En torno al desabasto y al combate al huachicoleo hay muchas conjeturas, muchas versiones y muchos dimes y diretes. No quiero ahondar en ellos.
Pero hay algo cierto, un sector de la sociedad mexicana está indignada por lo que está pasando con la escasez de gasolina. Tiene razón de estarlo, ya no solo porque no puedan usar el automóvil, sino porque muchos dependen de vehículos automotores para trabajar y ganarse el pan.
Evidentemente, si se trata de indignación, a quien se voltea a ver es a AMLO, porque esta escasez es producto, sí, de las decisiones que él y su equipo están tomando para, comentan ellos, combatir el huachicoleo de una vez por todas. Aunque se trate de una «buena causa», la gente no va a tener mucha paciencia si esto le pone al traste a su vida cotidiana, en especial si percibe improvisación y torpeza en los métodos.
Supondríamos que combatir el huachicoleo le ayudaría a López Obrador a fortalecer su discurso anticorrupción. Frenarlo implicaría un golpe en la mesa que toda la gente reconocería: López Obrador hizo lo que los otros sexenios no quisieron hacer. El problema para AMLO es que ese discurso queda ensombrecido ante la indignación de la gente que no le puede poner gasolina a su automóvil. Y por cada día de desabasto que pase, la cosa empeora. El costo político es más alto que el beneficio.
A menos que…
Vamos a empezar mal un poco y hacer caso a esa frase tan usada en la política mexicana de «piensa mal y acertarás».
¿Qué pasaría si el Gobierno Federal detuviera a Romero Deschamps y lo responsabilizara del Huachicoleo (acusación que ya ha comenzado a circular)?
Simple: la gente, al ver a una de las némesis tras las rejas, podría perdonar el problema del desabasto, lo vería como un «mal necesario» que tuvo que ocurrir para tener a uno de los políticos más corruptos tras las rejas y varios de ellos llegarían a la conclusión de que el gobierno si va con todo contra la corrupción.
Incluso, en un escenario como éste, el problema del desabasto terminaría beneficiando al propio AMLO, porque a diferencia de, por un decir, el caso de la detención de Elba Esther Gordillo por parte de Peña Nieto, antes de la solución (la detención de Romero Deschamps) la gente sintió el problema en su vida cotidiana: siente todo lo que todas estas lacras han hecho, para que goces cuando las estemos metiendo a la cárcel.
Desde hace algunos días habían algunas voces que sugerían que Romero Deschamps no iba a ser muy bien tratado por este gobierno, pero a raíz del desabasto, han comenzado a correr algunos rumores sobre una posible detención de Romero Deschamps ha comenzado a circular en las redes.
Suena fuerte entre los pasillos judiciales que Carlos Romero Deschamps tendría sus horas contadas, sería detenido por presuntos actos de #Huachicoleo #Porfin👏🏻 pic.twitter.com/moJGszLN1P
— Pedro Ferriz de Con (@PedroFerriz) 9 de enero de 2019
También llama la atención que en redes haya comenzado a circular un muy halagador comunicado del Secretario General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (o sea, el mismísimo Carlos Romero Deschamps) donde dice que el gobierno está haciendo lo correcto. Es tan halagador y complaciente que a más de uno le podría parecer sospechoso:
Así mismo, el día de hoy, algunas plumas (de tinte oficialista) han escrito sus columnas con relación a Romero Deschamps o incluso sugieren un quinazo para que AMLO apecigue este problema que, al menos desde el ojo del público, se le ha venido encima.
Evidentemente mi hipótesis es eso, una hipótesis. Yo no tengo elementos suficientes para asegurar de forma categórica que es algo que vaya a pasar, puedo estar equivocado. Pero, tratando de interpretar todo lo que ha estado aconteciendo en estos últimos días, el discurso anticorrupción de AMLO y la necesidad de un golpe en la mesa de un gobierno que en sus primeros dos meses ha recibido más críticas que aplauso, no me parecería nada descabellado que la detención de Romero Deschamps fuera una posibilidad.
Si esto llegara a ocurrir sería una brillante maniobra política.
Solo falta esperar, solo falta dejar este asunto en manos del tiempo.
Por cierto, si resulta cierta mi hipótesis, sería el segundo quinazo consecutivo que predigo. Hice lo propio con la detención de Elba Esther incluso antes de que Peña llegara a la presidencia.