Varios círculos conservadores han insistido una y otra vez en que la homofobia no existe, que solo es que «no están de acuerdo con la homosexualidad», algo que es absurdo entendiendo que la homosexualidad es algo que ha acompañado a nuestra especie y no es algún invento o una mera construcción. Si bien, los círculos homosexuales se sirven de ciertos postulados ideológicos para promover sus causas, la homosexualidad per sé no es una ideología sino algo inherente a nuestra especie. Básicamente, es un sinsentido «no estar de acuerdo con la homosexualidad».
Dicen que ese «no estar de acuerdo» no es homofóbico, porque no tienen miedo a la homosexualidad ni les da pánico, solo es que no concuerdan con ella: en algunos casos respetan que los homosexuales existan en tanto tengan una vida privada discreta y no busquen adquirir derechos en modelos de organización tradicionalmente heterosexuales (como el matrimonio), y algunos otros sí llegan a tener una postura más beligerante y acusan a la «corrección política» de ya no poder utilizar términos como maricón o puñal para referirse a ellos.
Pero de pronto, en un abrir y cerrar de ojos, se inventan la palabra «heterofobia» como lo ha hecho la organización «Confamilia» presidida por Juan Dabdoub. La verdad es que yo no entiendo bien qué es lo que quieren dar a entender con este término, además de que resulta muy incongruente la creación de esta definición después de batallar incesantemente para intentar probar que el término «homofobia» no tiene sentido alguno.
Independientemente de cuestiones semánticas y de precisiones en la definición, todos sabemos lo que la homofobia es o al menos conocemos la definición que se le ha tratado de dar. La homofobia, decimos, tiene que ver con un rechazo o prejuicio a los homosexuales y lesbianas.
Si la definición de heterofobia fuera la contraparte de la homofobia, entonces no tendría sentido alguno, porque en nuestra sociedad no hay prejuicios hacia los heterosexuales. Los homosexuales buscan integrarse como complementario a la heterosexualidad, no como una sustitución:
Yo soy heterosexual, a mí nunca me han discriminado jamás por serlo, no me han negado trabajos, no me han dicho «maricón» en la calle. ni la gente se me ha quedado viendo raro, ni me han corrido de mi familia ni me han dicho que tengo que entrar a terapias para corregir mi heterosexualidad. Tampoco recuerdo que a ninguno de mis conocidos y amigos heterosexuales los hayan discriminado alguna vez. ¿Entonces cómo puedo decir que existe algo así como una heterofobia?
Si no existe rechazo alguno ante la heterosexualidad ¿entonces qué demonios es la «heterofobia»?
Podría pensar que tiene que ver con que los gays (al menos los que participan activamente en los colectivos LGBT) se muestran orgullosos de serlo y lo presumen a los cuatro vientos, mientras que los heterosexuales no lo hacen o podría ser raro o hasta mal visto. Es algo que a veces grupos similares a Confamilia han llegado a mencionar.
El problema es que cuando presumen su heterosexualidad lo hacen contrastándola con la homosexualidad (cosa que no pasa con los homosexuales). Es decir, estoy orgulloso de ser heterosexual porque es lo que (consideramos) la verdad dicta, porque la heterosexualidad está bien y la homosexualidad está mal porque es antinatura, lo cual tratan de mostrar con ejemplos aparentemente didácticos (tornillo-tuerca).
El orgullo de los homosexuales, según recuerdo, no va en ese sentido. No se contrastan como los heterosexuales, sino que resaltan su condición de homosexuales para así buscar una mayor relevancia dentro de la sociedad e incidir sobre ella. Como los heterosexuales no tenemos que buscarla porque son la regla y no la excepción, entonces no la presumimos ni la celebramos, no hay necesidad de ello. Tan solo vivimos nuestra heterosexualidad.
Entonces, si la definición de heterofobia es realmente ésta (que los gays tengan derecho de sentirse orgullosos de su condición, mientras que nosotros no podemos sentirnos orgullosos de ser heterosexuales para mostrar una superioridad de nuestra condición -moral y hasta biológica- sobre la otra), estarían validando en la práctica ese término de homofobia que tanto han querido combatir.
Vaya lío en el que se ha metido Confamilia con estas definiciones.