Ríos Piter, de Jaguar a gato

Abr 21, 2018

La adhesión de Ríos Piter a la campaña de José Antonio Meade tan sólo puede ser producto de una pésima lectura, no sólo porque casi no llevará votos, sino porque Piter es un tramposo.

Ríos Piter, de Jaguar a gato

Los políticos pueden tomar decisiones que no tienen sentido alguno, tal vez producto de la desesperación o de un pésimo cálculo. Solo esto me pudo venir a la cabeza cuando me enteré que Armando Ríos Piter se había incorporado a la campaña de José Antonio Meade.

La decisión es un error por donde se le vea y donde ambas partes pierden.

En el PRI no parecen haber terminado de entender que las elecciones se centran en la corrupción. El encono dentro de la sociedad es grande y por eso la gran mayoría de los mexicanos nunca votarían por su partido. Creen que cualquier cosa suma, que cualquier adhesión se va a ver reflejada en puntos electorales; parecieran concentrarse en lo cuantitativo, pero ignoran rotundamente lo cualitativo.

– Señor, nuestra campaña no despega ¿qué hacemos?
– Traigamos a Ríos Piter, seguro trae algunas centenas de miles de votos, invitémoslo a nuestra campaña.
– Pero señor, hizo trampa con las firmas, los líderes de opinión nos van a poner una arrastrada.
– No importa, tráigalo, todo suma.

¿Cuál fue la reacción de la comentocracia? Burla, desaprobación, escepticismo profundo, duras críticas. Échense un clavado en Twitter, la desaprobación es unánime. Los únicos que aplauden la decisión son los spots colgados en la cuenta de José Antonio Meade y Ríos Piter. 

¿Y de verdad esperaban otra cosa? ¿Y de verdad esperaban que fueran bien recibidos, que pensáramos que el PRI se estaba abriendo y estaba siendo incluyente con los «independientes»? ¿De verdad? ¿Creían que con esto iban a jalar a los «jóvenes de izquierda progresista» que ahora están mentando madres de Piter a quien consideran una paria? 

Pero ni siquiera en lo cuantitativo funciona. Ríos Piter obtuvo poco más de 240,000 firmas válidas, lo cual no es equivalente al número de votos. Si fuéramos permisivos y consideráramos que esas firmas se pueden trasladar a votos, lo que podría aportar a la campaña de José Antonio Meade es muy poco, no llega ni al uno por ciento.

Pero si nos ponemos en un contexto más realista tendríamos que preguntarnos ¿cuántos de esos 240,000 firmantes todavía confiarían en Ríos Piter después de la evidente trampa que hizo con las firmas falsificadas y después de haberse integrado al proyecto de Meade, cuando en su momento tenía un discurso antisistema y antipriísta?

https://www.youtube.com/watch?v=MKSW1BKQgiA

Y ahora, de los muy pocos votos que queden ahí, ¿cuantas personas de las que siguen «creyendo» en Ríos Piter, votarían por Meade y por el PRI por el simple hecho de que el guerrerense se sumó a su proyecto?

Eso es sólo lo poco que Meade podría sumar a su causa, ahora hablemos de lo que podría perder. Vea usted los spots del candidato del PRI, ahí Meade habla de instituciones fuertes, de certeza, de justicia. Meade busca posicionarse como el «candidato de la esperanza» en un momento en que la gente está encabronada por los escándalos de corrupción atribuídos la mayor parte a miembros de su partido. Y luego incluye en su proyecto a un individuo que hizo trampa. ¡Por favor! Yo no entiendo. En una de esas son más los votos que pierde por esa incongruencia en su mensaje que los que gana con la adhesión de Ríos Piter.

¡Nombre, unos genios!

Y este movimiento inverosímil sólo puede ser visto como una estrategia de desesperación donde la preocupación ya no es tanto el hecho de que López Obrador vaya muy arriba en las encuestas, sino la hecatombe que podría sufrir el PRI en estas elecciones. Y tanto en la política como en el amor, la desesperación no atrae. 

Y si es un absurdo la decisión de Meade, peor lo es para Armando Ríos Piter. Esto podría significar el fin de su carrera política. ¿Qué pensó? ¿Qué le iban a dar hueso en un gobierno que difícilmente va a existir porque el candidato está estancado en un tercer lugar? En los últimos meses se había ganado una reputación, tal vez en un sector marginal de la población, pero los líderes de opinión le guardaban cierto respeto. Hoy, todos ellos están decepcionados, hoy Ríos Piter no es nada, no es nadie. Se vendió por tan poco, se convirtió en una paria de un sistema en decadencia, traicionó a los que habían creído en él. 

Lo único que logran es que el encono crezca, lo cual hace que López Obrador siga subiendo en las encuestas.

Y lo repito otra vez: nombre, unos genios.