La palabra «Inocente» apareció afuera de la Iglesia de la Luz del Mundo en Guadalajara, a la misma usanza con la que muchas de las ciudades del país colocan sus nombres en una ubicación importante para que los turistas y los locales se tomen fotografías y así promocionen a la ciudad como marca.
Aunque Guadalajara es una ciudad tradicionalmente reconocida por su catolicismo. La Iglesia de la Luz del Mundo, con un carácter más fundamentalista y ortodoxo, se ha hecho un espacio para establecer su sede aquí, creando un microcosmos en la Hermosa Provincia, la colonia habitada por los fieles de esta Iglesia que siguen sus muy peculiares rituales, donde las mujeres deben usar faldas largas y cabellos largos.
El líder de la Iglesia es Naasón Joaquín García, quien fue detenido en California por abuso sexual y tráfico de personas y a quien le acaban de negar la fianza por la gravedad de las acusaciones y ya que se habrían revelado nuevas evidencias en las que el líder aparece en un trío sexual con una adolescente de entre 15 y 16 años.
La reacción de los fieles es muy predecible y entendible. Sería ingenuo esperar otro tipo de reacción, sobre todo en el entendido de que se trata de una Iglesia con un tono más fundamentalista.
Y es entendible porque vaya, gran parte de la razón de ser de los fieles gira en torno a su Iglesia. Las religiones le dotan al individuo de un sentido ético y moral, pero sobre todo, de un sentido de la trascendencia. Las religiones le ofrecen respuestas al individuo con las cuales puede explicarse su vida y el por qué está aquí. Además del sentido existencial, espiritual y moral, también le dota al individuo de un sentido comunitario, y más si hablamos de esta Iglesia donde los lazos comunitarios y sociales son mucho más fuertes que entre los católicos.
Si a un fiel se le quitara todo eso de la noche a la mañana, se derrumbaría. Básicamente se quedaría solo, viendo como su comunidad se desmorona, desnudo en un mundo complejo que no entiende y que no se parece al que conocía hasta hace poco porque ya no hay quien le de respuestas a sus preguntas. No sabría qué hacer, ni siquiera sabría exactamente quién es ni por qué está ahí. Eso implicaría un shock psicológico muy tremendo por el cual muchas personas no estarían dispuestas a pasar.
No es fácil asimilar que el líder de tu Iglesia, al cual llamas el apóstol de Cristo, era un pederasta acusado de violación infantil, extorsión y trata de personas. Todo ello se contradice cruelmente con aquellos valores y aquella concepción del mundo que adquiriste dentro de la Iglesia. Si a varios católicos y en especial a los Legionarios de Cristo les costó bastante aceptar los crímenes de Marcial Maciel (y hasta la fecha hay quien relativiza sus fechorías), mucho más difícil será aceptar que Naasón era algo todavía peor, porque: 1) Marcial Maciel era líder de una congregación mas no de una Iglesia. 2) Los lazos de los fieles de la Luz del Mundo con su Iglesia son, por lo general, más fuertes que los de los fieles católicos, en gran medida por su carácter más fundamentalista. 3) Porque, de igual forma, el apego espiritual y comunitario es mucho más fuerte. Los fieles de la Iglesia de la Luz del Mundo viven su fe todos los días. La mayoría de los católicos no suelen ser tan apegados a su religión e incluso combinan su fe con otros paradigmas o ideologías (seculares y en algunos casos con algún tinte religioso).
Entonces se vuelve más rentable para el individuo aferrarse a la ilusión (en el entendido de que Naasón Joaquín García fuera declarado culpable) que reconocer la verdad. Si es declarado culpable (que es muy posible que suceda) buscarán chivos expiatorios: culparán a los jueces, dirán que Estados Unidos tiene intereses oscuros, que alguna logia masónica, que alguna otra Iglesia está implicada, que esto o que lo otro. Es normal que ello suceda debido a nuestra imperfecta condición humana.
A veces la realidad es muy dura, y no es la realidad que queremos que sea. Aquellas personas que llegaron a la Luz del Mundo en busca de respuestas, en busca de un orden ético y moral, en búsqueda de un sentido de la trascendencia, tal vez llegaron al lugar equivocado. ¿Y cómo sabían que iba a serlo?