

Más de 20 personas murieron a manos de Patrick Crusius quien decía que había que matar tantos mexicanos como le fuera posible. Pero ¿qué tuvo que pasar para que tomara esta decisión?

¿Qué tiene que pasar para que alguien asesine a más de 20 mexicanos?
Foto: BBC Mundo

¿Cómo es que un joven decide asesinar decenas de latinos en un Wal Mart, en Estados Unidos, uno de los países más desarrollados de este planeta?

No se debe a una sola razón, sino a muchas. Que sean muchas no implica que debamos desestimar a quienes pudieron haber incidido en cada una de ellas. Más bien hay que recalcar su responsabilidad.

Podríamos preguntarnos si Patrick Crusius tenía algunos conflictos internos, si tenía algún desequilibrio emocional, lo cual es posible. Pero dicho diagnóstico debería estar a cargo de especialistas en el tema. Además que sería irresponsable señalar la salud mental como el responsable principal del acto terrorista sin tomar en cuenta el contexto.

También pudo haber afectado el entorno en el que creció y que pudo motivar su odio a los inmigrantes. Dicho odio lo pudo llevar a acudir a distintos textos o a otras figuras parecidas a él para darle más forma a su postura, como el escritor francés (abogado, físico y politólogo) Renaud Camus quien sostiene una teoría conspirativa llamada «El Gran Reemplazo» que dice que una élite global busca reemplazar a la población europea blanca por otras razas y que se trata de un complot para acabar con Europa. Esta teoría ha salido del territorio europeo para influenciar a terroristas como Brenton Harrison, responsable de la masacre en Christchurch, en Nueva Zelanda.

La cultura de las armas típica del sur de Estados Unidos no puede soslayarse. La facilidad para adquirir armas en ese país seguramente facilitó el acto terrorista cometido por Crusius, pero hablar de la prohibición de las armas como la solución final y única a este problema es algo muy superficial (más porque las armas que ya han sido vendidas seguirán en propiedad de sus dueños). Se trata más bien de algo más complejo que la Segunda Enmienda, se trata de toda una cultura arraigada desde siglos atrás.

Crusius, quien teme que Texas se vuelva un bastión demócrata, buscó quitar responsabilidad a Donald Trump ya que dice que su postura es anterior al gobierno del actual presidente, pero según lo relatado por la BBC queda patente que el gobierno de Trump sí ha influido de alguna u otra forma sobre Crusius, lo cual se puede ver en su insistencia en criticar a los medios por propagar «fake news» y el uso de hashtags como #BuildTheWall en su cuenta de Twitter.

El propio Trump ha querido deslindarse de cualquier responsabilidad asegurando que son las enfermedades mentales y los videojuegos los que matan. Trump condenó el racismo, la intolerancia y la supremacía blanca, pero asegura que él no tuvo nada que ver, siendo que durante toda la campaña pasada mantuvo un discurso sistemático contra los migrantes mexicanos señalándolos como criminales, violadores y narcotraficantes. Basta ver cómo su discurso en la campaña pasada tuvo efecto sobre supremacistas blancos como Richard Spencer. No podemos desestimar el discurso nativista de Trump ni podemos negar su influencia sobre Crusius, aunque no haya sido Trump quien haya motivado a Crucius a adoptar sus posturas.

Es difícil de medir la intensidad con la que el discurso de Trump pudo haber tenido influencia sobre Crusius, pero no puede deslindarse de lo ocurrido ya que él promovió un discurso de odio (que ahora dice condenar) en contra de los migrantes.

Por último, habría que tomar nota en nuestro país (como si ya no fuera suficiente la lamentable muerte de varios connacionales) ya que hemos visto en los últimos meses un creciente discurso en contra de los migrantes centroamericanos. Debemos ver con preocupación liderazgos como los de Gilberto Lozano quienes propagan ideas y teorías de la conspiración muy similares a las de «El Gran Reemplazo» de Renaud Camus.

Lo ocurrido en El Paso es lamentable, debe condenarse y no debe reducirse a un acto motivado por por un mero problema de salud mental. Es un acto que también tiene que ver con los discursos y con la cultura. Debe admitirse como un acto terrorista y no como un mero homicidio para intentar relativizar lo ocurrido. Hizo bien el canciller Marcelo Ebrard en hacer una pronunciación para así darle la importancia que lo ocurrido debe de tener.

Que en paz descansen todas aquellas personas que fueron víctimas de este acto terrorista.