No debe de ser fácil hacer una serie de gran calidad cuando sabes que dicha serie tiene que ser rentable, más en un entorno de alta competencia con compañías que venden servicios de video streaming online como HBO, Netflix, Amazon y similares.
Muchas de las series históricas que hemos visto en estos medios tienden a estar dramatizadas, no son documentales. Es decir, parten sobre un hecho real, pero le agregan algunos detalles que no ocurrieron y que tienen el fin de hacer que la serie sea atractiva para el público en general: series como la de Luis Miguel o películas como la de Bohemian Rhapsody se caracterizan por ello.
Hacer eso es moverse sobre un terreno pantanoso, porque si la serie se apega fielmente a la historia, entonces los directores y escritores tienen mucho menos flexibilidad para que la serie pueda ser atractiva y, por ende, económicamente rentable. Pero si la dramatizan en exceso, entonces la serie va a recibir muchísimas críticas por no apegarse lo suficiente a la historia. Es importante llegar a un punto medio, y la serie de Chernobyl, a mi parecer, lo logró.
Chernobyl es una joya porque logró encontrar el punto medio en distintos apartados, no solo el que tiene que ver con el realismo y el dramatismo, sino que es lo suficientemente cruda para hacer sentir al espectador que lo que está viendo es creíble (que sienta la angustia vivida, por poner un ejemplo) pero sin caer tampoco en el exceso o en el morbo. La serie es una joya porque es un trabajo muy bien equilibrado, muy bien producido, que nos recrea la tragedia que ocurrió en la URSS de 1986.
Posiblemente la serie pueda tener algún sesgo ideológico, evidentemente está elaborado por una compañía del país otrora rival de la Unión Soviética, pero tampoco es que se note tanto. Tampoco es un filme propagandístico como la película de Rocky donde pelea contra el ruso Iván Drago. No parece ser una obra que tenga la intención de desacreditar a un régimen que ya no existe, sino de recrear lo que ocurrió ahí.
Chernobyl es una serie que te atrapa, que está muy bien recreada (fue rodada en Lituania y Ucrania) y que te cuenta a grandes rasgos qué fue lo que sucedió ahí, en una Unión Soviética que veía sus últimos años. Chernobyl, dicho por el mismísimo Gorbachov, fue uno de los detonadores de la caída del régimen. A pesar de las intentonas del gobierno por ocultar lo que sucedía ahí, todo el mundo se enteró de lo ocurrido y eso, de alguna u otra forma, vulneró la imagen que muchos todavía tenían de la Unión Soviética como una feroz potencia.
Los personajes (con excepción de la investigadora que no existió y que representaba a todas aquellas personas que se esmeraron en que la verdad saliera a la luz) fueron muy bien recreados. Los escenarios también. La serie acertó al enfocarse en lo humano, más que en lo ideológico o en el discurso medioambiental. Más que hablar sobre un régimen que comenzaba a colapsar (que no es que haya dejado de hacerlo) nos habla sobre el papel que tuvieron los individuos sobre los acontecimientos que derivaron en una tragedia, humanos imperfectos, héroes que son castigados (Legasov) por defender sus convicciones y que, aunque su causa terminó trascendiendo, ellos no necesariamente tuvieron un final feliz. Más que un relato político-ideológico, es un relato humano.
Posiblemente el espectador no encuentre en Chernobyl una detallada precisión histórica, es muy probable que algunas de las cosas que se relatan en la serie no ocurrieron de la misma forma en la realidad, pero sí puede ser una muy buena pauta para que el espectador posteriormente ahonde más sobre lo acontecido. No es casualidad que, producto de esta serie, más personas hayan decidido visitar la zona de exclusión, aunque también es cierto que algún que otro influencer fue para ganar likes a como dé lugar sin tener respeto por toda la gente que pereció en esa tragedia.
La serie no pretende ser un documento histórico, pretende que el espectador sienta y entienda lo que pasó ahí a través de una obra, sí, un tanto dramatizada, pero no tanto como para que afecte la calidad de esta obra. Por eso, a pesar de estos detalles, la serie es una joya. Muy bien recreada en un ambiente soviético tardío (sin caer en lo kitsch).
Esta serie la recomiendo, sí, para el público en general, pero sobre todo para la quienes tengan la curiosidad de saber qué fue lo que pasó ahí, que entiendan el contexto sociopolítico y, sobre todo, las reacciones humanas ante un desastre provocado por los propios humanos.
Debo decir que Chernobyl es un muy buen trabajo de HBO, una de las mejores series (miniserie, en este caso) que he visto en este año y la recomiendo encarecidamente.