Cómo son las personas en redes y en la vida real

Jul 31, 2019

Las discusiones y los insultos en las redes son el pan de cada día. Ahí nos comportamos con las personas de una forma como tal vez nunca lo haríamos en vivo, pero ¿por qué?

Cómo son las personas en redes y en la vida real

Las discusiones en las redes a veces son engañosas. Técnicamente no te estás peleando con una persona, sino solamente con una de las dimensiones que esa persona tiene y que está estrechamente ligada al argumento en el que se han enfrascado.

Por eso, en las redes es más fácil y cómodo etiquetar o clasificar a las personas de acuerdo a las preferencias relacionadas con los argumentos que debates con ellas: que si son feministas, conservadores, izquierdistas, libertarios, etc, porque solo estás debatiendo con esa dimensión, que es una de tantas, no con la persona en todas sus dimensiones.

Esta dinámica se hace más evidente cuando se trata de personas desconocidas ya que desconoces sus otras dimensiones, pero incluso cuando se trata de personas más conocidas puede llegar a ocurrir lo mismo al enfrascarte solo en esa dimensión ya que, en ese momento, es la única que percibes porque no tienes acceso directo a las otras, las cuales solo puedes recordar o imaginar (los gajes de estar frente a una pantalla).

Debido a esto, no debes sorprenderte cómo cambia la interacción cuando veas en persona a ese usuario con el que tuviste una muy dura discusión (y que pudo llegar a los insultos). Incluso pueden terminar bromeando sobre lo acontecido en redes, porque ahí estás frente a la persona con todas sus dimensiones y no solo esa entidad unidimensional cuya definición no escapa del argumento y la postura. Cuando estás frente a esa persona ya no solo te interesa su postura política, sino la persona como tal: te comienzan a importar sus hobbies, su vida, su trabajo, descubres además que coinciden en muchas otras cosas.

Ese personaje que de él habías creado en tu mente al interactuar discutiendo en redes tan solo pasa a ser solo uno de los tantos rasgos de dicha persona. Eso hace que, al interactuar en vivo, se reduzcan o incluso lleguen a desaparecer esos estímulos para insultar o descalificar a la otra persona en cuestión y que son generados por una discusión virtual en la que la persona está discutiendo con argumentos y posturas más que con personas.

Además de las ventajas de estar tras una pantalla, donde no existe posibilidad de que te agredan físicamente e incluso de que te ubiquen, de tal forma que, en muchos casos, no hay mayor riesgo que lo acontece dentro de las mismas redes, esa percepción de la persona como ser unidimensional donde se percibe al individuo como si la postura y el argumento determinara su esencia, hace más factibles las descalificaciones y los insultos dentro de las redes sociales.

Por eso es más fácil insultar y señalar a ese ser unidimensional que a la persona en sí, por eso a veces aquella persona agresiva en redes puede parecerte más agradable en vivo, porque, en la percepción, no estás tratando con personas, sino con argumentaciones que toman la forma de un texto y que están ligados a un personaje al cual tú ya has clasificado para saber cómo abordarlo en la discusión. Estás, más que nada, peleando con párrafos, con significantes, con ideologías, con posturas, más que con personas.