¿Es el libre mercado de derecha?

Feb 12, 2019

Se suele decir que el "libre mercado" es de derecha. Pero esa afirmación es muy vaga y no termina por explicar lo que la izquierda y la derecha es. A continuación explicaré por qué.

¿Es el libre mercado de derecha?

Actualmente, muchos afirman que la derecha guarda relación con el libre mercado. Pero esta es, cuando menos, una definición reciente que no termina por explicar la esencia de esta dicotomía a la cual tanto hacemos alusión en la política.

Si nos remontamos a la Revolución Francesa, podemos entender esa esencia: la izquierda busca, en teoría, modificar el status quo en favor del bien común, la derecha busca mantener las jerarquías y las estructuras sociales. Que la derecha busque mantenerlas en la actualidad a través del libre mercado es una cosa, pero eso no significa que el mercado sea intrínsicamente de derecha.

Así nació esa dicotomía, considero que así debería mantenerse y además entenderse que es relativa a su tiempo. El libre mercado como tal no surgió como una «iniciativa de derecha», sino como una respuesta de la burguesía, que en ese entonces no era privilegiada, hacia el orden establecido y los privilegiados (la nobleza y el clero). Difícilmente podría afirmar de forma categórica, por ejemplo, que Adam Smith era de derecha atendiendo al contexto en el que se encontraba ya que buscaba, por medio de la libertad individual, que toda la sociedad se beneficiara, no que se mantuvieran las estructuras. Su concepto de la mano invisible tiene que ver poco con la derecha si la entendemos como la preservación del status quo ya que aspiraba a que la libertad individual beneficiara a la sociedad en su conjunto, no que las estructuras sociales, tales como él las conoció, se mantuvieran igual.

Robespierre, por su parte, fue «izquierdista radical» en su momento, cuando fue uno de los líderes más visibles del jacobinismo en la Revolución Francesa. Robespierre difícilmente podría ser catalogado como un comunista o un socialista extremo, lo que él quería hacer era derrumbar el orden existente compuesto por la monarquía, el clero y la nobleza para sustituirlo por la República, forma de gobierno que naturalmente sacó a la nobleza de la élite privilegiada y colocó a la burguesía en su lugar.

Incluso, hasta recién entrados los 70, la derecha aplaudía las medidas keynesianas que ahora se consideran como «de izquierda» y hasta llegó a promover el Estado de bienestar en Europa para evitar que la gente fuera seducida por el comunismo. Muchos de los beneficios sociales en Europa tuvieron su origen en la Prusia de Bismark, quien difícilmente podría ser categorizado como izquierdistas, que buscaba dotar a la sociedad de una seguridad y salud social, en parte motivado en evitar la lucha por medidas más radicales y hasta en tener soldados sanos y fuertes que pudieran combatir en la guerra. La defensa de la derecha por el Estado mínimo comenzó hasta ese entonces e incluso, al mismo tiempo, la misma izquierda fue abandonando de forma progresiva la idea de una economía controlada por el Estado y terminó defendiendo el Estado de bienestar dentro de una economía de mercado.

Dicho esto, el fascismo y el nazismo no podrían ubicarse fácilmente dentro de este espectro ya que contienen elementos que podrían adjudicarse a una o a otra postura. Lo mismo pasa con el libertarismo o el liberalismo en su más pura expresión, que concuerda con la derecha actual en su defensa hacia el libre mercado (y no necesariamente por las mismas razones), pero tiene más coincidencias con la izquierda en su defensa de las libertades sociales.

A la izquierda y la derecha hay que entenderlas como una dicotomía que es relativa a su tiempo. Al no asumir esto, se entiende que genere mucha discusión o se sugiera incluso que es una dicotomía que «está superada y que ya no tiene sentido» cuando no es así (máxime que muchos siguen usando esta dicotomía inserta en una sociedad industrial que ya fue superada). En su origen, una economía de mercado difícilmente podría haber sido vista como una «medida de derecha». Lo fue en tanto las estructuras sociales terminaron enraizadas en esa dinámica. Por eso no se puede decir que la «economía de mercado» sea, en esencia, de derecha. Lo que, en todo caso es de derecha, es la defensa de las estructuras sociales vigentes que, sí, se encuentran insertas sobre una economía de mercado.